El cine español necesita películas que triunfen en taquilla, como todas las cinematografías mundiales. El problema de nuestro cine son los elevados prejuicios de su propio público. En pleno 2013 aún hay que escuchar aquellas dos máximas: "Pero si no parece española" y "Si es española, no la veo". Eso sí, las victorias de Rafa Nadal, Fernando Alonso o el Mundial de Fútbol se celebra como si se acabara el mundo mañana.
Combustión va en ese saco. Una película que mira descaradamente a la taquilla, aunque sería mejor que las historias fueran mucho más potentes y la calidad general respirara más talento y arte. Es decir, este título no es, ni mucho menos, el más indicado para celebrar que la producción cinematográfica del país es buena. Calparsoro se sumerge en el mundo de las carreras de coches ilegales mediante un triángulo amoroso que resulta muy tópico y con un desenlace previsible.
Venciendo estos obstáculos (y la mala pinta que tiene con su tráiler), Combustión funciona como un óptimo entretenimiento gracias a sus buenas escenas de acción, una selección musical excelente y un reparto sólido. Su gran problema es el flojísimo guión que sustenta la historia: personajes mal trazados, situaciones inverosímiles y un desarrollo simple y típico. La historia atrapa, sí, pero no gracias a la (nula) ingeniosidad del guión, sino por el buen hacer de Calparsoro con la cámara, capaz de lo mejor con la acción.
El director deambula entre el romanticismo del díptico 3 metros sobre el cielo/Tengo ganas de ti (otro guilty pleasure español, aunque Combustión tiene un acabado superior), el desenfrendo de la saga A todo gas y la fotografía y la música de Drive. Está lejos de la excelente película de Nicolas Winding Refn, pero se nota el intento de emular su estética. Del reparto sobresalen Adriana Ugarte y Alberto Ammann (posiblemente, en su mejor interpretación) y Álex González está correcto (mejor disfrutarlo en Alacrán enamorado).
El cine español necesita un gran título un triunfo en taquilla tras los flojos datos de los últimos estrenos. Sería mejor que fuera un producto mucho más redondo y con un guión que no resultara vergonzoso en algunos pasajes. De todos modos, es un aceptable entretenimiento que poco tiene que envidiar a productos hollywoodienses que algunos tanto alaban.
Lo mejor: La selección musical
Lo peor: El guión
Nota: 5
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