Parece un poco tópico, a veces, decir que una película es “realista”. ¿Qué
es, en verdad, una película realista? ¿Aquélla que está bien ambientada? ¿La
que sigue fielmente unos hechos históricos o actuales determinados? O ¿La que
mejor sabe capturar la complejidad e irracionalidad del alma humana? En este
caso, voy a quedarme con la última, porque el Amor de Michael Haneke es un fiel, honesto, tierno y triste retrato
de la última etapa de la vida. Tan real, que parece una ventana a un futuro que,
antes o después, acabará por llegar. Ahí está, como si lo estuviéramos leyendo
en las encíclicas cantadas de Melquíades.
El último film del director de Caché
y La cinta blanca es una conmovedora
y a la vez escalofriante historia de amor que llega a su fin por causas
naturales: la vejez. Después de sufrir un ataque, Anne, una profesora de música
clásica jubilada, vuelve del hospital con medio cuerpo paralizado. A partir de
entonces, el amor que siempre la ha unido con su marido George será puesto a
prueba y se irá degradando poco a poco, a medida que lo haga el cuerpo y la
mente de la protagonista.
A pesar de tratarse de una producción, aparentemente, más pequeña que los
anteriores proyectos del austríaco, la narración de Haneke vuelve a llegar,
como siempre, hasta lo más hondo del espectador. La misma perturbadora reacción
que había conseguido con las atroces acciones de un bate de béisbol, así como con
la maldad escondida en la simple muerte de un canario, esta vez la genera con
la desesperación de un hombre que ve cómo el amor de su vida se pierde en la
oscuridad de una vejez cruel, que se lleva lo más preciado de una persona y
aquello que le da su dignidad: la cabeza. Por otra parte, quizás sea la falta
de exagerada ambición —vista en según
qué directores últimamente— lo que hace más grande este último trabajo de
Michael Haneke y le posibilita captar algo tan sencillo y a la vez tan complejo
como es el amor y la muerte psíquica, emotiva y física que acaban con él.
Los protagonistas de Amor son un
matrimonio de ochenta años, jubilados y melómanos. No estamos hablando de personajes
extravagantes, especiales ni con una particularidad específica, no. Son dos personas
normales, diríamos, como cualquiera de nosotros a su edad. Esos son los más
complicados de interpretar, porque no hay ninguna adicción, indumentaria o ideología
de la que partir. Cuesta más llegar al alma de estos personajes y transmitirla
al espectador. Sin embargo, eso es lo que hacen Jean-Louis Trintignant y
Emmanuelle Riva, magistrales en sus papeles y capaces de regalarnos escenas de ternura y verdadero horror como la visita del pupilo,
las imaginaciones en la mente de Trintignant o la desesperación en el rostro de
Isabelle Huppert al ver a su madre.
De todas las excelentes críticas que ha recibido la película, una decía que,
con ella, Haneke interpreta un réquiem para el amor. Muy
acertado, la verdad. Schubert, Beethoven y Bach son,
en este caso, los encargados de componer esta fabulosa y tristísima pieza en
honor a la defunción de toda una vida, reducida a una cama y un cuentagotas.
Lo mejor: la narración de Haneke y los dos protagonistas,
inmensamente reales y conmovedores.
Lo peor: que la depresión continúa amarrada en el cuerpo al
cabo de una semana, y de dos, y de tres…
Nota: 9
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Haneke vuelve a cambiar de registro. Con 'Amour' vuelca su mirada a la vejez y el derecho de morir en paz. Los actores, fantásticos. Un saludo!
ResponderEliminar¡Muy de acuerdo contigo! Y la verdad, habría estado muy bien que Trintignant hubiera tenido más premios per esta brillante interpretación!
Eliminar¡Saludos!
La vi por fin el otro día y una vez más Haneke volvió a golpearme duro, pero esta vez quizás de un modo más honesto sin menos manipulaciones. La vida misma como decís, aunque nos duela verlo, porque no estamos acostumbrados a ver cine realista sobre la vejez, la enfermedad y la muerte.
ResponderEliminarMuy buena crítica, yo también le daría la misma nota.
Nos seguimos leyendo!!
Saludos.
¡Me alegro que compartamos opiniones! Si, realmente, el realismo con que Haneke trata esta etapa de la vida asusta a la vez que maravilla!
Eliminar¡Por supuesto, mantenemos contacto! :D
¡Saludos!