Esta semana ha llegado a nuestra cartelera la nueva versión del libro de Stieg Larsson, esta vez en Hollywood y bajo la batuta de David Fincher (Se7en, Zodiac y La red social). El nuevo Los hombres que no amaban a las mujeres ha arrancado su carrera comercial en España con 845.000 euros y aunque parecía descolgada de la carrera de premios (e los Globos de Oro solo competía por la mejor actriz y la mejor música), parece que otros premios sí la tienen en cuenta y está nominada en el gremio de productores, en el de directores, el de guionistas y el de montadores. Vaya que tiene posibilidades de premios. Y como las películas de la carrera suelen tener un nivel alto medio alto, es probable que las próximas semanas haya poca discordia, pero podréis disfrutar de tres puntos de vista acerca de los filmes más importantes de la temporada.
Habiendo leído los libros y habiendo visto la versión sueca puedo decir que la nueva película de David Fincher no está nada mal, o al menos no me consiguió aburrir aún sabiendo toda la historia. A líneas generales, las dos versiones son de lo más parecidas, apenas hay giros argumentales tales como anunciaba Fincher y no existe ninguna sorpresa aparente, excepto el final, que es más parecido al libro que el de su antecesora. Así, se podría decir que esta nueva versión es incluso más fiel a la obra de Stieg Larsson, si eso era posible, por pequeños detalles como la manera por la que Blomkvist relaciona los números con las citas del levítico (aquí, como en el libro, es la hija quien da la pista). Pero a pesar de los parecidos la película consigue atrapar, por su oscura y fría atmosfera, sus paisajes suecos, su fotografía y sus protagonistas.
Daniel Craig hace bien su trabajo interpretando al idealista, comprometido y siempre moral redactor de Millenium, Mikael Blomkvist, y funciona muy bien junto a su compañera Rooney Mara (se hace más entretenida la parte en que ambos se conocen y trabajan juntos). Sin embargo, comparando las dos interpretaciones del controvertido personaje de Lisbeth Salander, no sabría con cual quedarme. La Lisbeth de Rooney Mara deja entrever en su carácter y su mirada a la pequeña Lisbeth y su tumultuoso pasado, el daño que le hicieron, es más
frágil y débil; en cambio, Noomi Rapace interpreta a una Lisbeth más dura, más inteligente, descarada y autosuficiente. Quizás me gustó más Rapace, por su fuerte carácter y su carisma, o quizás sea porque no me gustan nada las cejas decoloradas de Mara. El único hecho reprochable de la película (y que ya sucedía con los flashbacks de la sueca) es la manía que tienen en revelar uno de los grandes misterios del segundo libro (el relacionado con el padre de Lisbeth) y que fastidian la lectura a más de un pobre espectador. A parte de eso, la película de Fincher es cautivadora, intrigante y renovadora.
Nota: 8
Alejandra Diez
Los títulos de crédito del inicio de la película, para nada bondianos -¿o es que no recordamos los geniales títulos de Seven?- son solo el principio de una película magistralmente dirigida y con una ambientación perfecta para este thriller frío y oscuro como es la trama de Los hombres que no amaban a las mujeres. Tengo que confesar que no he leído el libro y tampoco vi la primera adaptación sueca del bestseller (aquí se queda mi comparación con Noomi Rapace), así que quizás tengo menos prejuicios a la hora de hablar del nuevo proyecto de Fincher como lo que es, un producto cinematográfico excelente, con un guión absorvente y desgarrador, y un in crescendo que, sin prisas, nos lleva hasta el clímax final de la película. En ello ayuda el extraordinario montaje, al servicio absoluto de la historia y de la creación de suspense, siendo el mejor ejemplo de ello el montaje paralelo entre las investigaciones de Blomkvist, por una parte, y las de Salander, por la otra.
Y hablando de Salander, ¡que interpretación nos regala Rooney Mara! La de un personaje tan complejo, tan fuerte, y débil a su vez, y especial como es el de la hacker Lisbeth Salander. Y lo hace de un modo más que convincente y merecedor de una nominación, como mínimo, al Oscar a la mejor actriz. La actuación de Daniel Craig, más comedida, tampoco queda en segundo plano, y realiza el papel de periodista investigador -no muy consciente de los peligros a los que se está sometiendo- muy correctamente. Así pues, y a pesar de la grata presencia de Christopher Plummer, Stellan Skarsgard y Joely Richardson, lo mejor es el tándem entre Craig y Mara, siendo la escena en que Blomkvist va a buscar a Salander uno de los ejemplos de esta especial relación que se establece entre ambos protagonistas. Y un último apunte: me veo obligada a morderme la lengua, porque debo reconocer que la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross hace perfectamente su función para con la película (al contrario que en La red social), contribuyendo a la tensión y expectación constantes presentes en este thriller. Ahora bien, continúo pensando que no es merecedora de ninguna nominación o premio.
Nota: 9
M. del Mar Gallardo
Era virgen al mundo Millenium hasta que he visto el nuevo trabajo de David Fincher. No me gustó nada que él cogiera este encargo, pero no podía perderme el nuevo trabajo de uno de mis tres directores norteamericanos actuales favoritos. Sabía cuatro pinceladas de la historia y sobre el personaje de Lisbeth Salander y he quedado fascinado por él, pero no gracias a la historia del cual parte la cinta, sino por lo cinematográfico de la propuesta. Fincher crea un thriller blockbuster de autor con un trabajo minucioso, oscuro y ecléctico. Era un material idóneo para él visto el resultado y construye un notable relato sobre la violencia hcia las mujeres mediante un trama de intriga y un personaje protagonista excelente. Sabemos bien poco de Salander -en manos de una Rooney Mara estratosférica- , pero quedas instantáneamente atrapado por su psicología críptica y el de Mikael Blomkvist (buen trabajo de Daniel Craig) no es para menos.
Fuera del espléndido trabajo de Fincher, la película destaca por su gloriosa fotografía -que crea unos paisajes fríos, distantes y a la vez llenos de perversión- y su brillante banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross que vuelven a acertar con partituras innovadoras y escenifican un original juego entre música, imágenes y movimientos que ya le gustaría a más de uno. El montaje es fascinante y logra en sus 160 minutos mantener una tensión y atractivo como pocas veces se logra, además, dosifica muy bien la información de la trama y los personajes. Solo le fallan dos cosas, la primera es una minucia y es que se huele quien es el villano desde buen principio (más que nada es que es el único actor sueco conocido del reparto). La segunda, y muy importante, es que la película no profundiza en nada, no cuenta nada -fuera de una historia formal de intriga- y parece el preámbulo de algo mucho más grande aún. Pero todo su empaque, lo visionario de la propuesta y la minuciosidad de Fincher hacen de ella un trabajo muy notable, pero lejos de las obras cumbres de él.
Nota: 8
Alain Garrido.
A mi me gustó mucho. No he visto las películas suecas pero sí he leído los libros y me parce una de las mejores adaptaciones de novela que he visto y además teniendo en cuenta que se trata de un thriller. Aún sabiendo lo que va a pasar sigues enganchado a las imágenes. El trabajo de casting me parece fantástico. Todos cuadran con las definiciones que dió Larsson en sus libros. No desentonan para nada. Una gran fotografía y muy buenas interpretaciones.
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