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jueves, 20 de diciembre de 2012

'El Hobbit: un viaje inesperado' - la película de la discordia

Nueve navidades después los cines de casi todo el mundo (en Japón es quinta en taquilla) vuelven a llenarse con el universo de Tolkien y la Tierra Media en El Hobbit: un viaje inesperado. Y otra vez con Peter Jackson adaptando la obra literaria en tres películas que nos llegarán los próximos dos años. Para el papel principal se ha contratado a un actor en alza como es Martin Freeman y actores emblemáticos de la trilogía repiten rol como Ian McKellen, Cate Blanchett, Andy Serkis, Hugo Weaving y Christopher Lee. La película ha tenido una fría acogida en la crítica, pero en IMDB los fans no dudan en propulsarla como una de las 250 mejores películas de la historia del cine. Así que con la polémica servida, os ofrecemos nuestras tres opiniones.


Eran muchas las expectativas que se habían puesto al regreso de Peter Jackson a la Tierra Media, pero siendo realistas estaba claro que El Hobbit no llegaría a ser ni suponer lo que fue la trilogía de El señor de los anillos, una obra maestra. El primer y único error ha sido dividir un libro de casi 300 páginas en tres películas y que la primera suponga las tres cuartas partes de éste (¿de dónde sacaran el material para hacer una segunda y tercera entrega?); resultado de ello han sido escenas demasiado alargadas, personajes y escenas que no aparecen en el libro y ritmo más bien lento. Sin embargo, está claro que los fans de las aventuras del hobbit Bilbo Bolsón han podido disfrutar de lo lindo con esta entrega menos oscura, más divertida y más aventurera. 

La presentación de los enanos irrumpiendo inesperadamente en Bolsón Cerrado es entrañable, con grandes caracterizaciones y fidelidad respecto al libro. A partir de ahí, la película se desarrolla en pequeñas batallas (trolls, orcos con huargos, etc.) que le dan acción al conjunto; la estancia en Rivendel con la aparición de Galadriel y Saruman, así como los momentos de Radaghast el Pardo, sirven para dar continuidad al film y ligarlo con la trama de El señor de los anillos, haciendo mención al espíritu del rey brujo convocado por un nigromante que seguro aparecerá en las próximas entregas. Pero de lo que no hay duda es que la mejor parte y la mejor escena de toda la película es, cómo no, la de los acertijos en la oscuridad con Gollum/Sméagol. La importancia del momento (Bilbo tiene el anillo) así como las ocurrencias y las reacciones de Gollum a las preguntas del hobbit (como cuando sin querer se le escapa la respuesta del acertijo del tiempo) son, como ya lo fueron en la trilogía, memorables. Por cierto, qué acertado el casting de Martin Freeman para interpretar al tranquilo pero valeroso hobbit. Su evolución desde el inicio en la Comarca hasta su papel salvando a Thorin de las manos del Rey Orco es fantástica. Una película que derrocha aventura y diversión, pero falla en el metraje y el ritmo, resultado de dicha decisión. 

Nota: 8

Alejandra Diez


300 páginas, una sola línea argumental, acción relativamente escasa... Por supuesto, esto se traduce en 3 películas de un mínimo de 2 horas y media cada una. Desde aquel primer día en que Peter Jackson anunció que adaptaría El Hobbit de J.R.R. Tolkien en tres partes, no hay nadie que no esperara una importante dosis de lo que muchos llamamos, clara y llanamente, "paja". Por mucho que las escenas o historias paralelas que Jackson y compañía han añadido al guión se encuentren en anexos y epílogos varios, el exceso de metraje de esta primera entrega sobre las aventuras de Bilbo Bolsón es palpable en cada instante. Si cada uno de los libros de El señor de los anillos, con sus mil personajes e hilos narrativos, fue adaptada en una sola y excelente cinta, ¿por qué dividir la historia del tío de Frodo y sus amigos enanos en tres? No hay excusa que valga -porque el dinero no tendrá nada que ver, ¿verdad?-. Dicho esto, no me voy ni os voy a engañar: todos los cambios y añadidos con respecto al original cuadran a la perfección, dan lugar a algunas de las mejores escenas del film -la lucha de Bilbo al final de la película y la conversación entre Gandalf y Galadriel-, y hasta parecen estar justificados. Con o sin "paja", pues, El Hobbit: un viaje inesperado es un fabuloso ejercicio de entretenimiento y de técnica cinematográfica. 

El efecto El señor de los anillos, sea para bien o para mal, pesa sobre todas las críticas que está recibiendo el nuevo film de Peter Jackson. En él, y de un modo similar, aunque no igual de bueno, al de La comunidad del anillo, nos encontramos con una satisfactoria presentación de los personajes principales que, poco a poco -nunca mejor dicho-, dará paso a la épica y a la diversión de la aventura, generando así una rica variedad de escenas que van desde la pacífica ciudad de Rivendel hasta la lucha desenfrenada contra centenares de trasgos. Sin embargo, si hay una escena a destacar, por supuesto, ésta es la presentación de Gollum, triste, escalofriante y desternillante al mismo tiempo. Andy Serkis se supera cada día con su interpretación de la patética criatura, y en este caso ha escogido al compañero de juegos perfecto. Martin Freeman parece haber nacido para el papel del pequeño hobbit. Él es quien da vida a toda la compañía y el diamante en bruto de Jackson para su nueva trilogía. Con todo, Richard Armitage está a la altura como el rey de los enanos y, además, es un placer volver a ver a Elijah Wood, Ian Holm, Cate Blanchett, Hugo Weaving, Christopher Lee y el gran Ian McKellen en la piel de sus muy queridos personajes. Ahora bien, no hay Peter Jackson sin técnica. Quizás los planes aerios abunden en exceso, pero cada uno de ellos es responsable, junto a los calculados movimientos de cámara y a la maravillosa fotografía de Andrew Lesnie, de la impactante visualidad de la película. Ésta contribuye a la épica de la historia del mismo modo en que lo hace la música de Howard Shore. Se le agradece al compositor de la Tierra Media la recuperación de temas como el de los hobbits, Rivendel, Lothlorien y el anillo único, así como las nuevas melodías, en especial la dedicada a los enanos, y la canción final.

Nota: 8

M. del Mar Gallardo

Cate Blacnchett Ian McKellen The Hobbit An Unexpected Journey

Aquí no. Con El Hobbit no hay un proyecto personal, simplemente, por tres razones obvias. Primero, Peter Jackson, que nunca fue un gran cineasta, se corrompió por completo con la maquinaria de Hollwood (lo compraron, de hecho, con ese Oscar regalado al mejor director). Segundo, él no quería adaptar la obra literaria y se la endosó a Guillermo del Toro y, finalmente, de rebote se la quedó. Tercero, si piensa hacer el libro en dos partes, no puede diez días después de finalizar el rodaje decidir que hace tres películas. ¿Con qué material si has ideado tus películas en dos? Volvamos al principio, corrompido, del pie hasta el gorro (de copa, que caben más billetes dentro). El Hobbit: un viaje inesperado recupera en momentos puntuales el espíritu de la trilogía de El señor de los anillos, pero si por algo recuerda es porque sus flaquezas -que no eran pocas- se agudizan mucho más aquí. La principal aquí: el nulo conocimiento de la narrativa por parte de Jackson.

Seamos serios, el neozelandés evidentemente tiene un gran bagaje cinematográfico y sabe de ello, no llega a la etiqueta de cineasta, pero sí es cinéfilo de pura cepa. Pero no lo aplica. El metraje (170 minutos) es excesivo, todas las escenas están estiradas hasta la extenuación y hacen reiterativa la historia (¿cuántas batallas hay? Si te quitan dos o tres, no cambia nada en absoluto); sobran 60 minutos como mínimo. Algunos pasajes tienen lo necesario para crear la épica del inicio de una aventura, pero no tienen ni la magia ni la atracción de La comunidad del anillo. La historia del Hobbit y los trece enanitos empieza sin fuerza ni la emoción necesaria de una saga fantástica, por cierto, unos enanitos/judíos, desterrados de su tierra que luchan por recuperarla derrotando a los villanos. Ay... Hollywood. El apartado técnico vuelve a ser impecable en ciertos aspectos (música, fotografía, dirección artística, vestuario y maquillaje), no así en el montaje del copia, engancha y gana dinero. Son varias las escenas con un gran acabado, pero dos sobresalen por encima del resto: la reunión de varios personajes emblemáticos y la aparición de Gollum. Al final, ya vislumbran la Tierra prometida, dicen estar cerca. No. Quedan cerca de seis horas. Si son así, menudo chasco. Y me figuro que peor, porque serán los dos títulos que se resentirán de haberse patillado la tercera entrega una vez acabado el rodaje de hacer un par solamente.

Nota: 6

Alain Garrido

2 comentarios:

  1. La verdad es que el film no esta mal, pero lo único que buscaba Peter Jackson es asegurarse un éxito en taquilla y así poder probar el 3D HFR asegurando beneficios, cosa que a cualquier productora le parece bien.

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    1. Sí, también, pero si entre taquilla y HFR consigue hacer una historia entretenida, como mínimo esto le sirve de excusa!

      ¡Saludos y gracias por pasarte!

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