sábado, 27 de octubre de 2012

'Vacaciones en el infierno', tópicos cansinos

Este fin de semana ha llegado a nuestras pantallas la cinta de acción Vacaciones en el infierno. Lo hace con cierto retraso, pues en la mayoría de los países se estrenó antes del verano y, lo más curioso es que en Estados Unidos no llegó a las salas comerciales, sino que se editó directamente en formato doméstico. Es decir, lo que ha pasado aquí con la laureadísima The cabbin in the woods, con la diferencia de calidad entre una y otra. En resumen, salimos perdiendo.



Vacaciones en el infierno está protagonizada, coescrita y producida por Mel Gibson, estrella en horas bajas a la que Jodie Foster intentó resucitar sin demasiada suerte en El castor. Probablemente, el protagonista de El patriota se moría de ganas de levantar este proyecto y de pasárselo en grande durante el rodaje. Ha conseguido ambos objetivos, pero no el más importante en una película: dejar huella. Algunos sectores se han divertido y hasta la tildan de un resurgimiento del gran cine de acción. Un servidor, no puede estar más en desacuerdo.

Es cierto que la película está bien rodada (técnicamente) y maneja muy bien las características del género, pero para nada es destacable dentro de él. Mantiene un buen ritmo, aunque la trama es muy predecible, el cúmulo de tópicos es cansino y el desarrollo peca de múltiples reiteraciones. Evidentemente, los buenos son muy buenos y los malos son muy malos; los primeros se salvan y los segundos reciben su castigo. Mel Gibson, con un personaje que podría haber hecho un Clint Eastwood hace años o Bruce Willis o tantos otros, se fundamenta bajo el arquetipo del héroe en una prisión mexicana azotada por la corrupción, la mafia y la supervivencia (cada uno con sus armas).

Ese microcosmos en la cárcel podría haber dado lugar a un interesante retrato de la vida en ese ambiente, por el contrario, Vacaciones en el infierno es una simple trama sin gancho alguno que estigmatiza a las minorías y recurre a unos tópicos que fomentan los prejuicios sociales de los espectadores. No hay denuncia (y, evidentemente, no lo busca), es más, arropa ciertos comentarios que producen urticaria...

Vacaciones en el infierno podrá gustar a una reducida masa de espectadores, su público potencial. El resto huirán (o deberían huir) de una propuesta tan plagada de lugares comunes, de trama insufrible y con escenas rídiculas (aquello de que las balas van a los malos y no a los protagonistas...). Como es lógico, hay happy end, pese a todas las maldades cometidas por el personaje de Mel Gibson.

Lo mejor: No se excede en su duración

Lo peor: Sus tópicos sociales, causan más daño que risa

Nota: 2

1 comentario:

  1. Mira Mel Gibson con sus películas grasientas de héroe pasado de fecha pero aún así tensas, vibrantes y divertidas como Apocalypto o su reciente Vacaciones en el Infierno. Sea pues, Mel, a pesar de tus 'fachasitudes', una copa elevada por ti....

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