Música, imágenes y sentimientos. Tres vértices que formaban un triángulo perfecto en El árbol de la vida, la anterior y magistral película de Terrence Malick. En To the wonder dividió a la crítica en el pasado Festival de Venecia con comentarios que se mueven desde la excelencia hasta el aburrimiento máximo. Ni de buen lejos está al nivel de la anterior obra del tejano, pero tampoco estamos ante una mala película. Solo faltaría.
Malick supedita sus películas, sobre todo las últimas, a la creación de la imagen como máximo exponente de los sentimientos con un gran apoyo en la música. Su juego audiovisual posee una belleza formal y estilística poco explotada en el cine, un arte enclaustrado a las viejas formas y a las convenciones más arraigadas. En su nueva película se centra en los problemas de la relación de pareja, los altibajos, el distanciamiento y el miedo al compromiso. Poco se dice, todo se lee entre líneas (y notas musicales y hasta bailes de una guapísima Olga Kurylenko), se percibe en los rostros de los personajes y en sus acciones.
El protagonista (un Ben Affleck inexpresivo, misma cara feliz, misma cara triste) es un hombre incapaz de amar plenamente a la mujer que le gusta y decide sucumbir al libido y rendirse a los encantos de una antigua ex. To the wonder disecciona de forma apabullante las psiques de este triángulo amoroso que se pierde en un terreno pantanoso (y espiritual) cuando aparece el personaje de Javier Bardem (soberbio en su rol), un párroco con poco que aportar y causante de las bajadas de intensidad del relato.
La trama avanza, lentamente, con buen pulso, condenada a la incomprensión y con un conjunto de pasajes fascinantes, preparados para lanzarse a los corazones de los espectadores. Eso sí, hay que ser justos. La película no es redonda por la reiteración en momentos puntuales, una tendencia al subrayado y unos pasajes más cercanos al tedio que a la maravilla a la que aspira el propio título. Sino se aprecia su magistral uso de la música y la imagen para condensar los distintos sentimientos que se albergan en la mente humana (y concretamente en las relaciones de pareja), la película acabará siendo un aburrimiento supino como le ha ocurrido a no pocos. El estupendo trabajo de Bardem y la insípida caracterización de Affleck se ven superadas por el mejor trabajo hasta la fecha de Olga Kurylenko. La actriz ofrece una excelente interpretación, llena de matices, llevando el peso, en todo momento, del personaje más lúcido del film.
To the wonder es la película más irregular y más floja de la filmografía de Terrence Malick y, posiblemente por ello, ya es la películas más incomprendida de su dilatada y corta carrera, repleta de obras monumentales. Pocas veces se ha visto una disección de la pareja tan seductora y visualmente cargada de tanta belleza. Tan fascinante como irregular.
Lo mejor: La expresión de los sentimientos de la pareja
Lo peor: La incomprensión a la que parece destinada
Nota: 7
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