Páginas

sábado, 11 de enero de 2014

‘Agosto’, la gran familia americana


Cinismo, humor negro, desprecio, orgullo, incomprensión, engaño y soledad. Son palabras que conforman el manual de actuación y comportamiento de los Weston, una familia rota y unida al mismo tiempo por los trastornos y adicciones de la matriarca y cabeza de familia, Violet Weston. Después de años separados y desconectados entre ellos, los miembros de la familia Weston se reúnen de nuevo para hacer frente a una crisis de última hora: la desaparición del padre. El incidente será la excusa perfecta para sacar a relucir antiguas disputas, rencores, envidias y secretos que llevaban años aguardando bajo las sombras de una casa en el corazón del oeste medio americano. 

Este es el punto de partida de la obra teatral Agosto, que desde su estreno ha triunfado en los escenarios de medio mundo y que ahora llega al cine con una adaptación dirigida por John Wells (The company men, El ala oeste de la Casa Blanca) y protagonizada por Meryl Streep y Julia Roberts. Tracy Letts, autor del texto y ganador por él de un premio Pullitzer en 2007, ha sido el encargado de trasladar la obra a la gran pantalla. A pesar de la dificultad de plasmar el directo de una obra de teatro en las escenas y secuencias de una película, el escritor ha hecho un envidiable trabajo de recorte y síntesis argumental, consiguiendo mantener la cruda esencia de la obra y, lo más importante, esos diálogos duramente honestos, oscuros, punzantes y absolutamente geniales que tanto han maravillado y golpeado a partes iguales a millones de espectadores. 


Si mucho apuramos, dos son las únicas pegas que se le pueden encontrar al paso de los escenarios a las salas de cine de este August: Osage County. La primera no deja de ser esa chispa de color en las discusiones entre Violet y su hija mayor Barbara, esa saliva pasional que, por mucho que Letts haya sabido traducir del lenguaje dramático al cinematográfico, se echa de menos en la película. Eso sí, la segunda pega y la más importante es ese final inventado y única escena distinta a la obra que, se ha rumoreado, fue impuesta por Julia Roberts con la intención de tener más papel. Sea verdad o no, el fragmento rompe con el estilo de todo el metraje anterior e impide a la película llegar al excelente. Un excelente al que sí llega el impresionante reparto de la película, encabezado por Streep y Roberts, ambas en estado de gracia y, por mucho que se haya dicho, sin exageración alguna. 

Ver a Meryl Streep bordando un papel no es novedad, la verdad, pero ver a Julia Roberts tan bien en el papel de Barbara Weston no deja de ser un placer enorme. Eso sí, para aquellos que tuvieron el placer de ver la obra en el Teatre Nacional de Catalunya, les será difícil olvidar a Emma Vilarassau y, sobre todo, al monstruo interpretativo que fue la gran Anna Lizaran. Dicho esto, y en cuanto al resto de los actores, se podría hablar también de Ewan McGregor, Benedict Cumberbatch, Chris Cooper, Margo Martindale, Juliette Lewis y Sam Shepard, pero si hay un miembro del cast que merece un reconocimiento personal es, precisamente, la menos conocida entre tanta estrella. Se trata de Julianne Nicholson, que interpreta a la pequeña de las hermanas Weston. Inocente, natural, emotiva y encantadora, Nicholson llega a destacar por encima de sus compañeros en un gran número de escenas. 


La suma de guión y interpretación, pues, hacen de Agosto un película correcta y loable a partes iguales. John Wells ha sabido aprovechar el texto de Letts y ha puesto la dirección y el montaje al servicio de este retrato de la gran familia americana del siglo XXI. ¿Una exageración? Quizás, pero sin duda una exageración de lo más honesta con una realidad familiar descompuesta y venenosa en muchos casos. 

Lo mejor: el texto de Tracy Letts y las interpretaciones de Streep y Roberts, soberbias en respectivos sus papeles. 

Lo peor: el final inventado/impuesto, totalmente absurdo y fastidioso. 

Nota: 8

2 comentarios:

  1. Con muchas ganas de verla, pero con miedo después de haber tenido el gran honor de ver el immenso montaje e interpretaciones soberbias del TNC de Barcelona

    ResponderEliminar