Ale nos traía la semana pasada una lista con 10 propuestas navideñas para ver estos días. Esas solo eran una pequeña selección de la bárbara cantidad de películas que hay con la misma temática. Claro que hay de mejores (Pesadilla antes de Navidad, ¡Qué bello es vivir!, Plácido, Love Actually) y de peores (aquí cada cuál que escoja las que más rabia le den), y últimamente, la verdad es que la lista de productos cinematográficos navideños dejaba bastante que desear. Pero la razón de escribir la última frase no es otra -cuál, si no- que la de presentaros una película original, divertida y encantadora que rompe con esa mala racha de cine navideño que llevávamos desde que se estrenó en 2003 Love Actually (Richard Curtis, 2003). Se trata de Arthur Christmas (por motivos y convicciones estrictamente personales voy a negarme a escribir el subtítulo que lo acompaña en la versión castellana), un film de animación que, ante todo, es pura ilusión.
Arthur Christmas (Sarah Smith) es una película de la factoría Aardman, autora de los dibujos de Wallace y Gromit (2005), Chiken Run (2000) y Ratónpolis (2006). Esta última ya estaba hecha con ordenador (las anteriores se hicieron con la técnica stop motion, frame a frame), pero la novedad de Arthur Christmas, además de la colaboración con Sony Pictures, es que está hecha en 3D. ¡¿3D?! ¡Socorro! No, no, no, no hay porque alarmarse. La verdad es que, después del genial trabajo de profundidades que consiguieron Steven Spielberg y Peter Jackson con Las aventuras de Tintín (Steven Spielberg, 2011), este es uno de los mejores 3D que he visto hasta ahora.
Pero dejando a un lado ya los aspectos más técnicos, Arthur Christmas nos lleva hasta el Polo Norte, donde la familia Claus, como cada año desde hace siglos, se prepara para repartir millones de regalos a todos los niños del mundo en el tiempo record de una sola noche: el 24 de diciembre. Así, de pronto, no parece nada del otro mundo, pero la originalidad del guión de Peter Baynham y Sarah Smith llega en el momento en que vemos que el método de transporte de Papá Noel es una nave espacial al más puro estilo Enterprise y que la entrega de paquetes, a manos de los duendes (Ethan Hunts de la vida), está cronometrada y planificada hasta el más puro detalle por cantidad de aparatos electrónicos. Vamos, que la tecnología, una vez más, ha desplazado a lo analógico y tradicional, y si no que les digan a los pobres renos, encerrados con el trineo desde hace años y llenos de polvo...
Ahora bien, no se trata de una película a favor de la modernidad ni de la tradición -ya sabemos todos que ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes (y ya hemos hecho suficientes redacciones argumentativas sobre ello...) -, no. El tema y centro de este film es la ilusión, personificada por el protagonista de la historia, Arthur, quien hará todo lo posible para que una niña no se quede sin regalo. En realidad, es el tema más sencillo del mundo, pero cuando está bien planteado y trabajado, como es el caso, nos encontramos con una encantadora película de entretenimiento familiar capaz de hacer sonreir a todos quienes vayan a verla. Una de las mejores películas de animación del año totalmente recomendable porque, en definitiva, la ilusión es el mejor regalo de todos.
Lo mejor: ver la ilusión en la cara genialmente dibujada de Arthur y la originalidad de la historia y los diálogos - ¡no os perdáis tampoco la banda sonora de Harry Gregson Willimas!
Lo peor: el magnífico y tan innecesario subtítulo de "Operació regalo" y tener que tragarse un videoclip de Justin Bieber antes de la película, por supuesto.
Nota: 8
P.D. Por cierto, es divertidísimo escuchar las voces de James McAvoy, Jim Broadbent, Billy Nighy, Hugh Laurie, Imelda Staunton y un largo etcétera de actores británicos que salen en la versión original - es increíble la de timbres y voces distintas que saben hacer, ¡no hay quien los reconozca!
De lo que más me gustó también fue este espíritu navideño que derrocha y que cuando sales de la sala de cine te queda una sonrisa de oreja a oreja. La historia no es nada original, pero desprende una frescura como poco productos saben hacer.
ResponderEliminarLa vi sin 3D y la verdad es que no creo que hiciera falta para nada. Mucha aventura y magia, no hay nada más que pedir.
No esperaba demasiado de este 'Arthur Christmas', pero parece que después de todo estaba equivocado :)
ResponderEliminarA mi me parece de los mejor que se ha hecho últimamente en Navidades porque realmente se han hecho bodrios de mucho cuidado.
ResponderEliminarEste Arthur la definiría como "tierna" y tiene detalles realmente graciosos. Yo sí la via en 3D y diría que es el mejor 3D que he visto hasta ahora.