Ayer viernes para este largo puente se estrenaron muchas películas -¿alguna destacable fuera de lo último de Van Sant?- , la mayoría de ellas con perspectivas de llenar salas a toda costa. Una de estas es Acero puro dirigida por Shawn Levy, autor de varios despropósitos como Noche en el museo (y su secuela), Doce en casa (y su secuela), el remake de La pantera rosa o la simpàtica, pero floja comedia Noche loca. Aquí la cosa no mejora, es más, si esas alguna carcajada sacaban, ésta las saca por su estrepitoso resultado y su pretensión final.
