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sábado, 8 de febrero de 2014

Un viaje a Europa de manos de Alexander Payne - 'Paris, je t'aime', la escena de la semana

Con el estreno esta semana de Nebraska, una de las joyas cinematográficas de la temporada, hemos querido recuperar ese pequeño fragmento que el director Alexander Payne hizo para la película Paris, je t'aime. Última escena de la película, y uno de los mejores, honestos e impactantes cuentos del collage parisino, vemos y escuchamos a Margo Martindale hablar de su primer viaje a Europa. La actriz nos narra su experiencia y su día a día como si le enviara una carta o postal al espectador, contenta de haber aprendido francés suficiente como para hacerlo en el idioma oficial del país que ha visitado. No os lo perdáis. Alexander Payne y Paris, je t'aime son, hoy, nuestra escena de la semana:


Y ya que estamos, no hemos podido evitar recordar esa espectacular carrera de George Clooney en Los descendientes, la última cinta del director.


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1 comentario:

  1. Aloha! :)

    Nunca he sido fan de Alexander Payne. Ni Entre copas, ni Los descendientes, que tanto entusiasmaron a casi todos, son my cup of tea. Había algo en sus historias y estilo de narrar que me irritaba y me resultaba pedante.
    Mi trabajo favorito de Payne era este maravilloso corto de Paris, je t'aime (el mejor del collage, junto con el de Tom Tykwer y Coixet) y digo era porque no había llegado Nebraska, esa delicia en la que el clásico tono dramedy payneiano está más inspirado que nunca (además, hay hondura y honestidad, cosa que no encuentro en otras de sus peliculas). Pero volviendo al corto, tiene uno de los endings más maravillosos y buenrrollistas que he visto ever.

    "Y entonces algo pasó, algo difícil de describir. Sentada ahí, estando sola en un país extranjero, lejos de mi trabajo y de toda la gente que conozco, un sentimiento vino a mí. Era como si yo recordara algo, que nunca conocí y que había esperado siempre. Pero no sabía qué. Quizá era algo que había olvidado. O algo que me ha faltado toda la vida. Sólo puedo decirles que sentí al mismo tiempo alegría y tristeza. Pero no demasiada tristeza, porque me sentía viva. Sí. Viva.
    Ese fue el momento en que comencé a amar París y el momento en que sentí que París también me amaba".

    Wow!

    Saludos parisinos ***

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