A veces entramos en la sala de cine sin saber exactamente con qué nos vamos a encontrar. Sí, quizás hemos leído buenas críticas; de acuerdo, a lo mejor el género es de nuestro agrado; pero poco más. Es lo que llamamos “ir al cine con bajas expectativas”. Es normalmente en estos casos cuando una buena película consigue sorprender y entusiasmar al espectador de un modo tan exagerado que se posiciona entre las candidatas a fenómeno del año.
En verano del 2010, la primera entrega de Cómo entrenar a tu dragón consiguió más o menos el mismo efecto. Dirigida por Dean Deblois y Chris Sanders, responsables en su momento de la creación del extraterrestre Stitch —véase la similitud entre este y el dragón Desdentao—, la película narraba con humor, encanto y maestría visual la rebeldía de un chico vikingo al negarse a matar un dragón y hacerse su mejor amigo. Una amistad prohibida como centro de la historia y una complicada relación paternofilial como principal antagonista de un antihéroe torpe y asustadizo. ¿Resultado? Toda una sorpresa de perfección animada.
Sin embargo, si el primer Cómo entrenar a tu dragón fue toda una sorpresa artística, técnica, argumental y musical, con la secuela de esta épica aventura animada pasa todo lo contrario. Las expectativas son... (continuar leyendo)
Lo mejor: el entretenimiento, el dibujo de Hipo y Desdentao y, por supuesto, la banda sonora de John Powell.
Lo peor: que compite con una cinta mucho más perfecta y encantadora: su antecesora.
Nota: 8
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Concuerdo contigo. Uf, esta película me quitó el aliento. Tal como has dicho, los que ya nos habíamos enamorado de la primera entrega teníamos altísimas expectativas para la segunda, sin embargo para el alivio de todos estas se vieron satisfechas. Aunque extrañaremos la primera, de eso no cabe duda. La historia resulta ser una interesante aplicación de "El camino del héroe" y las teorías de Freud. Hipo y Desdentado estás más encantadores que nunca, aunque he de decir que me faltó algo más de participación femenina, pues creo que Astrid es un personaje interesante del que se puede explotar más. Por otro lado, John Powell sí que se lució esta vez. No me atrevería a decir que se superó respecto a su composición anterior, pero sí es notable como en esta entrega logra transmitir conceptos evidentes con la música, que aportan a la acción en pantalla. Un verdadero gusto de película.
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