Un golpe. Dos golpes. Tres golpes. Y otro. Y otro. Safi, un niño pequeño de Palestina pica y pica con una piedra el muro que separa su tierra de Israel. Es un niño devastado por el conflicto bélico abierto desde hace seis décadas en esa región. Un conflicto que no parece tener fin y al que su futuro está ligado. Añora con dejar el odio y el terror atrás, lo que no sabe es que al otro lado también está muy presente ambos sentimientos. ¿Para que tantos golpecitos? Para esperar la paz y la libertad en un mundo de rencor y pánico.
Lo mejor: Evelyne Brochu y la escena del parto
Nota: 8
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