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jueves, 19 de abril de 2012

'Alps', los aciertos y fracasos de un cineasta de verdad

El viernes llegó (sin demasiado ruido) a nuestras pantallas la nueva película de Giorgos Lanthimos, tras su sonoro y pequeño éxito hace un dos años con Canino, llegando a estar a las puertas del Oscar a la mejor película extranjera. La hemos podido ver antes de tiempo en el preestreno que hizo durante una semana la excelente plataforma Filmin en el marco del Atlántida Film Festival. El trabajo anterior del director griego es amada y odiado. Tiene sus detractores y sus admiradores. Alps tiene todos los alicientes para seguir el mismo camino.





Inicio in media res. Una mujer practicando gimnasia rítmica. Cuatro personajes con comportamiento extraño. Actúan e interactúan y no se aprecia que función desempeñan. No es hasta bien entrada la película que el espectador queda advertido de lo que está viendo: una profunda y original reflexión sobre el dolor producido por la pérdida de un ser querido. Ellos se dedican, fuera de sus respectivos trabajos, a sustituir durante unas horas a un cónyuge o hijo muerto a modo de servicio terapéutico. Este arranque (difícil y extraño) se convierte en lo peor del film y es por culpa de Lanthimos que muestra demasiado tarde sus cartas sin dar pistas y dejando frío en un inicio. Una errónea decisión.

Ahora bien, todo esta primera parte tiene una dirección formal (solo formalmente, insisto) estupenda con un gran uso de la cámara y del encuadre, otorgando grandes escenas. A partir de ahí, la dirección es absolutamente maravillosa, el director griego pone toda la carne en el asador y entramos en una espiral de locura, dolor y comportamientos nauseabundos. Es aquí cuando propone un juego de miradas, de pasiones inesperadas, en que los personajes cobran toda su fuerza y en la que el espectador se interesa (y mucho ahora) por lo que está viendo. De todos modos, el funesto inicio no deja salida a un el resultado demasiado frío y distante.

El guión tiene exactamente las mismas trampas. Se forja en cuatro personajes interesantísimos, de los cuales sabemos pocos al empezar, pero que después se convierten en el gran aliciente de Alps. Ellos desbordan hacia la locura, la insensatez, la incertidumbre y, el conjunto, deambula en el tedio. No obstante, la simpatización con ellos no es ningún síntoma de anomalía emocional, se trata de cuatro personas llevadas al extremo. Cuatro personas víctimas del sistema (ellas cuatro y los que los contratan, evidentemente). Eso sí, su tardía puesta en escena total resta capacidad de conmoción.

Con la película dando el pistoletazo de salida tan abruptamente y confiando soberanamente en el espectador estropea su conjunto. El tema tratado es delicado y sobrecogedor, pero la película no logra transmitir nada en el momento de los acontecimientos. Es después, a lo largo de días que conmueven esos personajes. No obstante, un gran drama debe serlo en el momento y después. Lanthimos no acierta en el planteamiento y su reflexión acerca del dolor y la pérdida queda medianamente ensombrecida. He aquí una muestra de lo que un cineasta puede hacer: levantar un gran proyecto, tener una gran vocación y pasión por el material, pero errar con la forma, el como. Todo configura la gran película, por eso esta, desgraciadamente, no lo es.

Alps es una película cargada de buenas intenciones. Se amará y se odiará, posiblemente. No es la gran película que algunos quieren ver, pero Giorgos Lanthimos es de las mejores cosas que le ha pasado al cine en los últimos años: un cineasta de cabo a rabo: experimenta con la cámara, juega con el espectador y crea un mundo particular. Sensaciones, rarezas, realidad y surrealismo. Hay que verla.

Lo mejor: Los derroteros de los personajes al final

Lo peor: La distancia entre el que y el como

Nota: 7


PD: ¿Qué pensáis del cine de Lanthimos? ¿Os ha convencido Alps?

2 comentarios:

  1. Per nos has estropeado el principio, adelantándonos lo que realmente está pasando y que tú todavía no debes saber.

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  2. Yo acabaría diciendo más bien: "no hace falta verla" puesto que además de no aportar nada al minuto ya te has olvidado de ella (y menos mal).

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