martes, 26 de febrero de 2013

'Siete psicópatas', inteligente juego de metacine

El film empieza con una inspirada conversación entre Michael Pitt y Michael Stuhlbarg, dos de los protagonistas de la magistral ficción catódica Boardwalk Empire, basada en el mundo de los gángsters de los años de vigencia de la Ley Seca. Su participación no es en balde, concentran en cinco minutos lo que depara la cinta: verborrea, inteligencia narrativa,gran reparto masculino y, sobre todo, unos malos malísimos con ganas de guerra. Siete psicópatas se centra en Marty, un guionista de Hollywood que ha perdido la inspiración. Por culpa de varios despropósitos se verá inmerso en un mundo de crimen organizado que le servirá de inspiración. 
¿Qué es realidad y que es ficción? El director irlandés Martin McDonagh propone un juego al espectador basada en el metacine, en el lenguaje cinematográfico como arma de doble filo: diversión y reflexión del medio. Tras su estupendo debut con Escondidos en Brujas, el cineasta vuelve a ofrecer una de las películas más divertidas de la temporada y con sello de calidad, a la par con Quentin Tarantino y su Django desencadenado. Algunos acusan al irlandés de ser una mera copia del tejano, pero ¿Django desencadenado no es muy similar a Malditos bastardos? Ambos aman el cine y realizan trabajos superiores a la media. Es más preciso definir a Martin McDonagh como un pupilo de Tarantino que como a un imitador cualquiera. Su cine también bebe de los hermanos Coen -el de sus inicios claro, no el academismo que impera en su carrera ahora- y de Guy Ritchie.

Sin lugar a dudas, la gran baza de Siete psicópatas es su magnífico guión, funciona con la precisión de un reloj suizo. Su engranaje es una combinación de inteligentes diálogos, situaciones tan verosímiles como carentes de veracidad, pero súmamente divertidas y unos personajes que dejan huella -sobre todo el de Sam Rockwell- . La película se estructura en pequeñas cápsulas que nos presentan a estos siete personajes excéntricos para confluir en el apoteósico desenlace; unos personajes humanizados, como los de su anterior film. En pocas ocasiones los protagonistas de un film de gángsters presentan rasgos tan definidos y menos si es en clave paródica. 
El relato no funcionaría con tanta fuerza si su elenco no estuviera tan bien escogido. Colin Farrell se erige como el protagonista, aunque no indiscutible  pues la galería de secundarios es muy poderosa y Sam Rockwell destaca por encima de todos. Su histrionismo es excelente y compone el personaje más icónico del film. Woody Harrelson y Tom Waits construyen dos antihéroes muy temibles y Christopher Walken es el responsable de la escena más emotiva del film -aunque sin perder su gamberrismo ni ápice cómico- . Ante la complicada estructura, la labor de montaje debía albergar una técnica impecable y así es: el resultado final son 109 minutos de puro cine con un ritmo narrativo impecable. 

Siete Psicópatas es un estudio del lenguaje cinematográfico en todos sus sentidos y mientras McDonagh ofrece un inteligente divertimento que disfrutará todo el público. Sencillamente, es la mejor comedia negra del año y obtiene un resultado muy satisfactorio en su intento de reivindicar el género en el cine estadounidense.

Lo mejor: Sam Rockwell y la inteligencia de sus diálogos 

Lo peor: ¿Por qué no está su guión en los Oscar?

Nota: 8

El contenido original de esta entrada pertenece a MySofa. Consúltalo aquí.

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