“Señora, que estamos en un momento difícil de la vida”.
Es una de las frases
que mejor define a Una pistola en cada
mano, la nueva película del director catalán Cesc Gay. La frase la dice
Eduard Fernández en la magistral escena inicial del film, la primera de un conjunto
de pequeñas historias, momentos y secuencias que tienen a los hombres y a “sus
problemas” como principales protagonistas. Podríamos llamarlo la crisis de los
cuarenta, la “pitopausia” o, simplemente, la vida. Sea como sea, el director y
guionista de Krámpack, En la ciudad,
Ficció y V.O.S. nos regala en
esta ocasión su western particular, donde
el estereotipo de masculinidad defendido por Clint Eastwood y John Wayne se
reduce a la figura del hombre cotidiano, trabajado desde la emoción y con cierto
encanto para referirse a su patetismo y sobriedad. Eso sí, no deja de ser una
película, una ficción, y como tal, siempre puede tener sus diferencias con la
realidad, ¿o quizás no?
Dos grandes amigos que se encuentran por casualidad después de diez años
sin verse, un hombre que decide superar cualquier tipo orgullo y su sentido del
ridículo para pedirle a su ex mujer que vuelva con él, dos amigos que tienen
que enterarse de lo que le pasa al otro a través de sus respectivas parejas...
Son algunos de los personajes de esta Una
pistola en cada mano, la comedia indie
española del año, por así decirlo, y todos tienen un mismo punto de contacto: el
particular sentido del humor con que Gay une cada una de sus historias. Es un
estilo de comedia muy natural y próximo, que toma como base situaciones
dramáticas y las transforma en un ejercicio de ironía y risa altamente
recomendable. Es, en palabras de Clara Segura, “el toque Cesc Gay”.
Como todos los anteriores trabajos del director, además, este film tiene la
virtud de tratar todas las historias desde la máxima cotidianidad, haciendo
creíbles e identificables cada una de las situaciones y personajes que presenta.
Con todo, ni “el toque Cesc Gay” ni la credibilidad de las escenas que éste rueda
serían posibles sin el espectacular plantel de actores que ha reunido para esta
película. Eduard Fernández, Leonardo Sbaraglia, Javier Cámara, Clara Segura,
Luis Tosar, Ricardo Darín, Eduardo Noriega, Candela Peña, Alberto San Juan, Leonor
Watling, Jordi Mollà y Cayetana Guillén Cuervo. Todos ellos, en especial los
cuatro primeros, brindan unas cortas pero vibrantes interpretaciones, y con la
dificultad añadida de crear unos personajes que, con sólo una escena, tienen
que hacer real toda una vida y el contexto que lo ha llevado a ese momento, a
esa situación que nos narra la película —genial la aparición de Sbaraglia en el
ascensor, así como la fuerza de un pasado de amor y respeto que aún se aprecia
en la relación de Cámara con Segura—.
Una pistola en cada mano, pues, se erige como una de las mejores cintas
que el cine español nos ha brindado este año. Cómica en la forma y dramática en
el tema, el nuevo film de Cesc Gay funcionará a modo de catarsis personal para
algunos y de entretenimiento reflexivo para otros. La cuestión es que funciona,
sorprende, divierte y encanta. Aquí no importa si tienes 40 años, 20 o 60 ni si
eres hombre o mujer, sino que estás delante de unos diálogos, interpretaciones
y montaje que te mantienen clavado a la butaca durante los 95 minutos que dura
la cinta.
Nota: 9
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Espléndida crítica, que me hace difícil expresar mejor todo lo que este film me ha transmitido.
ResponderEliminarRealmente no se necesitan grandes efectos especiales ni innovadores movimientos de cámara para conseguir una buena película. Pero sí hace falta un director con tanta sensibilidad e inteligencia como Cesc Gay para saber describir tan bién la complejidad de las relaciones humanas y crear unos personajes tan verosímiles que es difícil no sentirse identificado con alguno de ellos en un momento u otro.
Como bien decís, Gay sabe describir la cotidianeidad de sus personajes con ternura, sinceridad y afecto. Detrás de unos diálogos brillantes y de un humor muy inteligente, los espectadores vamos reconstruyendo el carácter de los personajes i adivinando unas relaciones sentimentales, sólo sugeridas.
Y desde luego todo ello es posible gracias a la interpretación mayúscula de todos los actores, y también de las actrices. Mi historia preferida es la primera, por autèntica y commovedora, pero todas me parecieron interesantes y me hicieron reflexionar.
Buen cine español, lamentablemente ignorado por los Goyas.
¡Muchas gracias, Gustau, por el comentario! No podíamos estar más de acuerdo contigo, y nos sabe realmente mal que una de las mejores películas del 2012 haya sido tan ignorada en los premios Goya de este año...
Eliminar¡Saludos!