Como tan rápida y correctamente nos decía el otro día Palovil, el último Enigma Rosebud del año 2011 era el personaje de Botines (George Raft), el gángster sanguinario y tan enamorado de sus botines que aparecía en la genial e inigualable Con faldas y a lo loco (Billy Wilder, 1959) -aquí perdonaremos a las distribuidoras por no mantener el título original, Some like it hot, porque no había manera de traducir el doble significado de la palabra hot al castellano-. El otro día hablábamos de Cantando bajo la lluvia como el musical de los musicales, una película que sin duda fue un antes y un después en este género. Pues bien, la película que hoy homenajeamos quizás no sea la comedia de las comedias (estaríamos faltando al respeto a Lubitsch, Chaplin, Hawks, Cukor, Capra, etc.), pero se le acerca. Y se le acerca por muchas razones, pero la principal, la más importante, es el tándem BILLY WILDER + JACK LEMMON.
Jerry: ¡Oh, tengo que contarte un montón de cosas!
Joe: ¿Qué ha pasado?
Jerry: ¡Me he prometido!
Joe: ¡Te felicito! ¿Quién es la afortunada?
Jerry: ¡Yo!
Joe: ¡¿Qué?!
Jerry: Osgood me ha hecho una proposición de matrimonio. La boda será en junio.
Joe: ¿Pero qué tonterías estás diciendo? ¡No puedes casarte con Osgood!Jerry: ¿Crees que es demasiado viejo para mí?
Joe: ¡Jerry, no puedes hablar en serio!
Jerry: ¿Por qué no? Constantemente se está casando con chicas.
Joe: Pero tú no eres una chica, ¡eres un hombre!
Un diálogo como este solo podía ser obra de Billy Wilder y su particular uso de la comedia, heredada en gran medida de su maestro Ernst Lubitsch, para el que Wilder escribió ya algún guión. Partiendo pues de "el toque Lubitsch", el humor de Wilder no se basa solo en la pantomima o slapstick (propios de Chaplin, por ejemplo), sino que al gag visual le añade la fuerza cómica de las palabras. Los diálogos de las comedias de Billy Wilder -Con faldas y a lo loco, El Apartamento, Uno, dos, tres, Irma la dulce, Qué ocurrió entre mi padre y tu madre...- son su punto fuerte. Es ese altro grado de ironía, cinismo, acidez, humor negro y, muchas veces, absurdidades lo que las hace más grandes.
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Uno de sus trabajos cumbre fue este Con faldas y a lo loco, la historia de dos músicos de jazz (Jack Lemmon y Tony Curtis) que se ven arrastrados en un asunto de gángsters y deciden disfrazarse de mujeres para escapar del gángster más temido de todo Estados Unidos: el Botines, interpretado por George Raft quien, curiosidades de la vida, había sido gángster antes de ser actor. Sea o no esto casualidad o parodia por parte de Wilder, la cuestión es que el guión está lleno de puntos de humor ácido, empezando por la Ley Seca ("¿Quién va a hacer una redada en un funeral?" - "hay gente que no tiene respeto ni para los muertos"), pasando por el colectivo gángster, hasta los millonarios y las chicas que los cazan.
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Así pues, mientras Lemmon se queda con el personaje más cómico, Tony Curtis también se pone en la piel del galán, dando así lugar al toque romántico de la película y compartiendo escena con la despampanante Monroe (algo que los del boli rojo aquí no podían dejar pasar...). Que la pareja sean Curtis y Monroe, por cierto, también parece una ironía del guión, porque se dice que ambos actores se llevaban a matar. Se ve que Marilyn Monroe les dio el rodaje a todos, llegando siempre tarde, negándose a salir de su camerino, olvidando su texto contínuamente... Dicen por ahí que Tony Curtis llegó a decir que besarla había sido peor que besar a Hitler.
Sea como sea, la cuestión es que en la pantalla no se nota, y para nada entorpece el resultado final, que es una excelente película con brillantes diálogos, unas interpretaciones hilarantes y un montaje que solo es un granito más para crear esta gran comedia del séptimo arte (solo hay que fijarse en la escena del tango, un montaje en paralelo entre el baile de Lemmon con el multimillonario Osgood Fielding III por un lado y los apasionados besos de Curtis y Monroe por el otro). Así pues, le dedicamos hoy este especial a Con falfas y a lo loco, comedia con una pequeña dosis de romance y aventura/suspense que, en realidad, no dejan de ser también parte de la parodia. Os dejo con una de las escenas más memorables, el final de la película (SPOILER para quién no la haya visto, que esperemos lo solucione pronto :D)
P.D. no hay que decir, por supuesto, la importancia de ver esta película en su versión original para ver el cambio de voces de los dos actores, así como el acento que pone Tony Curtis cuando se hace pasar por millonario.
Como bien dices, sólo unos escogidos como en este caso Billy Wilder y Jack Lemmon pueden ser perfectos a la hora de hacer una película como ésta. Modelo de comedia donde las haya. Que te sigues riendo con las mismas escenas aunque las haya visto hasta la saciedad. Imperdible la versión original.
ResponderEliminarNo hay mucho que añadir. No la comedia de comedias, pero indudablemente, una de las tres mejores comedias de la historia. Hiliarante, excéntrica y llena de gags memorables.
ResponderEliminarBilly Wilder es un maestro y volvió a mostrarlo -suyas son tres de mis películas imprescindibles- . Ahora bien, siempre se olvida un gran nombre y son las otras dos manos, el compañero de pluma de Wilder, I.A.L. Diamaond (co guionista en esta, 'El apartamento', 'Irma, la dulce' y muchas más).
PD: No entiendo como la película no ganó el Oscar al mejor guión adaptado y no fue ni nominada a mejor película del año.
Sí, estoy totalmente de acuerdo con vuestra crítica y los comentarios posteriores. Nadie es perfecto, pero esta película sí lo es. Una de lás comedias más brillantes, ingeniosas, ácidas y divertidas de toda la historia del cine. Y sus diálogos son inolvidables. Sólo me gustaría destacar especialmente la actuación de la Monroe, llena de ese encanto ingenuo mezclado con la sensualidad explosiva que sólo ella podía interpretar. Y ésta creo que es una de sus mejores interpretaciones.
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