viernes, 6 de julio de 2012

'Tengo ganas de ti' - La película de la discordia

¡Muy buenas cinéfilos! Por fin, después de un parón en esta sección, volvemos con La película de la discordia, donde los redactores de Cinema Lights ponemos en común nuestras opiniones sobre algunos de los films en cartelera. Esta vez nos toca hablar de una de las cintas románticas que se pueden ver estos días en las salas de cine españolas: Tengo ganas de ti, la adaptación cinematográfica del libro de Federico Moccia que tan éxito ha tenido entre el público adolescente. Segunda parte de Tres metros sobre el cielo, está protagonizada por Mario Casas, Clara Lago y María Valverde. Vamos allá:





De un modo u otro, las películas (y series) para adolescentes siempre acaban tocando los mismos temas: amor, desamor, sexo, drogas, embarazos no deseados…En Tengo ganas de ti ocurre lo mismo, pero al tener en cuenta que está basada en un libro no hay que dirigir todas las palabras a los guionistas, sino a Moccia, cuyos libros están llenos de tópicos e historias fáciles (empezando por el romance chica rica/chico malo). A pesar de ello, y como ya hicieron con la primera película, partiendo del material que había González ha hecho un buen trabajo. La puesta en escena, el montaje, las localizaciones (gran acierto eligiendo Barcelona)…En esta segunda parte, el problema quizás está en querer seguir a todos los personajes. Es cierto que el punto de vista se centra en Mario Casas, pero también se nos muestran los problemas de la hermana de Babi, sus padres, de una manera tan superficial y forzada que, sinceramente, se podrían haber omitido. 

Ahora bien, como ya se anticipaba, y confirmándolo, el eje de la película es la actuación de Clara Lago. El personaje le venía muy bien, y lo controla, haciéndolo suyo y consiguiendo unas escenas muy frescas y naturales (a diferencia de la mayoría del reparto). Junto a Casas, que si algo sabe hacer es llorar, existe esa complicidad necesaria para olvidar la pareja Hache/Babi, así que por mucho que les pese a algunas, así están mejor. Ya lo anticipaba el tráiler; la química está ahí y funciona como aliciente para ver la película. Las escenas de ambos son lo mejor del film, comenzando por la del primer encuentro en la gasolinera. Gin transforma a Hache y Lago la película. La hacen madurar, huir del romanticismo idílico de la primera y dotarla de substancia y profundidad más allá del chico colérico y desmedido o la chica pija y precavida. 

Nota: 7

Alejandra Diez


Vamos a hacerlo simple: Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti forman un buen todo. Una historia entretenida y bien narrada, con unos protagonistas que cambian y evolucionan -unos más que otros- de un film al segundo, como en los dos libros. Un correcto drama adolescente romántico recomendado para todos aquellos y aquellas fans del género -todos los demás abstenerse, ya que después nos encontramos siempre con las comprensibles críticas de los que han ido a ver una película sabiendo que no les gustará, simplemente para poder destrozarla-. Al igual que me pasó con su antecesora, me quedo sobre todo con los aspectos técnicos de Tengo ganas de ti: el montaje, la iluminación y los escenarios de una Barcelona que van un poco más allá de las típicas postales.

Eso sí, esta vez hay que añadir otro elemento a mi lista de preferencias: la gran Clara Lago, que esperamos siga haciéndose un espacio entre los mejores del cine español, si no es que ya lo tiene. Sea como sea, Lago es la perla del elenco en esta película. No es que Mario Casas esté mal; al contrario, hace una más que correcta interpretación. Sus escenas más dramáticas, si no tenemos en cuenta los ataques de ira, son sus mejores momentos -hay que agradecerle que sepa actuar mucho mejor que otros "descamisetados" que hay por Hollywood...-. Sin embargo, Lago destaca por encima de una muy inferior María Valverde y de un plantel de secundarios que, a excepción de la loable Marina Salas, podrían y saben hacerlo mucho mejor.

Nota: 7

M. del Mar Gallardo


Con Tengo ganas de ti se abren muchos frentes para comentar. El primero, primordial. Esto es industria, es, al fin, cine español con vocación de crear escuela taquillera. ¿Es cine? Sí. ¿Es arte? Podría haberlo sido. Es copiar el modelo canónico de Hollywood, no solo la historia, sino la intencionalidad del producto. La película es una perfecta y acertadísima secuela de 3 metros sobre el cielo: más oscura, más madura, más realista, más profunda. Pero eso no quita que su director, Fernando González Molina, se preocupa más de acontentar a cierto público femenino adolescente y de situar cada dos por tres una frase ñoña o un montaje de imágenes edulcorado que de profundizar en unos personajes y en unas vivencias muy, pero que muy, interesantes. El material base es malo (solo hace falta leer dos frases de un libro de Moccia), pero la idea es buena. Aunque el autor y el director prefieren llevarlo todo a un terreno que poco tiene que ver con la calidad y se acerca mucho a la pretensión exacerbada.

En esta secuela tenemos un gran aliciente: Clara Lago en una interpretación repleta de matices en que borda las situaciones cómicas y dramáticas con la misma naturalidad. Una diva de la pantalla. El resto del reparto es excelente (Nerea Camacho, Carme Elías, Marina Salas, María Valverde...) y luego está Mario Casas, correcto sin más y sobreactuadísimo en la escena final (e importante) del hospital. Retos que le siguen quedando grandes. Hache, la persona más autodestructiva del cine reciente, vuelve a Barcelona tras intentar olvidar esa relación enfermiza con Babi y queda prendado de otra chica, la todoterreno Gin. El nuevo romance está mucho mejor construido, es más realista y, hablando en modo fan, es muchísimo más preferible. Los conflictos de los personajes, sus interioridades y sentimientos quedan eclipsados por la sustentación del film en la trama amorosa y en la tarea de buscar la lágrima cada dos por tres. Con todo, Tengo ganas de ti se ha conviertido, al igual que 3 metros sobre el cielo, en un perfecto guilty pleasure: cine de entretenimiento, con un mínimo de calidad sustancial, pero, de ningún modo, bueno ni hecho con aspiraciones de ello. ¡A disfrutarlas! Por cierto, la selección musical en las dos entregas es, sencillamente, deliciosa.

Nota: 4

Alain Garrido.

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