Guillermo del Toro la ha clavado. No ha hecho la película definitiva ni un blockbuster redondo, ni mucho menos. Pero sí cojonudo y entretenidísimo. Su revisión/homenaje a las míticas películas japonesas de kaiju, los monstruos marinos, cuyo máximo exponente es el archiconocido Godzilla, es una de las cintas más disfrutables del verano y, por extensión, de todo el año. No engaña a nadie y ofrece, con creces, su ¿único? objetivo: hacer vibrar la sala.
Lo mejor: No engaña al espectador ni lo trata como a un idiota
Lo peor: No explotar más la unión entre los conductores de un robot
Nota: 7
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