La nostalgia, a veces, puede con el espectador. Recuerda su infancia o su adolescencia (o cualquier momento especial) a partir de una película, cuyos logros técnicos y/o artísticos no son lo suficientemente estimables. Esta situación ocurre a menudo. Ahora bien, con Dragon Ball Z: La batalla de los dioses sí hay nostalgia, pero el resultado final no queda nublado por el efecto melancólico, sino que la película es una cinta de aventuras notable, repleta del humor característico original de la serie.
Lo mejor: Recuperar con tanta vitalidad estos personajes añejos.
Lo peor: Que la violencia aleje a las familias.
Nota: 7
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