Desde su estimable debut con la corrosiva comedia Gracias por fumar, Jason Reitman (uno de los mejores directores del momento) se ha ganado un nombre dentro del cine estadounidense, sobre todo, gracias al éxito de crítica y público con Juno y Up in the air, su mejor película hasta la fecha. Su nuevo trabajo, Una vida en tres días, se aleja de su anterior filmografía, huye de la comedia generacional y de retratos satíricos de la sociedad y se mete de lleno en el terreno del melodrama, género peligroso del que no sale nada airoso. No es una mala película, pero sí es su peor película.
Lo mejor: Kate Winslet y su potente punto de partida
Lo peor: La falta de personalidad del conjunto
Nota: 5
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