En plena tempestad política en nuestro país con los abundantes casos de corrupción y el descrédito hacia las instituciones del estado, el cine francés insufla esperanzas con El ejercicio del poder. La película es el retrato de un hombre corriente, dedicado por vocación a la política con un cargo importante: Ministro de Transportes. Éxito de taquilla en Francia y gran acogida por parte de la crítica, el film logró el Premio FIPRESCI en la sección Un certain regard del Festival de Cannes y dos premios César al mejor guión original y al mejor actor secundario (Michel Blanc).
El director de la película, Pierre Schöller, visitó nuestro país hace pocos días para presentar la película. El cineasta galo debutó en 2008 con la película Versalles tras dos décadas curtiéndose en el mundo de la televisión en varias tv-movies. Por su parte, Olivier Gourmet es Bertrand Saint-Jean, el ministro protagonista, que una noche es despertado por su secretario personal cuando un autobús ha caído por un barranco. Se dirige hacia allí, no tiene otra opción. Así comienza la odisea de un hombre de Estado en un mundo cada vez más complejo y hostil.
A continuación, os ofrecemos la entrevista completa que pudimos hacerle a Pierre Schöeller gracias a Surtsey Films que estrenan El ejercicio del poder este viernes 26 de abril:
¿Por qué decidió centrarse en el mundo de la política para crear su segundo film?
Porque es un objeto cinematográfico interesante, incluso podríamos decir que apasionante y, además, es extrañamente un territorio virgen, es decir, un subgénero muy inexplorado; no hay películas sobre gabinetes ministeriales. Por un lado, tenemos todo este territorio por explorar novedoso y, por otro lado, tiene un componente muy interesante que nos obliga a ver la sociedad de hoy en día.
Si le permite ver como es la sociedad de hoy en día, ¿cómo cree qué es su relación con el poder político?
Creo que es interesante porque estamos en un momento de una grave crisis política y la película lo demuestra bastante bien. No es una crisis ideológica, es una crisis estructural de la acción política. Además, los dos protagonistas son dos personajes que llegan hondo, porque son dos humanistas y tampoco hay tantos.
Precisamente, ahí quería ir a parar: ¿Hay políticos tan honrados, entregados a la causa pública como ellos?
Sí, claro que sí. Hay que diferenciar la imagen que tenemos de ellos y lo que realmente son. Evidentemente, hay gente deshonesta en todos sitios, pero no creo que el político per se sea una persona falta de ética. No se puede desmerecer su trabajo a la ligera, los políticos tienen una vida brutal: trabajan de seis de la mañana a doce de la noche, no tienen vida privada... Aún así, tampoco hace falta que tengamos piedad por ellos.
¿La decisión de situar la trama en el Ministerio de Transportes fue casual o tiene algún interés en especial?
Me permitía arrancar la historia con ese accidente de autobús con los niños en las primeras escenas de la película. Si hubiera escogido un ministerio más importante como el de Educación, Sanidad, Asuntos Exteriores o Justicia tendría que haber tratado temas de mayor trascendencia. De hecho, en general la mayoría de la gente no sabe qué funciones y competencias tiene el Ministerio de Transportes y era más fácil convertirlo en ficción.
En la escritura del guión, ¿qué pesó más tratar la política como tema principal o centrarse en los dos personajes?
Pesó más el retrato de un hombre y la parte de thriller. Quería que la película tuviera una áurea de thriller clásico, pero sin distanciarme del protagonista, que siempre fuera el epicentro del relato.
¿Qué le hizo decantarse por Olivier Gourmet y Michel Blanc para los papeles protagonistas?
Formaban una pareja interesante, porque nunca habían actuado juntos y no se conocían. Olivier es conocido por su participación en películas de los hermanos Dardenne y, en cambio, Michel tiene una larga trayectoria en el mundo de la comedia. Además, ambos aportaban elementos distintos al rodaje puesto que Olivier tiene mucha experiencia en el teatro y Michel ha dirigido varias películas. Por tanto, son dos profesionales maduros con mucha carrera cinematográfica y, justamente, para estos dos personajes necesitaba gente madura.
¿Cómo vivió el éxito de la película a partir del premio en Cannes y el éxito en los César?
De hecho es una película muy particular, no es estrictamente convencional y no sabíamos como reaccionarían los espectadores. El primer premio ya fue estar en la Sección Oficial de Cannes (en la sección Un certain regard) y después ganar el premio de la crítica ya le dio a la película una dimensión mucho más europea. En Francia hubo respuesta masiva porque los cines que la proyectaban estaban llenos.
¿Cómo valora la situación del cine europeo en el actual contexto de políticas de austeridad?
Hay países que están prácticamente en una situación de siniestralidad como Portugal, aquí en España no he tenido oportunidad de hablar con gente. Pero bueno se siguen haciendo películas. El ejercicio del poder costó cinco millones de euros, todo esto genera una serie de riqueza económica y cultural. Sabemos que hay una dictadura económica, pero esperemos que aún se pueda hacer cine.
Tradicionalmente, ¿qué diferencias encuentra entre el cine español y el cine francés, considerado como la referencia de toda la cinematografía europea?
La referencia en el mundo del cine es Hollywood, son quienes dictan y mandan.
Pero en Europa sí sois la referencia a seguir.
En todo el cine europeo se hacen cosas potentes como Grupo 7 o Lo imposible aquí en España u Oslo, 31. August en Noruega. Normalmente, las cintas con grandes ambiciones se hacen a partir de co-producciones entre varios países. Lo complicado es distribuir por países de Europa no tanto producir. Es una suerte poder estar promocionando la película ahora en vuestro país.
¿Su próximo proyecto es cerrar una trilogía temática junto a Versalles y El ejercicio del poder?
Mi próxima película será sobre la Revolución Francesa y explicará el Big Bang de la República Francesa, es decir, cómo nació lo que en esta película se ve tres siglos después. Así pues sí continuaré centrándome en el universo del poder público.
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