La pintura, la música, la
literatura, el teatro y, en general, todas las artes, son una suma de
elementos. La técnica —el pincel,
la escritura, la melodía, la escenografía— es básica. El contenido —crítica
social, romance, nostalgia, historia—, imprescindible. No obstante, para que un
cuadro de William Turner nos llegue a lo más hondo de nuestro ser o para que
una canción de Bruce Springsteen nos suba la adrenalina hasta hacernos sudar
por todo el cuerpo, es necesario algo más. ¿Algo? ¿Qué algo? Ese algo imperceptible con la vista e
imposible de tocar, pero tan fácil de sentir: ilusión, amor, química, magia. Da
igual que estemos delante de un clásico de Tolstoi o un bestseller de suspense,
no importa si es una obra de David Mamet o una comedia ligera que sólo busca
hacer pasar el rato. Si el espectador siente esa magia, esa ilusión con que el
autor ha pintado una línea o ha compuesto una tonada, habrá conseguido su
principal objetivo: emocionar al
espectador, hacerlo vibrar de energía y aumentar su grado de entusiasmo
hasta tal punto que se vea reflejado en una sonrisa, una lágrima, un grito o
una fuerte palpitación.
En el cine pasa lo mismo. ¿Qué tiene
E.T. que nos parece tan mágica? ¿Y Star Wars? ¿Qué ha convertido a esta
saga en leyenda cinematográfica? Son cintas de entretenimiento, grandes
producciones de Hollywood con cantidad de efectos especiales, historias
fantásticas y aventuras, muchas aventuras. Pero hay algo más en ellas. Quizás sea la música de John Williams, o
el encanto y humor de algunos personajes o, simplemente, la historia que
cuentan y cómo la cuentan. Sea como sea, durante décadas han conseguido que
millones de personas salieran del cine con lo que diríamos un auténtico “subidón” de adrenalina. Una
de estas personas es J.J. Abrams, creador
de Perdidos y director de Misión Imposible 3, Star Trek y Super 8, quien ha comentado en más de
una ocasión lo importante que es para él entretener,
divertir y emocionar al público que va a ver sus películas. No hay duda de
que con cada film que ha dirigido, en mayor o menor medida, lo ha conseguido.
Esta semana vuelve a la gran pantalla por todo lo alto con Star Trek: en la oscuridad
que es, hasta la fecha, su película más redonda y, por consiguiente, la mejor
de todas. Estamos delante de una cinta de acción y entretenimiento en
mayúsculas, sin duda el blockbuster del
año.
Star Trek: en la oscuridad es de esas películas que se merecen ser
comentadas paso a paso, elemento por elemento. Empezamos por el guión, porque después de un éxito de crítica y
taquilla como el de Star Trek, la
presión para hacer la secuela, con los personajes principales y sus historias
ya presentados, siempre es mayor. Para ver esta segunda entrega vuelve a ser
del todo innecesario haber seguido la serie o visto la larga colección de
películas del universo Trek. Abrams incluso ha afirmado en alguna entrevista
que Star Trek: en la oscuridad se
podría ver sin visionar su inmediata predecesora. No obstante, todos los que hayan visto el reboot del 2009 tendrán la ventaja de
conocer a los protagonistas, mientras que los trekkies de toda la vida se verán recompensados con algún que otro
guiño a la serie original. Dicho esto, el
libreto escrito por Roberto Orci, Alex Kurtzman y Damon Lindelof no sólo iguala en narración, dinamismo y
diálogos a la primera, sino que la supera en profundidad y personajes. El
ejemplo por excelencia es el personaje del malo, interpretado por el actor del
año y aquí magnífico Benedict
Cumberbatch. John Harrison es el mal en mayúsculas, pero aún así, hay
ciertas ambigüedades, ciertas dudas en sus motivaciones que lo hacen uno de los personajes más interesantes y
ricos de la historia.
De semblante imperturbable a emoción y rabia perturbadoras. Cumberbatch baraja
y maneja una amplitud sorprendente de
registros, y lo hace con una fuerza física e intelectual únicamente
comparables a su voz, rítmica y perforadora. Ni que decir, por tanto, lo
importante que es ver esta película en su versión
original, empezando por la entrada en escena del personaje de Cumberbatch. En
lo que es un perfecto ejercicio de anticipación, escuchamos su voz antes de verlo
a él en primer plano, pequeña joya momentánea que pierde toda la gracia si se
escucha el doblaje. Lo mismo pasa con el resto de personajes, muy especialmente
con Simon Pegg y Karl Urban, quienes
construyen gran parte de sus personajes —Scotty y Bones—, con sus acentos
escocés y australiano. Scotty y Bones son, precisamente, los dos grandes secundarios
de Star Trek: en la oscuridad. En
ellos recae gran parte del peso
humorístico de la cinta, lleno de cinismo, ironía y divertidísimos diálogos
que se compenetran a la perfección con los momentos más tensos y dramáticos del
film. Junto a ellos, Bruce Greenwood, Zoe
Saldana, John Cho y Anton Yelchin —este último con menos minutos en
pantalla de los que me habría gustado— conforman, de nuevo, un fabuloso equipo interpretativo capitaneado
por unos soberbios Chris Pine y Zachary Quinto en los papeles de James T. Kirk
y Spock.
En la película del 2009 se conocieron, se pelearon, se odiaron y empezaron
a entenderse. En esta segunda entrega, la
relación de amistad entre el capitán del U.S.S.
Enterprise y su primer oficial evoluciona de una forma magistral, tanto a
nivel narrativo como interpretativo. Chris Pine se enfrenta esta vez a un
Kirk mucho más emotivo que el de la primera entrega, aunque no pierde ni por un
momento la perspicacia y el humor que tanto caracterizan a su personaje. Por su
parte, Zachary Quinto va un paso más allá en la lucha de Spock entre su mitad vulcana
—lógica— y su mitad humana —emotiva—, y es el protagonista del maravilloso
clímax de la cinta de Abrams. Pine y
Quinto, Kirk y Spock. Juntos se sitúan a la altura de Cumberbatch y ponen en
marcha un duelo interpretativo digno de admirar. Por cierto, que Pine y
Quinto comparten una de las mejores y más emotivas escenas del film,
perfectamente rodada, interpretada y acompañada por un precioso tema musical,
obra de Michael Giacchino, compositor
fetiche de Abrams.
Esto nos lleva directos a comentar los apartados técnicos, empezando por la
banda sonora. Giacchino recupera de nuevo ese
magnífico y épico tema central que compuso
para la primera entrega y lo mezcla con todo un listado de melodías nuevas,
muy representativas de cada momento y escena de la película. Los cánticos, la electrónica y el piano
son tres de los elementos más destacados de una banda sonora que, al igual que
el film al que acompaña, sabe entrelazar acción y emoción de un modo exquisito.
Atención, amantes del compositor, a los
temas “London Calling” y “Buying the space farm”, tan sobrecogedores como
las imágenes a las que complementan. La música de Giacchino es, pues, otro
elemento a sumar al todo de Star Trek: en
la oscuridad, un conjunto en el que no pueden faltar la cámara de J.J. Abrams ni el montaje de Mary Jo Markey y Maryann
Brandon, habituales colaboradoras del director. Un principio de palabrota, “shhhhiiiiii”,
encadenado a un simple abrir de puertas nos da alguna pista de la calidad de un
montaje que, sin ser superfluo, sabe unir a la perfección infinidad de escenas
paralelas y momentos, expresiones, de acción reacción. Al mismo tiempo, los planos de Abrams recogen
conversaciones, tensiones y batallas con el máximo cuidado y originalidad posibles.
En este sentido, vamos a quedarnos con el ejemplo del “caminar y hablar” al
mismo tiempo a lo largo de los pasillos y ascensores de la nave Enterprise.
Dejamos por último el 3D. Para ello, voy a pasarme a la inusual y un poco
egocéntrica primera persona del singular para hablar de la experiencia de ver Star
Trek: en la oscuridad en 3D en la pantalla IMAX de Londres. No sé si
realmente J.J. Abrams ha hecho un paso adelante en la utilización de esta
técnica o si el resultado es sólo
extremadamente satisfactorio cuando se complementa con una gigantesca pantalla
de IMAX. Sospecho que la segunda. En realidad, el nuevo film de Abrams
puede verse y disfrutarse perfectamente en dos dimensiones. Eso sí, ver esos primeros planos y esas escenas de
acción magnificadas no tiene precio. La calidad del 3D, en este caso, es
innegable, tanto en la profundidad de los escenarios, que introducen al
espectador casi literalmente dentro de la película; como en la cantidad de
objetos, naves y polvo de estrellas que salen disparados hacia el público. ¿Valoración
de la experiencia en el BFI Imax de Londres? De 10, la misma nota que se ha ganado, por parte de una servidora, Stark Trek: en la oscuridad.
¿Que un 10 es demasiada nota? Seguramente. Pero, si no le ponemos un 10 a aquellas películas que una vez fuera del cine
continúan fascinándonos durante días y semanas, sean del género que sean,
¿a cuáles se lo vamos a poner? El último punto es el entusiasmo, y en Star Trek: en la oscuridad, J.J. Abrams divierte, emociona y entretiene, todo con una calidad cinematográfica
excelente. Sólo queda pedirle al señor Abrams, copiando el gesto de
despedida típico vulcano, que viva larga
y prósperamente para continuar disfrutando de la magia de sus películas. Y,
por si acaso, añadiremos también un “que la fuerza le acompañe”.
Lo mejor: Cumberbatch, la música de Giacchino, la relación
entre Kirk y Spock, las salidas de Simon Pegg y Karl Urban, la dirección de
J.J. Abrams… y así hasta nombrar todos los componentes de la película.
Lo peor: que mi entusiasmo acostumbra a traducirse en críticas demasiado largas.
Nota: 10
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Una crítica sensacional. Casi no puedo esperar a esta tarde para verla
ResponderEliminarUn 10 como una casa, la acabo de ver en el cine en VOS y hay que decir que es el mejor blockbuster del verano, a años luz de Man of Steel, Iron Man 3 etc... La verdad es que no se le puede reprochar nada, es una gran película que consigue entretener y divertir, además de ser respetuosa con los trekkers habiendo referencias a la serie y a las películas antiguas. Me encanta lo que han conseguido hacer con Star Trek y es que esta realidad alternativa de Star Trek que propone J.J. Abrams esta muy conseguida, no solo es tan buena como la primera parte sino que la mejora.
ResponderEliminarGenial crítica Maria del Mar :).
Saludos!!!!! ^^
¡Muchas gracias Ryo! :) Me alegro muchísimo de que coincidamos en la nota. Realmente, esta película entusiasma -a todos los tipos de público-, y qué bien que la hayas visto en VOS, no tiene precio!
Eliminar¡¡Saludos!! :D
Hola ¡
ResponderEliminarPermíteme presentarme soy Ana Marcela, Periodista y fanática de las webs 2.0 Tanto así que me anime a tener mi propia web www.peliculasgg.com . El motivo de este mensaje es pedirte un intercambio de enlaces y así mejorar ambos en posicionamiento o lograr un mayor número de visitas.
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Un abrazo, gracias.