En el año 2000, la voz de Patrick Stewart daba comienzo a la saga de mutantes X-Men con una introducción sobre la evolución biológica. La primera escena de la película de Bryan Singer nos llevaba al 1944, época de barbaries acometidas contra una parte de la población por ser distintos en religión, raza o ideología. Catorce años más tarde, la voz de nuestro querido Profesor Xavier vuelve a sonar profunda, apasionada y épica. Esta vez, sin embargo, y aun con muchos puntos en común a esos actos del pasado, nos habla desde el futuro, una época en que los mutantes y todos cuantos los defienden han caído a manos de la voluntad dominadora de los humanos y sus máquinas aniquiladoras, los llamados centinelas.
La semejanza entre pasado y futuro no es arbitraria, claro que no. El juego entre ambos espacios temporales es precisamente la base de X-Men: Días del futuro pasado, la nueva aventura de los mutantes de Marvel que se estrena esta semana. Con Lobezno como puente de enlace entre los dos mundos, los mutantes del futuro intentarán cambiar ese momento en el pasado de 1973 que desencadenó todas las desafortunadas acciones que les han llevado a la distopía que viven ahora. ¿Problema? Que... (continuar leyendo)
Lo peor: que, al fin y al cabo, la parte del futuro puede saber a poco.
Nota: 9
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