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lunes, 1 de octubre de 2012

"Mi mujercita va a matar hombres" - 'Mulan', solución al Enigma Rosebud


¡Este noviembre vamos a portarnos bien y vamos a ir resolviendo enigmas atrasados! Hace poco más de un mes os enseñábamos una imagen en la que se veía un plato con dos huevos y un trozo de baicon haciendo de ojos y boca. Acompañando a la imagen poníamos la frase: "mira, son gachas, y además se alegran de verte". ¡A los amantes de Disney os lo pusimos fácil! Como muy bien nos dijo Carol en su momento, se trataba de Mulan, la penúltima película -después aún faltaba Tarzán- de los dorados años 90 de la factoría de animación.

Quizás no sea la favorita para los seguidores de las películas de animación y es verdad que películas como La sirenita, El rey león, La bella y la bestia, Aladdin y El jorobado de Notre Damme la pueden superar en calidad y, sobre todo, canciones. Sin embargo, hay películas que nos marcan, que se convierten en telón de fondo de un verano, de un año y de una época. Son films que crean vínculos y cuyos diálogos y bromas pasan a formar parte del vocabulario y bromas personales. Esto es lo que le pasa a una servidora con Mulan, al igual que con Cantando bajo la lluvia o Piratas del Caribe, entre otras. Así pues, ¡especial homenaje hoy a la historia de Fa Mulan!

"He oído hablar mucho de tí, Fa Mulan. Robaste la armadura de tu padre, escapaste de casa, te hiciste pasar por soldado, engañaste a tu superior, deshonraste al ejército chino, destruiste mi palacio y... nos has salvado a todos".


La evolución de los personajes femeninos en las cintas de animación Disney hizo un paso importante al empezar la década de los 90, empezando por la letrada e independiente Bella, pasando por la gitana Esmeralda, que lucha por la libertad de su pueblo, hasta una princesa india que desafía a su familia y los colonizadores de su tierra para defender la naturaleza y el entendimiento. Ya en los 2000, Tiana y el sapo nos presentaba a la primera protagonista negra que se labraba el futuro con sudor y trabajo, mientras que Rapunzel se convertía en la princesa con la sartén en la mano. Hemos tenido que esperar hasta este año, sin embargo, para que Pixar nos presentase a un personaje protagonista femenino a quién no le interesan las historias de amor y prefiere, simplemente, no casarse.
La aventurera y valiente Mérida, experta en el arco, ha sido una grata revelación este año con la cinta Brave. Pero, un momento, porque la princesa pelirroja de Pixar sí que tiene un previo referente en Disney, y esa es la princesa guerrera, Mulan, que para salvar a su padre decide cortarse el pelo y aprender a luchar para enfrentarse a los hunos, enemigos del emperador que han invadido China. Mulan tiene historia de amor, sí, pero por encima de todo es una comedia sobre el valor de una mujer, la amistad y, algo que se había tratado nunca en la factoría de animación: China -no vayamos ahora a malinterpretar la frase, porque está claro que no es el objetivo de la película retratar el país asiático sin tópicos y realmente como es, pero es un primer acercamiento a la potencia en ese momento ya creciente-.

Mulan se podría dividir perfectamente en dos partes muy diferenciadas, marcadas también por el atuendo de la protagonista: la primera, en el pueblo, donde Mulan se esfuerza sin resultados para convertirse en una perfecta joven casadera; y la segunda, en el campamento y el campo de batalla, donde, con la ayuda del dragón Mushu, la chica se hará pasar por hombre y se convertirá en una excelente estratega y guerrera, además de hacer unos cuantos amigos y... enemigos.
Ambas partes tienen escenas memorables -no olvidar el fracaso e hilarante examen de la casamentera, que acaba en llamas, ni la divertida abuelita de Mulan, que se piensa haber encontrado un grillo de la suerte-. Sin embargo, es en la segunda parte donde "empieza la diversión", podríamos decir. En realidad, los fans de la película podríamos decir claramente el momento exacto en que Mulan empieza a ser una divertidísima y genial cinta de animación, y este es la primera escena en que aparece Mushu, el pequeño dragón que, más por su bien que por el de la propia Mulan, irá en su búsqueda e intentará ayudarla para que no la descubran.
- Dragón, dragón, no lagarto, ¡yo no hago eso de la lengua!
- Es que eres taaaaan...
- ¿Pavoroso, asombroso?
- Chiquitín
-Claaaro, vengo en tamaño portátil. Si mostrara mi talla real, ¡a tu vaca le daría algo!
El divertido, irónico y egoísta Mushu, coincidiríamos muchos, es lo mejor de la película y uno de los personajes secundarios más queridos de la historia Disney. Sus meteduras de pata, malos consejos y deseos de grandeza han hecho reír a todo aquél que ha visto la película alguna vez. Y he aquí una revelación de la máxima defensora de la versión original (ver artículo sobre el eterno debate entre VOS y doblaje): uno de los máximos atractivos de Mushu y sus comentarios es la voz de José Mota. El actor español, que también ha puesto la voz a Mike Wazowski (Monstruos S.A.), el asno de Shrek o, más recientemente, al guía peruano de la exitosa Tadeo Jones, se hace suyo al personaje y lo impregna del mejor humor que es capaz de generar, sólo con la voz.
No es que Eddie Murphy, quien le pone la voz en inglés, no esté bien, pero el registro de tonos y timbres que José Mota le da a Mushu hacen al personaje mucho más divertido y simpático que la versión original. En realidad, no es lo mismo hablar de doblaje en una película de animación que en una de carne y hueso. En la primera, todos los actores ponen voz a un personaje que no es ellos, que no tiene su físico y que no depende de la voz original para tener una interpretación completa, como pasa con la segunda. Así que, al fin y al cabo, todo se reduce a qué voz queda mejor con ese dibujo en concreto -en el caso de Cómo entrenar a tu dragón, por ejemplo, es la voz original de Jay Baruchel la que hace inolvidable al personaje-. Sea en el idioma que sea, sin embargo, Mushu se queda con el público, y su creciente amistad con Mulan y el mismo grillito de la suerte sobresalen constantemente a lo largo del film.


Perfecto complemento a la historia, por otra parte, son los amigos que Mulan hace en el ejército. Aunque al principio le cuesta un tiempo -y unos cuantos tortazos- ganarse su confianza, serán ellos los primeros en reconocerle su inteligencia y maestría, y en defenderla en el momento adecuado, aunque eso implique hacer lo mismo que ha hecho Mulan, disfrazarse del sexo opuesto. Si a ellos tres le añadimos el soberbio y asustadizo ayudante del emperador, toda una caricatura, y el malo de la historia, Shan Yu -uno de los malvados más terribles de Disney- ya tenemos un completo plantel de personajes para secundar, junto al "chico" y "enamorado", a nuestra heroína.
Ya sólo nos falta, para terminar este homenaje, resaltar el trabajo de Jerry Goldsmith en la banda sonora del film. El autor de numerosas y míticas bandas sonoras del séptimo arte se las apañó para llenar el vacío que había dejado Alan Menken, autor de la música de la mayoría de cintas Disney desde La sirenita (El rey león, no obstante, la hizo Hans Zimmer). El resultado fue una épica instrumentalización, con temas tan destacados como "Short Hair", acompañada de tres divertidas canciones con letra de David Zippel. Os dejamos con la pieza de Goldsmith y la canción "Voy a hacer todo un hombre de ti", de los mejores fragmentos de este film dirigido por Barry Cook y Tony Bancroft.



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1 comentario:

  1. Comparto totalmente tu post. Me encanta Mushu y también la BSO con las canciones incluidas.

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