El film empieza con
una inspirada conversación entre Michael Pitt y Michael Stuhlbarg, dos de los
protagonistas de la magistral ficción catódica Boardwalk Empire, basada en el
mundo de los gángsters de los años de vigencia de la Ley Seca. Su participación
no es en balde, concentran en cinco minutos lo que depara la cinta: verborrea,
inteligencia narrativa,gran reparto masculino y, sobre todo, unos malos malísimos
con ganas de guerra. Siete psicópatas se centra en Marty, un guionista de
Hollywood que ha perdido la inspiración. Por culpa de varios despropósitos se
verá inmerso en un mundo de crimen organizado que le servirá de inspiración.
Sin lugar a dudas, la gran baza de Siete psicópatas es su magnífico guión, funciona con la precisión de un reloj suizo. Su
engranaje es una combinación de inteligentes diálogos, situaciones tan
verosímiles como carentes de veracidad, pero súmamente divertidas y unos
personajes que dejan huella -sobre todo el de Sam Rockwell- . La película se
estructura en pequeñas cápsulas que nos presentan a estos siete personajes
excéntricos para confluir en el apoteósico desenlace; unos personajes
humanizados, como los de su anterior film. En pocas ocasiones los protagonistas
de un film de gángsters presentan rasgos tan definidos y menos si es en clave
paródica.
El relato no funcionaría con tanta fuerza si su elenco
no estuviera tan bien escogido. Colin Farrell se erige como el protagonista,
aunque no indiscutible pues la galería de secundarios es muy poderosa y Sam
Rockwell destaca por encima de todos. Su histrionismo es excelente y compone el
personaje más icónico del film. Woody Harrelson y Tom Waits construyen dos
antihéroes muy temibles y Christopher Walken es el responsable de la escena más
emotiva del film -aunque sin perder su gamberrismo ni ápice cómico- . Ante la
complicada estructura, la labor de montaje debía albergar una técnica impecable
y así es: el resultado final son 109 minutos de puro cine con un ritmo
narrativo impecable.
Siete Psicópatas es un estudio del lenguaje
cinematográfico en todos sus sentidos y mientras McDonagh ofrece un inteligente
divertimento que disfrutará todo el público. Sencillamente, es la mejor comedia
negra del año y obtiene un resultado muy satisfactorio en su intento de
reivindicar el género en el cine estadounidense.
Lo peor: ¿Por qué no está su guión en los Oscar?
Nota: 8
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