¡Feliz lunes amigos y amigas cinéfilos! Como muy bien contestó Alhy, el Enigma Rosebud que os proponíamos el viernes era Ser o no ser de Ernst Lubitsch, una magnífica sátira sobre el nazismo en plena segunda guerra mundial (1942). El diálogo en concreto que os pusimo pertenece a esta escena de aquí arriba, al inicio de la película, cuando los dos protagonistas (Carole Lombard y Jack Benny) ponen en juego sus respectivos egos. Hoy, en Cinema Ligths, le dedicamos un especial a este clásico de los clásicos, una de las mejores comedias de toda la historia del cine.
Hace un tiempo hablamos de Con faldas y a lo loco (Billy Wilder) y de lo cerca que estaba de ser "la comedia de las comedias". Comentábamos también que gran parte del talento de Billy Wilder para escribir esos punzantes y ácidos diálogos venía de sus maestro, ningún otro que Ernst Lubitsch. Así pues, ya de entrada, no es de extrañar que To be or not to be sea esté también en la cima de este género tan extremadamente extenso como es la comedia. Y preguntaréis, ¿porqué? Vamos con las razones:
1. El toque Lubitsch, esa astucia, ese humor negro, esa capacidad, en definitiva, de construir los diálogos más hilarantes, sarcásticos y cínicos que un espectador puede escuchar delante de la gran pantalla. El texto, esa es la joya, el diamante en bruto de todas las piezas de Ernst Lubitsch, desde sus inicios en Alemania hasta Hollywood, donde encontramos maravillas como El bazar de las sorpresas (1940), El diablo dijo no (1943) o Ninotchka (1939), más conocida como la película que hizo reír a Greta Garbo. Ser o no ser, claro está, no podía ser ninguna excepción. Además, en este caso tenemos que añadir un elemento más dentro del toque Lubitsch: la sátira.
Profesor Siletsky: Me pregunto si sabe usted realmente qué significa el nazismo.
Maria Tura: Tengo una ligera idea.
PS: Por ejemplo, todo lo que intentamos hacer es crear un mundo feliz.
MT: Y la gente que no quiere ser feliz no tiene sitio en este mundo feliz. Vaya, eso tiene sentido.
2. Sátira al nazismo. La película está ambientada en la Varsovia de 1939, justo en el momento en que las tropas de Hitler invadieron Polonia, dando así el disparo de salida de la Segunda Guerra Mundial. en este contexto, una compañía de actores polacos se meterá de lleno en una trama de espionaje para engañar a los nazis y salvar así a la resistencia del país. Disfraces, farsas, teatro... Todo ello mezclado con una sátira constante al idealismo nazi y a la propia figura de Hitler. Recordamos, la película se estrenó en 1942, en plena guerra, y la mejor manera de combatir unos principios tan sumamente absurdos e inhumanos era ridiculizándolos -un modelo que ya había seguido Charles Chaplin con El gran dictador (1940) y que años después recuperaría Roberto Benigni en partes de La vida es bella (1997)-.
Joseph Tura: Sí, es la mujer del gran gran gran Joseph Tura, ¿le conoce?
Coronel Ehrhardt: Oh, sí. Lo vi actuar una vez cuando estuve en Varsovia hace unos años. Lo que hizo con Shakespeare es lo que estamos haciendo nosotros con Polonia.
Eso es lo que hizo tan fabulosamente Ernst Lubitsch con Ser o no ser, aunque en el momento de su estreno, hay que decirlo, recibió muchas críticas de gente que, lejos de entender el poder destructor que podía tener burlarse de un hombre "que no bebe, no fuma, no come carne", lo criticó por reírse del Holocausto y de no tener tacto. ¡Mentira! Y si no, atentos al discurso final de Felix Bressart, uno de los actores de la compañía, que interpreta el famoso grito a la igualdad del Shylock de El mercader de Venecia (click aquí). Y esto nos lleva al tercer punto.
3. Los actores. Una comedia con unos diálogos perfectos no es nada sin unos buenos actores. En este caso, el cómico Jack Benny y la actriz Carole Lombard -Lombard, mujer de Clark Gable, moriría el mismo 1942 en un accidente de avión- están divertidísimos. De este modo, cumplen estupendamente con la función de convertir el film de Lubitsch en una comedia imposible de olvidar. Claro que tampoco hay que pasar por alto el espléndido trabajo de los secundarios que, como en todas las películas del director alemán, tienen la misma importancia que los protagonistas. Estamos hablando de Felix Bressart, Sig Ruman (encargado aquí de la caricatura de los altos cargos nazis), Robert Stack y Tom Dugan.
En definitiva, estamos delante de un "peliculón", como nos decían, un film de visión obligatoria para todos los amantes del séptimo arte, porque, sin duda alguna, y sin exageraciones de ningún tipo, ES una de las mejores comedias -y al mismo tiempo críticas al totalitarismo- que se han visto nunca. Os dejamos con la escena que da título a la película. Una sola palabra: memorable.
3. Los actores. Una comedia con unos diálogos perfectos no es nada sin unos buenos actores. En este caso, el cómico Jack Benny y la actriz Carole Lombard -Lombard, mujer de Clark Gable, moriría el mismo 1942 en un accidente de avión- están divertidísimos. De este modo, cumplen estupendamente con la función de convertir el film de Lubitsch en una comedia imposible de olvidar. Claro que tampoco hay que pasar por alto el espléndido trabajo de los secundarios que, como en todas las películas del director alemán, tienen la misma importancia que los protagonistas. Estamos hablando de Felix Bressart, Sig Ruman (encargado aquí de la caricatura de los altos cargos nazis), Robert Stack y Tom Dugan.
¡Ganeeeeee! ;)
ResponderEliminarHay pocas películas perfectas y en las que todas las piezas encajen a la perfección. Esta es una de ellas.
Paradójicamente, hay una cualidad que poseen todos los clásicos: frescura o atemporalidad, que viene a ser lo mismo. Estoy convencida de que dentro de 100 años, seguirá pareciendo igual de inteligente, divertida, valiente e ingeniosa. No se puede parodiar y denunciar mejor. La he visto unas 10 veces y me sigue maravillando...
Un saludo cinéfilo ***
¡Sí, felicidades! Teníamos miedo de que, al no ser una de las frases más famosas de la película, nadie la adivinara, pero los fans de Ernst Lubitsch se dejaron ver :D Exacto, pasen los años que pasen, 'To be or not to be' continuarà siendo perfecta porque, como dices, su guión y humor, inteligentísimos, son perennes.
Eliminar¡Saludos cinéfilos de vuelta!
Estoy totalmente convencida de que "Ser o no ser" es la cumbre de la comedia. Perfecta por todos los puntos que comentáis. La habré visto más de 20 veces y no me canso. La crítica es continua, los dobles sentidos... genial!
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Ernst Lubitsch está en lo más alto, y sin duda, con esta película, llegó a la cima. Una de nuestras redactoras también la ha visto saciedad de veces y no se va a cansar nunca de verle la cara a Jack Benny cuando descubre quién está en el sillón junto a él, o los gritos de "Schultz!" o el "Cómo está el profesor Siletsky? Muerto, absloutamente muerto"... :D
Eliminar¡Saludos!
Totalmente de acuerdo. Como todo buen clásico, este film es atemporal. Hay infinidad de gags memorables, que me siguen haciendo reír. Y he de decir que no he contado las veces que he visto esta película, pero también son muchas.
ResponderEliminarRecuerdo cuando la repusieron en el cine Capsa, a finales de los años 70 y las enormes colas de las nuevas generaciones que descubríamos entonces esta obra maestra.
Me sigo riendo como el primer día cada vez que la veo (ya va para bastantes veces- no las tengo contadas), incluso me río sólo de comentar las escenas.
ResponderEliminar"Ha, ha, ha, con que Ehrhardt campos de concentración, ha, ha,ha!! Esto es justo lo que pensaba que diría"
Qué humor!! Realmente genial. La cima de la comedia. Y totalmente de acuerdo en la calidad de atemporal de todos los buenos clásicos.
Por cierto yo también la ví por primera vez en el Capsa.
Toda nuestra generación la vio en el Capsa y nose nos ha olvidado.
ResponderEliminarAnoche la vi por enésima vez (ya perdí la cuenta) y la disfruté más que las primeras veces. Es decir, que esta película no es que no envejezca, sino que cada vez es más actual.
ResponderEliminar(Josef): -"¡Amigos...!"
(Maria):-"¡...romanos, conciudadanos,!...¡Ya te vas a lanzar con el discurso de Antonio en "Julio César"!