jueves, 1 de diciembre de 2011

Harry Potter - Especial Décimo Aniversario


Hace 10 años una de las sagas más importantes de la literatura mundial pasó del libro a la gran pantalla; los sueños de miles de niños (y no tan niños) se convertían en realidad al poder ver en carne y hueso a sus personajes más queridos y con los que habían compartido miles de aventuras. Fue una revolución: no sólo podrían deleitarse entre las páginas de los libros de J. K. Rowling sino que la emoción seguiría más allá y duraría más de los esperado, puesto que David Heyman había decidido adaptar Harry Potter y la Piedra Filosofal y crear una primera película que pasarían luego a ser siete más.

Para tan ardua tarea, Heyman contó con la ayuda de Steve Kloves, el guionista de toda la saga, excepto de la quinta entrega, Harry Potter y La Orden del Fénix, a cargo de Michael Goldenberg. Llevar una saga tan grande como Harry Potter (con su gran cantidad de personajes, tramas, etc.) a la gran pantalla no es nada fácil; de nada vale tirarse al cuello de Kloves por no haber seguido al pie de la letra los diálogos ni haber incluido todas las subtramas. Aquí, dos fanáticas empedernidas de la saga, sabemos reconocer que la adaptación de la saga entera es bastante buena; sí que es verdad que unas más que otras siguen mejor el guión del libro (como por ejemplo las dos primeras) y que en otras (véase Harry Potter y el Príncipe Mestizo) Kloves se toma ciertas libertades. Pero también es cierto, siendo objetivas, que si las películas fuesen completamente igual al libro quizás llegarían a aburrir. Kloves ha conseguido que la complejidad de la historia se entienda también para aquellos que no se han leído los libros y, aunque se haya tomado la libertad de añadir ciertos cambios en las películas (como la destrucción de La Madriguera en la sexta) o insinuar ciertas relaciones que ni pensarlo podrían existir (Harry y Hermione), al menos ha mantenido la esencia que de los libros se desprende.

Una película es una película, y como tal debe seguir ciertas pautas que los libros no siguen; no pueden gustar a todo el mundo. Aun así, desde aquí alabamos el trabajo que se ha hecho al adaptar los siete tomos, tanto en guión, como en actores, vestuario o dirección artística, todo aquello que ha hecho posible que disfrutáramos más allá de los libros durante 10 años. Además, ¿Qué sería de las charlas nocturnas después de haber visto las películas sobre porqué han quitado esa escena o porqué han añadido esta otra sacada de la nada? Todo ello ha sido también parte de la experiencia, el poder comentar, hablar y discutir sobre lo que hemos visto y todo ello lo hacía incluso mejor. De hecho, al ver una película adaptada de un libro siempre esperamos esas diferencias y, aunque nuestras expectativas sean altas y luego se vean truncadas, siempre queda la frase: “No está mal, pero el libro es mejor”.


La evolución de las películas ha sido paralela a la evolución de los personajes y de los libros. Cada película era un mundo nuevo y, debido a los cambios de director, cada uno aportaba su punto de vista y daba al filme su toque personal. Las dos primeras películas de Chris Columbus casi se perciben como una sola. Se trata de una introducción al mundo de Harry Potter: todo es nuevo, mágico, encantador, sorprende al público tanto como sorprende al personaje que siempre ha vivido entre muggles. Cada detalle es importante (las escaleras cambian solas, las velas del gran comedor flotan…); sobre todo la primera película es como una descripción, una presentación (te explica cómo viven los magos, donde compran sus necesidades, cómo es el colegio donde estudian, etc.). Chris Colombus fue una elección importante porque fue el quien estableció las bases de lo que serían el resto de películas; además supo cómo tratar a los niños, que nunca habían actuado y que por aquella época eran todo unos terremotos, literalmente. Las dos primeras películas son más infantiles pero así lo son también los libros, tienen su misma atmósfera: candorosa, sorprendente, inocente y mágica.


Entonces llega Alfonso Cuarón y lo revoluciona todo. Cuarón tenía cierta ventaja, ya que el mundo estaba creado (el callejón Diagon seguía siendo el callejón Diagon y Hogwarts, Hogwarts) pero, aun así, la tercera entrega, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, tiene algo diferente. La magia ya no es el factor sorpresa; tanto los actores como el público ya están acostumbrados a las varitas o a que los cuadros se muevan, y la atmósfera ya no es tan dulce y mágica sino que se convierte en algo natural a nuestros ojos. De hecho, se aleja de esa sensación de perfección que tenían las dos primeras, donde todo era puro, y pasa a ser más rebelde, ya sea en actuación como en decorados o incluso la música. Los actores han madurado, pasan de recibir órdenes a comenzar a pensar por ellos mismos sobre cómo actuarían sus personajes. La saga ha madurado.

A partir de la cuarta entrega surge la adolescencia (claramente personificada en las greñas y los pelos que llevan todos los actores); aquí Mike Newell se adelantó a los hechos e hizo que las hormonas de los personajes se dispararan, cuando en realidad en los libros no llega hasta el sexto tomo. En este sentido, hay cierta similitud entre esta y la sexta entrega, ya que parece que la trama sobre las relaciones amorosas entre personajes supera a otras más importantes. Algunos piensan que esta película es un retroceso, ya que Alfonso Cuarón recibió muy buenas críticas y muchos consideran la tercera como la mejor de las películas, pero aun así mantiene el argumento principal, el torneo de los tres magos, e introduce con el final de la película lo que será habitual en las siguientes.

Desde esta entrega la atmósfera vuelve a cambiar completamente. David Yates entra en escena y se quedará hasta el final de la saga, guste o no a los seguidores. Los actores hacen ya su último gran cambio y todo se vuelve mucho más oscuro y aterrador (visible tanto en la trama como en la fotografía). La quinta entrega introduce el valor del trabajo en equipo, ya no son solo Harry, Ron y Hermione, sino que también están Neville, Ginny y, por supuesto, la gran aparición de Luna Lovegood, sin olvidar a la Orden del Fenix. Voldemort, magníficamente interpretado por Ralph Fiennes, adquiere por fin forma y protagonismo, así como los demás mortífagos. Todo se vuelve más motivador, peligroso y arriesgado; es una nueva aventura.

Con la penúltima parte Yates se arriesgó demasiado, y es que dejó de lado argumentos muy importantes como el pasado de Voldemort (la historia de los Gaunt) y la adquisición de los Horrocruxes para dar más protagonismo a los líos amorosos de los personajes. Así que en vez de una película oscura y madura tenemos algo superficial, donde el amor y la comedia prevalecen frente a la inseguridad y el terror de ver el mundo mortífago en crecimiento. Es más humana y menos mágica. Quizás sea esta película la peor adaptada de todas o, al menos, la que ha introducido cambios menos justificados y que poco aportan a la trama principal. Todo ello puede deberse a que el libro sea más explicativo y con menos acción que el resto, pues se trata más bien de un puente entre la quinta y la última entrega.

Con miedo esperamos las últimas entregas pero Yates no defraudó y nos dejó con la miel en la boca. La primera parte de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es excelente y retrata muy bien los sentimientos de los personajes. Es extremadamente profunda, mucho más personal y cercana, y llega muy bien al público. Todo lleva a sentir empatía por los personajes y aunque haya sido calificada de lenta, desde aquí pensamos que comprende muy bien la esencia del libro, la soledad, la desesperanza y la incertidumbre. Y, finalmente, llega la última parte, la apoteosis, la batalla final entre el bien y el mal. Volvemos a Hogwarts, al sitio donde todo empezó, para acabar a lo grande. Una película que nos hace recordar, nos remite a toda la saga, todo por lo que han pasado se resuelve aquí y todos los personajes que han participado en las demás entregas vuelven para derrotar a Voldemort. Vemos la comparación entre la primera y la última y la evolución es sorprendente, todos hemos crecido, lectores, actores y películas. Harry Potter acaba como no podría acabar de otra forma, con un final trepidante y emocional a más no poder.



Todo este proceso y evolución que podemos observar en las distintas tramas y personajes de la saga creada por J.K. Rowling, esta oscuridad que se va apoderando de todo el mundo mágico de Hogwarts, no tendría el mismo efecto sin el fantástico trabajo de un largo equipo técnico que se ha dedicado durante toda una década a traducir las palabras de Rowling en decorados, ambientes, vestuario, complementos, iluminación, efectos especiales y música. La verdad, tiene que ser muy difícil crear de la nada un mundo que sabes millones de lectores ya han imaginado en su propia mente. Pues bien, eso es lo que hizo, y ¡qué bien que lo hizo!, el director de producción Stuart Craig, que en cada entrega supo plasmar la esencia de cada lugar y escenario nuevos. Así pues, el castillo de Hogwarts es uno de los resultados más espectaculares de su trabajo, con aquél Gran Comedor y su techo que quiere imitar el aspecto del cielo; pero también podríamos hablar del campo de Quidditch, el banco de Gringotts, Grimmauld Place, Hogsmeade o la misma Mansión de los Malfoy, que ya muestra un ambiente mucho más oscuro y tenebroso, de acuerdo con la trama que está contando.

Y ¿cómo se consigue esta oscuridad en la película? ¿O la iluminación en la primera visita de Harry al Callejón Diagon? Esto es mérito de la fotografía, la excelente fotografía que, en manos de distintos directores de arte (John Seale, Michael Seresin, Roger Pratt, Slawomir Idziak, Bruno Delbonnel y Eduardo Serra) ha captado desde la magia e inocencia de la primera parte hasta la inseguridad, miedo, desesperación y pérdida de las dos últimas (gran trabajo de Eduardo Serra). Sin embargo, hay otro aspecto técnico y artístico que aquí unas servidoras admiran apasionadamente, y es la música, las fantásticas bandas sonoras que actúan como telón de fondo de la historia de Harry, Ron y Hermione.


Lo mismo que pasa con los directores y los directores de fotografía, los compositores de la música de Harry Potter también han ido cambiando a lo largo de las distintas películas. Así pues, empezamos con John Williams, que compuso magistralmente la banda sonora de las tres primeras entregas, así como el tema principal que se ha ido recuperando en cada película. Williams es inigualable, de eso no cabe la mejor duda. Temas como "Leaving Hogwarts" (La piedra filosofal), "Window to the Past" o "Buckbeak's theme" (El prisionero de Azkaban) ya son parte del alma de Harry Potter, aunque tampoco podemos olvidar el más que correcto trabajo de Patrick Doyle y Nicholas Hooper, encargados de poner música a la cuarta, quinta y sexta entregas. Ahora bien, si tuviésemos que quedarnos con alguien más aparte de John Williams, este sería Alexandre Desplat, compositor de los dos films que cierran la saga. El piano y los violines a los que recurre habitualmente Desplat son aquí de una emotividad extrema, de modo que nos encontramos con piezas como "The Obliviation", "Ron Leaves", "Statues" o "Lily's theme", que son capaces de arrancarle más de una lágrima a cualquiera - y eso es algo que no todos los compositores son capaces de hacer, ni mucho menos.

Por último -tememos ya que nuestra pasión por esta saga nos empiece a hacer ser pesadas (¿o quizás ya hace rato de eso?, no nos damos cuenta...)- no podemos acabar este especial sin hablar del magnífico plantel de actores que ha participado en la saga de "el niño que sobrevivió". Como espectadores, por una parte, hemos visto crecer a tres niños que se han convertido en tres prometedores actores. Sí, aquí unas servidoras defienden el trabajo de Daniel Radcliffe tanto como el de Emma Watson y el de Rupert Grint, de quien, por cierto, nos gustaría resaltar la capacidad para hacer frente a un papel más dramático y oscuro, como bien demostró en las dos partes de Las reliquias de la muerte. Los tres han representado con gran acierto su papel, llegándolo a hacer suyo y haciendo imposible concebir a Harry, Ron y Hermione sin Radcliffe, Grint y Emma. Lo mismo pasa con el resto del elenco joven, a saber Mathew Lewis, Evanna Lynch, Tom Felton y los gemelos James y Oliver Phelps.



Sin embargo, lo que hace más grande a esta saga es el desfile de actores británicos que han pasado por ella. Actores de la talla de Kenneth Brannagh, Julie Christie, Miranda Richardson, Timothy Spall, Emma Thompson, Imelda Staunton, Jason Isaacs, Brendan Gleeson y Jim Broadbent han aportado su talento a las películas con papeles, la mayoría, tampoco demasiado importantes. Ahora bien, cabe destacar por encima de todo la labor de Richard Harris (Dumbledore en las dos primeras entregas), Michael Gambon (su sustituto), Robbie Coltrane (Hagrid), Ralph Fiennes (un magnífico y terrorífico Lord Voldemort), Gary Oldman (Sirius Black), David Thewlis (Remus Lupin), Mark Williams (Arthur Weasley), Julie Walters (Molly Wealey) y los tres más grandes: Maggie Smith (McGonagall), Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange) y Alan Rickman (Severus Snape). Ayer nuestro compañero Alain comentaba que Rickman era el único que había conseguido emocionarlo con su historia, y tenía razón, porque el retrato que hace el actor del misterioso profesor Snape es sin duda una de las joyas de toda la saga.

En definitiva, una perfecta combinación entre jóvenes y adultos que, unida a todo el resto, nos da como resultado una de las mejores sagas cinematográficas que se han hecho en la historia del cine. Una saga que ha hecho reír, llorar y emocionar a millones de niños y adultos en todo el mundo que han quedado maravillados por el poder de las palabras de J.K. Rowling plasmadas en la gran pantalla del séptimo arte. Es por eso que estos dos días, desde Cinema Lights, hemos querido rendir homenaje a Harry Potter.

Alejandra Diez y M. del Mar Gallardo.


P.D. ¡Qué gratificante es escribir este especial escuchando las distintas bandas sonoras de toda la saga!

6 comentarios:

  1. Que trabajo realizaste pura dedicacion
    Yo no he visto ninguna de las pelis de lasaga , se que es un sacrilegio pero asi ha sido
    Tal vez sea hora de ponerme al dia no??

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  2. Me ha gustado mucho el artículo forófas!

    Ahora bien, no me ha acabado de convencer la parte en que juzgáis los films desde la perspectiva de si adaptan los libros bien o no. El lenguaje es distinto y, yo que no me los he leído, he entendido todo: personajes y tramas. Si sois fans sé que debe costar mirarlo con perspectiva, pero verdad que conserva la esencia, pues ya está! Que mas dará las licencias de la sexta película.

    Yo como fan de 'V de Vendetta' por ejemplo. Se cargan un inmenso personaje que no sale en el film, pero la película conserva la esencia. O 'Pa Negre mismamente.

    Pero con el resto del artículo coincido mucho, sin tanto entusiasmo, claro, jejeje. No sé que destacar con tanta cosa, pero vaya como dije ayer el reparto y Severus. Y parte negativa, esa falta de predisposición de los directores a hacer algo distinto, algo realmente bueno.

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  3. Enhorabuena por la entrada! Muy trabajada!
    Yo voy por la quinta! Comencé la semana pasada con la saga y espero acabarla estos próximos días! Un saludo!
    Filmception

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  4. Un gran resúmen, en mi opinión las películas son películas y los libros son libros. Son medios distintos y es un error querer hacer parecer el un al otro.

    Para mí el acierto ha sido conseguir no defraudar a millones de espectadores que ya tenían su mundo hecho en su cabeza y no llegar a aburrir con una saga tan larga.

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  5. ¡Muchas gracias a todos por comentar! Marisa, sísí, desde aquí te recomendamos verla y disfrutar al máximo de ella, porque todo (la historia, los personajes, la música) vale la pena! :D

    ¡Filmception, así nos gusta, haciendo los deberes! Cuando terminéis dadnos vuestra opinión, a ver qué os ha parecido.

    Anónimo, como Alain, tienes razón en que una cosa son las películas y la otra los libros. No obstante, siempre hay que conseguir captar esa esencia, el alma del original, cosa que han logrado perfectamente en casi todas las entregas (han plasmado la historia del libro a la gran pantalla, con los cambios adecuados para lograr un producto cinematográfico). Sin embargo, unas servidoras consideran que en la sexta película se pasaron un poco de listos en ciertos aspectos, cambiando parte importante de la trama principal que, además, no aportaba nada al film. Pero nos continúa gustando igual... :)

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  6. Ale y Mª del Mar, un gran trabajo, os felicito y además estoy totalmente de acuerdo con vosotras en vuestros análisis.

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