227 días en alta mar. Este es el periplo que soportó Piscine “Pi” Molitor Patel tras naufragar el buque nipón en el que viajaban su familia, los animales del zoo de su padre y él en medio del Océano Pacífico. Desamparado, sin demasiadas provisiones y junto a una cebra una hiena y un orangután. Aunque, como los avances anuncian, el tigre Richard Parker complicará aún más la travesía. La experiencia se convierta en una aventura extraordinaria llena de emoción bajo la batuta de Ang Lee. Todo y mucho más en La vida de Pi.
Al principio se avisa al espectador que lo que va a ver a continuación es una historia impresionante y asombrosa. Tras un acertado, divertido, aunque largo prólogo en que se nos presenta a Pi, toda su infancia y relaciones, pero, sobre todo, sus dudas acerca de la vida y de la fe. Al fin y al cabo, el tema central de la película es la espiritualidad, la fe en un sentido mucho más amplio que las meras religiones del pueblo y supervivencia de uno mismo.
Ang Lee asume este compromiso con gran capacidad para la construcción de un campo visual excelente, un planteamiento formal estupendo y un sentido del cine de aventuras en estado de gracia. Por contra, el relato se queda a medio camino de conmover y las vicisitudes e inquietudes de Pi acaban siendo un gran espectáculo con un mensaje potente, pero vacío y sin emotividad. Aunque emoción si hay en esa travesía en el Pacífico, pero no en el objetivo principal del film.
Suraj Sharma encarna al joven Pi en la mayor parte del film (la central, más de sesenta minutos de puro cine de aventuras, magistrales) con gran expresividad y una soltura difícil de encontrar en un debutante; el resto del elenco cumple el cometido y Lee demuestra gran dirección de actores. La vida de Pi es majestuosa en los aspectos técnicos: unos efectos especiales brillantes, una potente y vibrante música y, por último, un grandísimo trabajo de fotografía con un gran juego de colores fríos y cálidos. A este triángulo técnico perfecto hay que sumarle un notable trabajo en el montaje y la enorme tarea tras las cámaras de Ang Lee. El uso del 3D es resultón pero, en ningún caso imprescindible.
La vida de Pi es la aventura espiritual más grande jamás contada. No la mejor, ni mucho menos la más redonda. Pero sí la que contiene más aventura que ninguna otra -de hecho puede que sea la mejor película de aventuras del año-, y la que la espiritualidad está narrada en un contexto de una historia tan colosal, apoteósica y monumental como esta.
Lo mejor: El gran cine de aventuras que respira su tramo central
Lo peor: La estructura del film impide que la historia cale hondo
Nota: 80
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A mi me encantó,a pesar de lo poco espiritual que soy xD
ResponderEliminarLos efectos visuales son una maravilla; aún recuerdo la increíble escena de las medusas. Tiene ese toque que me gusta, que es el que se hable de ella después de ver la película porqué hay algunas cosas que no se captan a la primera. También quizás sea yo que soy duro de mollera. Lo único malo podría ser ese trasfondo religioso que tiene. Muy bueno, un saludo!
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