No hay nada peor que NO ver una película en su versión original… Perdón, sí
que hay algo: ver una película con el
peor doblaje escuchado nunca en la historia del cine —con el permiso de El resplandor, por supuesto—. Si,
además, la película es toda una declaración de intenciones del colectivo
republicano norteamericano, con un
mensaje antiabortista que pone los pelos de punta, el resultado final es
bastante catastrófico. Con unas voces y narración propias de un telefilm de
baja calidad, October Baby decepciona tanto a nivel técnico como de contenido,
y se convierte, lamentablemente, en uno de los peores estrenos de la semana y
del mes.
Ópera prima en la dirección cinematográfica de Andrew y Jon Erwin, October
Baby cuenta la historia de Hannah (Rachel Hendrix), una chica de 19 años que se entera de que es adoptada y de que su madre
biológica la abandonó después de un aborto fallido. Perdida, confundida y
enfadada, Hannah decidirá emprender un viaje
en carretera para ir a buscar a esta mujer e intentar contestar algunas de
las preguntas que tanto la atormentan sobre su pasado.
El fallo del contenido, por tanto,
nos lleva también al error técnico. Con excepción de la fotografía y la banda sonora, todo el resto de
elementos, en especial el montaje, quedan al servicio de una desafortunada
narración. En este sentido, por muy buena que pueda ser la selección de
canciones, la yuxtaposición casi
continua de montajes musicales sin justificación alguna colaboran a hacer de October baby más bien otro de los vídeos
musicales a los que estaban acostumbrados Andrew y Jon Erwim hasta la fecha.
Quizás no deberían haber dejado de hacerlos.
Lo mejor: la banda sonora y la fotografía.
Lo peor: el doblaje,
su horrible mensaje antiabortista y la narración del film a modo de vídeo
musical y telefilm sensiblero.
Nota: 4
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