'Piratas del Caribe, la maldición de la Perla Negra' - Solución al Enigma Rosebud

 

 

Lo prometido: aquí una de las soluciones al Enigma Rosebud que os teníamos reservadas. Como muy bien dijo Ryo Hazuki, el personaje por quien os preguntábamos era el Capitán, Capitán Jack Sparrow. Su gran llegada a Port Royal no deja de ser, según cómo se mire, un poco rídicula. Él es el único a quien se le ocurren genialidades, a primera vista estupideces, como ir por debajo del mar con una barca al revés. Además, con un golpe en la cabeza es normal que le cueste lo suyo pronunciar la palabra Parlamento para llamar al código pirata. Y por si fuera poco, su tripulación lo ha abandonado dos veces en la misma isla desierta. La primera vez, dicen las malas lenguas, salió de allí atando dos tortugas marinas con pelo de su espalda; la segunda, la compañía era mucho más buena, según él. Lástima que para salir de allí él y su acompañante tengan que quemar todo el ron...

 

Estas, pues, eran las pistas que os dimos para descubrir al que se ha convertido en uno de los piratas más famosos y queridos de la historia del cine. ¿Película? Piratas del Caribe, la maldición de la Perla Negra (Gore Verbinski, 2003). ¡Vamos con el especial!

Yo-ho, yo-ho, un gran pirata soy

Saqueamos, robamos cobramos botín

Brindad compañeros Yo-ho

Robamos, raptamos sin miedo hasta el fin

Brindad compañeros Yo-ho!

Hay películas que nos marcan, no hay más. Recordamos el día y el momento exacto en que las vimos por primera vez -aquella tarde del 19 de agosto de 2003, con familiares y amigos en el Lauren Gracia-, y la mañana en que la vimos por segunda vez, y con quién estábamos la tercera y la cuarta. Son películas que, por una razón u otra, marcan una etapa de nuestra vida y se convierten en el telón de fondo de nuestra infancia, adolescencia o madurez. Cantando bajo la lluvia, Con faldas y a lo loco, los clásicos Disney, la saga Harry Potter... Cada persona tiene su lista. Pues bien, Piratas del Caribe, la maldición de la Perla Negra es para mí una de las primeras.

Esta adaptación a la gran pantalla de una de las atracciones más conocidas de los parques de Disney es puro entretenimiento y diversión, una genial historia de piratas como las que hacía tiempo que no se veían y con todos sus elementos: aventura, humor, romance, una maldición, uno -o más- motines, la existencia de un tesoro, la horca, batallas en alta mar, Isla Tortuga y... ¡el loro! Claro, por supuesto, que no basta con tener los elementos. Hay que tener una buena historia. ¿Y el primer Piratas del Caribe la tenía? Por supuesto. Ted Elliott y Terry Rossio, guionistas de cintas como Aladdin (Ron Clements y John Musker, 1992), La ruta hacia el Dorado (Bibo Bergeron, Will Finn, 2000), Shrek (Andrew Adamson y Vicky Jenson, 2001) o La búsqueda (Jon Turteltaub, 2007), encontraron el argumento perfecto y las palabras perfectas para sus personajes. 

Por ejemplo, una de las virtudes de este Pirates of the Caribbean, the curse of the Black Pearl es la duda constante sobre las lealtades entre todos los personajes y piezas del juego. ¿Qué pretende Jack? ¿Es realmente su plan el que dice ser? Esta ambibalencia entre honesto y deshonesto, que no nos explica él mismo hasta el final, es lo que hace más grande al personaje, mejor a la historia. La segunda y tercera entregas -de la cuarta mejor no hablar- eran buenas películas, buen entretenimiento también, pero los personajes ya habían cambiado, eran distintos a como habían sido definidos en la primera parte, una cinta completa y cerrada que se podría analizar perfectamente como un producto único, sin sus secuelas.

Elliot y Rossio pusieron la historia y el guión, y el director Gore Verbinski, que en aquél entonces salía del terror con The Ring (La señal), dio forma y sacó adelante una de las mejores superproducciones que se han visto desde principios de siglo. Todos los aspectos técnincos -la ambientación, decorados, vestuario y maquillaje-, suman puntos, por supuesto, sin olvidar la magnífica banda sonora de Klaus Badelt (Hans Zimmer cogería las riendas a partir de El cofre del hombre muerto), una composición varios temas memorables que, todo sea dicho, tendría no solo que haber sido nominada sino que también tendría que haberse llevado el Oscar ese año.

Finalmente, vamos a lo mejor de la película, que es sin duda alguna su protagonista. La semana pasada, una de las críticas de ¡Piratas! (Peter Lord, Jeff Newitt, 2012) decía en su título que ya nos podíamos olvidar de Jack Sparrow. A ver, por partes: me gustó mucho ¡Piratas!, sin duda otro gran éxito en la animación cinematográfica por parte de la factoría Aardman, pero no podemos comparar al Capitán Pirata con el Capitán Jack Sparrow. Por un momento, borrad de vuestra memoria toda la sobrecarga de publicidad, merchandising, muñecos, juguetes, disfraces, etc. que se ha llegado a hacer sobre el capitán de la Perla Negra. ¿Sí? Volvamos al verano del 2003, cuando el camaleónico Johnny Depp hizo una de las grandes creaciones de su carrera, que es dar vida a este personaje. Su caracterización, modo de andar, de hablar y las constantes improvisaciones de Depp -dicen que más de una vez el cámara se iba involuntariamente hacia él, aunque él no fuera el centro de la escena- han convertido a Jack Sparrow en un pirata mítico y, sí, inolvidable.

Gran trío que formaron Depp con Orlando Bloom, que aquí demostró que también se podía ensuciar la cara y enredar el pelo, y Keira Knightley, la joven de 17 años que nos ha hecho disfrutar de sus interpretaciones ya tantas veces. Ahora bien, que si tenemos que destacar a otro actor, ese es Geoffrey Rush y su Capitán Barbossa, villano perfecto para esta aventura de piratas, de mares lejanos y de libertad. "To freedom! To the Black Pearl!"

We're devils, we're black sheep

We're really bad eggs

Drink up me hearties Yo-Ho!