La película de la discordia - 'Misión Imposible: Protocolo Fantasma'

Este pasado viernes se estrenó en nuestro país y E.E.U.U. la última entrega de la saga Misión Imposible con gran éxito de público, 1'96 millones en España y 13 millones de dólares en E.E.U.U. en tan solo 425 salas IMAX, y también de crítica. Nosotros tres también hemos sido de los que ha disfrutado con este Protocolo Fantasma siguiendo los pasos del agente Ethan Hunt de Moscú a Dubai hasta la Índia. Por tanto, esta semana no hay tanta discordia como otros días, pero os ofrecemos nuestras distintas opiniones del blockbuster del mes.


Hay quienes ya tenían muchas ganas de que se estrenase esta cuarta entrega de la saga Misión Imposible, después de unos cuantos años de espera. Yo no es que sea una incondicional de la saga, de hecho desde hace pocos días no había visto ni la primera (gran error) pero tengo que decir que esta película me ha sorprendido gratamente. La película te engancha desde el primer momento, con la salida de la cárcel de Ethan Hunt, hasta el final, [SPOILER] cuando él ve a su mujer [FINAL SPOILER], con una trama coherente, un telón de fondo que nos lleva por diversas ciudades y una muy buena dosis de acción, que te mantiene en vilo y maravillado. Además esta es una prueba de que se pueden hacer películas de acción sin historia de amor y no por ello pierde interés.

Y qué decir de los actores. Tom Cruise está magnífico en un papel que se le da muy bien y que a sus casi 50 años sigue igual de activo y manteniendo el fondo como antes (gran valor el colgarse de la torre más alta del mundo para hacer sus escenas); Jeremy Renner aporta un nuevo toque a la saga y nos presenta a un posible agente para futuras sagas; Paula Patton, como la sensual y vengativa Jane, y Michael Nyqvist, el malo de la historia, estan correctos; pero sobre todo, para mí destaca el divertidísimo Simon Pegg, que da la nota de humor a escenas y alivia la tensión con frases muy acertadas ("Azul, pega; rojo, te la pegas"). Lástima por eso de la corta aparición de Ving Rhames, un personaje que me gustaba de las otras sagas, pero aún así, el nuevo equipo de Hunt no decepciona. Así las cosas, Brad Bird hace un gran trabajo en esta cuarta entrega que entretiene sin perder calidad.

Nota: 7

Alejandra Diez.

Misión Imposible es una de mis sagas favoritas y uno de los mejores productos de acción de la actualidad cinematográfica. He disfrutado con todas y cada una de sus entregas, empezando con la genialidad del guión de la primera, pasando por la acción y música de la segunda, hasta la magnífica dirección de J.J. Abrams en la tercera. Con tal recorrido, la llegada de una cuarta entrega era esperada y temida al mismo tiempo, pero la verdad es que, con Brad Bird detrás de las cámaras y un como siempre muy acertado (y en forma - vaya saltitos el tío...) Tom Cruise, el resultado no ha defraudado para nada. Es más, Misión Imposible: Protocolo Fantasma consigue mantener la esencia de esta serie que, como decía el otro día en el especial sobre las misiones imposibles del agente Ethan Hunt, es la suma de thriller + engaño + estrategias imposibles.

Aparte de unas escenas de acción brillantemente filmadas por Bird (la explosión del Kremlin al principio de la película es un magnífico ejemplo) y de una fotografía más que correcta (las vistas desde el Burj Khalifa en Dubai son espectaculares), la trama de esta cuarta entrega es entretenida de principio a fin y, además, consigue hacer avanzar al personaje de Hunt desde la última película. La aparición de un Jeremy Renner a simple vista inocente y un poco torpe, por supuesto, es gratamente bienvenida, y el humor aportado por Simon Pegg -adoro a este hombre- da el toque perfecto a la historia (por cierto, en VO: "blue is glue; red, dead"). No obstante, Tom Cruise continúa siendo el número uno, y bien que se le da, porque, en definitiva, él es Misión Imposible.

Nota: 8

M. del Mar Gallardo

Desde que era un enano he disfrutado mucho con esta saga, sus dos primeros títulos son de las primeras películas que he visto de carne y hueso. La tercera -mi favorita de todas- me hizo descubrir a J. J. Abrams antes incluso de engancharme a Perdidos. Esta cuarta tenía el aliciente de ver debutar Brad Bird en el cine de carne y hueso, director curtido en el cine de animación (El gigante de hierro, Los increíbles y Ratatouille), y ha sido todo un descubrimiento, su uso de la cámara es magnífico y dota a la cinta de un ritmo vertiginoso y dinámico con las pausas necesarias para el desarrollo de la trama.

Durante las dos horas que dura la película yo pensaba que estábamos ante un productor muy inferior a la tercera entrega -para mí, la mejor-, finalmente ha sido ligeramente peor y de igual que la calidad a la primera y, por supuesto, a años luz de aquella flojísima segunda parte. Estamos ante un film de acción impecablemente dirigido, pero que a lo largo de su metraje le falta alma y eso se logra poco a poco con el interesantísimo y muy acertado personaje de Jeremy Renner y por su emotivo final que recupera al mejor Ethan Hunt. La historia está muy bien narrada y se nutre de todas las características de las entregas anteriores: acción, intriga y mucha adrenalina. Con todo, podemos decir bien alto que estamos ante un producto palomitero de calidad y es que no es difícil si hay interés fuera del dinero y ganas de hacer una película bien hecha. En conclusión, cine de acción espléndidamente facturado, con sus correctas dosis humanas y un empaque ejemplar.



Nota: 7

Alain Garrido.