¡Feliz Navidad amigos y amigas! Desde Cinema Lights os deseamos unas fiestas de los más cinéfilas, y ya para empezar, os dejamos con un especial de la que puede ser perfectamente considerada la mejor película de Navidad de toda la historia del cine, una de las favoritas en esta redacción: ¡Qué bello es vivir!
Dirigida por Frank Capra en 1946, ¡Qué bello es vivir! empieza cuando Dios llama a Clarence, un ángel que aún no se ha ganado sus alas, para que vaya a la Tierra a salvar a George Bailey (James Stewart), un hombre que ha llegado más allá del borde de la desesperación. La primera mitad de la película será, entonces, la narración a Clarence, y al espectador, de la vida de este personaje, un soñador que ha tenido que hacer muchos sacrificios al largo de su vida para ayudar a sus seres queridos y a sus amigos y conciudadanos. No obstante, el no poder realizar sus sueños no significa que no haya sido feliz a lo largo de este tiempo.
Aunque él no se de cuenta, su mujer (Donna Reed), sus hijos, su familia y sus amigos se han convertido en lo más valioso de su vida, una vida muy bella que ahora, sin embargo, se ha olvidado de apreciar. Así pues, el trabajo de Clarence (Henry Travers) será recordarle a George la importancia de todo lo que ha hecho en la vida y de todos los detalles del día a día que, en definitiva, son los que nos hacen ver lo bello que es vivir.
James Stewart hace aquí uno de sus mejores papeles, simpático, divertido, emotivo... una interpretación que, por cierto, le valió la nominación al Oscar al mejor actor protagonista, una de las 5 nominaciones que tuvo la película ese año. ¡Pero él no es el único! Donna Reed estaba radiante, Henry Travers muy divertido y Lionel Barrymore, tan distinto al papel de Vive como quieras (Frank Capra, 1938), genial en su interpretación del hombre más solitario y avaricioso de la ciudad, el señor Potter.
En definitiva, ¡Qué bello es vivir! es una especie de cuento de Navidad, con una historia encantadora, brillantemente interpretada, y una de las mejores maneras de llorar a moco tendido el día de Navidad porque, no importa cuántas veces la hayamos visto, sienta bien llorar con un final feliz donde, además, nos recuerdan que ningún hombre es un fracasado si tiene amigos.
¡Feliz Navidad!
Yo no la he visto pero como me habéis contado maravillas ya la tengo apuntada a la lista y no pasará del año que viene que la vea por Navidad. ¡Muchos besos y feliz navidad!
ResponderEliminarYa la has visto? Han pasado 9 años
EliminarEs una película muy notable, sin duda, de las mejores de la época navideña. Su mayor problema es que la película olvida, en el tramo final, de su condición y acaba teniendo un empaque demasiado artificial y ñoña.
ResponderEliminarEl resto de la película es impecable, desde las interpretaciones, hasta un guión muy bien realizado -una versión libérrima del Cuento de Navidad de Dickens- y una capacidad inmensa para facturar momentos para la posteridad.
"¡Qué bello es vivir!" es sin duda mi película preferida ambientada en época navideña y también una de mis favoritas absolutas de todo el cine clásico. El guión y la dirección son de aquéllos que sólo encontramos en la época dorada del cine. Me maravilla, entre muchas otras cosas, la gran capacidad de síntesis de este film, que explica en sólo dos horas toda la vida de un hombre de mediana edad, sus sentimientos, todas las relaciones importantes que ha tenido, el caràcter de múltiples personajes secundarios, cómo es la vida en una pequeña ciudad americana, etc., y lo logra a partir sólo de 4 detalles, que en una primera visión pueden pasar inadvertidos, pero que luego se comprende que no sobra ni un solo plano de toda la película.
ResponderEliminarLa parte final es muy, muy emotiva. Toda la película nos ha ido preparando para este clímax final, pero disiento de Alain en el sentido de que sea un final ñoño y artificial. Quizás sí es muy "hollywoodiense", pero es el mensaje que quiere transmitir la película y realmente consigue convencernos de que vale la pena ser bondadoso y amar a los que te rodean. A lo mejor tienes que renunciar a algunos sueños en tu vida, pero ¿hay algo más bello que la satisfacción de saber que eres útil a los otros y que cuando lo necesites todos recordarán lo que has hecho por ellos?
Y también disiento de los que la consideran una fantasía demasiado infantil y que no entienden cómo un no creyente como yo puede estar de acuerdo con un argumento en el que es un ángel el que le da a entender al protagonista todo lo importante que ha hecho en la vida. Yo la presencia del ángel la explico como una convención de la época para explicar lo que la conciencia le hace recapacitar a George Bailey en el momento de desesperación que le lleva a las puertas del suicidio. Y es que si todos en algún momento pensáramos como sería la vida si no hubiéramos existido y a cuanta gente le es útil nuestra vida, seguro que serían muy pocos los que querrían abandonar la vida.
En conclusión, una película cuya visión es casi una necesidad vital para seguir actuando con optimismo y confianza en el prójimo. Mención especial para James Stewart, uno de mis actores preferidos, aquí en posiblemente su mejor papel (y eso es mucho decir si se repasa la excelsa filmografía de este actor).
¡¡¡Feliz Navidad!!!
ResponderEliminarNo sé quants anys fa que la veig per Nadal i no me'n canso. Per mi n'és la síntesi perfecta i coincideixo plenament amb el comentari d'en Gustau. Ara mateix són les 19:10 i em disposo a veure-la. Després no me'n podré estar de fer un post al bloc (estació de servei). Bon Nadal i sí, el més valuós és totes les persones que estimem i ens estimen.
ResponderEliminarYo tampoco me la pierdo es un ritual familiar del día de Navidad y al final se llora.
ResponderEliminarEs una película que cuando más la ves más detalles le descubres. James Stewart está fantástico pero es que también és una película de secundarios geniales.
No me parece para nada ñoña aunque ese final te lleve a llorar. Y a mi el mensaje final creo que tiene que dar fuerzas a mucha gente: Ningún hombre ha fracasado en su vida si tiene amigos y ese hombre es mucho más rico que cualquiera que esté forrado de millones pero que en la realidad sí que es un verdadero fracaso como ser humano.