Cabía esperar que tras el éxito apabullante de crítica y público de [REC], llegará una segunda entrega. Así fue, en 2009 el inmueble de Rambla Catalunya volvió a las salas de cine con la cámara en mano de Jaume Balagueró y Paco Plaza. Decepcionante para algunos fans de la primera entrega y todo un divertimento para otros tanto. Servidor, se sitúa en el segundo grupo. Lo más importante, se da respuesta a varias dudas planteadas.
Dos horas después de ese plano magistral de Manuela Velasco desapareciendo de la pantalla y de lo que cubre la visión nocturna de la cámara. Entran cuatro GEO y un experto sanitario que resulta ser un cura exorcista. desde un primer instante, la secuela recoge tintes religiosos y bebe del terror inauguarado con la cinta de William Friedkin. Una técnica discutible quizás, pero de algún modo se tenía que esclarecer el pasado de la niña Madeiros y es una fórmula estupenda. La posesión demoníaca se hace visible y la saga sufre un giro conceptual, sin dejar de lado su vertiente zombi ni hiperrealista.
De hecho, el modo de narración para evitar un desgaste fortuito, se bifurca en dos partes. La de los cuatro GEO con cámaras integradas en los cascos y a medio metreaje, de forma inteligente, se cambia por la cámara digital de tres jóvenes adolescentes con ganas de juerga. Con estos últimos, Plaza y Balagueró refuerzan el público juvenil y adaptan la saga a los nuevos tiempos y tecnologías. La historia no tiene fisuras, funciona perfectamente, pero la fórmula, sin perder fuelle, no tiene tanto gancho y se pierde (y mucho) el efecto sorpresa.
Ahora bien, el tándem vuelve a apostar por el humor negro, unas carcajadas que alivian de la tensión producida y que doblan las de la primera entrega. La autenticidad de los acontecimientos y el horror realista vuelve a ser el garante de una propuesta original (pero ya vista) y tremendamente divertida. Los diálogos, si caben, más frescos, más gamberros y más salvajamente desternillantes. Algunas situaciones son, simplemente, antológicas, para el recuerdo como el padre con las medicinas cayendo escaleras abajo o la entrada epifánica de Manuela Velasco con la cámara.
[REC] 2 da lo que se espera de ella: más terror, más humor y respuestas a los enigmas de la primera entrega. Lo hace siguiendo su estela, fiel a su estilo con un cambio de punto de vista necesario e inteligente y sin despreciar los pilares de su antecesora. No es perfecta ni redonda, pero solo porque su fórmula ha perdido originalidad, el resto sigue siendo una apuesta clara y grande del terror español.
Lo mejor: Se deja llevar y ofrece el doble de risas
Lo peor: No respetar las respuestas que se dan
Nota: 7
PD: ¿Sois de los que están a favor o en contra de esta secuela?
Para mi, lo que comentas en LO PEOR, me decepcionó tanto que salí algo asqueado de la sala...
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