El cine de Jean Becker no engaña a nadie. Sencillo, directo, pulcro, liviano y enternecedor. Cuenta relatos muy cotidianos y profusamente humanos, con personajes entrañables y cierta tendencia hacia la reiteración. Es decir, pocas sorpresas, pero dejando satisfecho al espectador con un pedacito de vida al evitar abusar del dramatismo e incorporando toques cómicos que rompan el hieratismo de la historia.
Lo mejor: La química entre Patrick Chesnais y Jeanne Lambert
Lo peor: Cae en una reiteración abrumadora
Nota: 5
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