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lunes, 3 de diciembre de 2012

'César debe morir' - Teatro y vida

Tu quoque, fili mi! 

Muchas veces hemos escuchado esta frase salir de la boca de miles de Césares distintos, en miles de teatros por todo el mundo. En este caso, sin embargo, los hermanos Paolo y Vittorio Taviani han escogido un escenario de lo menos convencional para representar el conocido Julio César de William Shakespeare: una prisión de alta seguridad en Roma. Los verdaderos presos de esta cárcel son los protagonistas de la función, una obra que derrama, más que sangre, pasión teatral de cada uno de los participantes. Hablamos de César debe morir, estrenada la semana pasada en las salas de cine españolas y ganadora del Oso de Oro en el pasado Festival de Berlín.


La narración de la película es paralela al desarrollo de la obra teatral, de modo que desde el primer minuto hasta el último la película "es" Julio César, sólo que la genialidad de los Taviani detrás de la cámara convierten a este César debe morir en un auténtico placer cinematográfico, desde la parte técnica hasta  la más artística e interpretativa, empezando por el trabajo de un plantel de actores que, a pesar de no ser profesionales -y quizás porque "no" son profesionales- se ponen en la piel de sus respectivos personajes y se sumergen en ellos, se identifican con ellos y se convierten en ellos. La dedicación y la fuerza con que actúan este grupo de prisioneros pone en evidencia la importancia que le dan a esta representación, una actividad, el teatro, que les da vida y voz en un mundo donde no tienen ni una ni la otra.

Porque, en realidad, la vida de los actores de este film se asimila a la de los personajes que interpretan: traiciones, discordias, venganzas, soledad y, por encima de todo, una sociedad prisionera de un poder, un imperio, que no será abatido con una sola muerte. Prisión y escenario se convierten, pues, en uno de sólo. Las celdas, los pasillos, el patio, etc. pasan a ser los espacios de la Antigua Roma que pisaron César, Bruto, Cassio y Marcantonio. Esta equiparación que los Taviani hacen entre el mundo real y la ficción, por otra parte, no sería nada sin la fantástica fotografía de Simone Zampagni ni el magnífico trabajo de montaje hecho por Roberto Perpignani. Montaje circular, que acaba y empieza igual, y en donde se mezclan escenario, ensayos, color y blanco y negro.


En conjunto, César debe morir es todo un ejercicio de perfección y pasión cinematográfica en todos los sentidos y en donde la sutileza de las comparaciones y de algunos diálogos puede dejar entrever cierta crítica al mundo carcelario. Los hermanos Taviani, sin embargo, no están aquí para transmitir su denuncia palabra a palabra. La reflexión se la dejan a los espectadores y mientras, ellos dan pequeñas pistas y nos deleitan con todo un Shakespeare a manos de este grupo de grandes intérpretes -Cosimo Rega, Salvatore Striano, Giavanni Arcuri, Antonio Frasca...- que viven a través del teatro.


Lo mejor: el montaje que hacen los dos directores y la pasión teatral que desprende toda la película.

Lo peor: que los espectadores intenten ver más allá de ella y esperen una crítica más explícita del mundo carcelario.

Nota: 8

2 comentarios:

  1. Realmente espléndido y original este montaje de los Taviani. Estoy totalmente de acuerdo con tu análisis, especialmente en esa fusión de vida y cárcel, donde la prisión se convierte en la metáfora de la cárcel que es la vida: aunque se mate al tirano, el pueblo seguirá subyugado por el poder.

    Me encanta cómo los presos llegan a vivir sus papeles, quizás como dices porque es la única manera que tienen de dejar sentir su voz fuera de las celdas. Me gustó mucho el actor que interpreta a Bruto, muy expresivo y protagonista de alguno de los mejores momentos del film.

    Los Taviani aquí se alejan de su estilo habitual, el que les hizo famosos en los años 70 y 80 con películas tan interesantes como Allonsanfan, Padre patrón, La noche de San Lorenzo, Kaos o Good morning Babilonia. Pero logran una película muy precisa y directa, que en algunos momentos llega a emocionar

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    1. ¡Muchas gracias, Gustau, por tu comentario! Nos alegra que pienses igual que nosotros y te agradecemos que nos mandes tu opinión! :D

      ¡Saludos!

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