El próximo jueves 11 de Octubre llega a
nuestras salas la tan esperada película de Juan Antonio Bayona Lo imposible, presentada en el Festival
de San Sebastián y que supone el regreso del director a la gran pantalla desde hace
cinco años con El Orfanato. Junto a
mi compañera Maria del Mar, tuvimos la oportunidad de verla en una sala repleta de gente
expectante, curiosa y también reticente con lo que se podían encontrar; sin
embargo, y a pesar de las opiniones dispares que puedan haber, personalmente la vi, la
disfruté y aunque también sufrí la sensación final fue muy grata.
En primer lugar, si hay algo que
cabe destacar de Lo imposible es su
realismo. Las imágenes del tsunami ponen los pelos de punta a cualquiera,
estremecen, y el sufrimiento de los actores se traslada al público. Los gritos
de Naomi Watts agarrada al árbol y el dolor de toda la familia protagonista generan
tal empatía que cuesta aguantarse el llanto; porque hay que ser fuerte para no
dejarse llevar por la angustia que sienten.
Y es que el realismo no sólo se
consigue con los efectos especiales, ya vistos en el tráiler, sino también con
el magnífico trabajo de todo el elenco, actores noveles y consagrados. Ewan
McGregor (Enrique) y Naomi Watts (María) están espléndidos, sin embargo quienes
verdaderamente captan la atención son los pequeños Lucas, Tomás y Simón,
interpretados por Tom Holland, Oaklee Pendergast y Samuel Joslin respectivamente.
Con poca carrera en el mundo del cine y la televisión, consiguen igualar e
incluso superar el trabajo del resto, algo admirable; incluso el pequeño que
acompaña a Watts y Holland durante varios tramos del film lo hace bien, pues
despierta tal simpatía que se agradece dentro de un film tan angustioso.
Como contrapunto, quizás algunos
momentos resultan un poco forzados. La charla de Enrique con otros afectados
por el tsunami resulta impuesta, así como su conversación por teléfono, pero
dentro de una película en la que la fotografía, la dirección e incluso la banda
sonora de Fernando Velázquez son excepcionales, todo lo demás es perdonable.
Lo imposible consigue trasladarnos más allá de la pantalla; nos da
momentos de tensión, pero también de calidez. Una película que no es perfecta,
ni mucho menos, pero que desprende humanidad, y eso es algo que hoy en día hace
falta.
Lo mejor: los tres niños
protagonistas y su realismo
Lo peor: que el realismo pueda causar algún que otro susto
Nota: 8
Alejandra Diez
Alejandra Diez
P.D: Si tenéis muchas ganas de verla y no podéis esperar hasta el jueves que viene, os recordamos que Lo Imposible se presenta hoy en el Festival de Sitges. ¡Esperamos vuestras opiniones!
Película realmente emotiva, y es que con tal argumento (basado en hechos reales) no podía ser de otra manera. Los efectos son magníficos, la realización espléndida (consiguiendo la emoción requerida) y la interpretació de todos los actores, magistral, especialmente del niño mayor al que Bayona le hace conseguir una expresividad inmejorable.
ResponderEliminarPero a pesar de todo, la película me ha sabido a poco, quizás por un guión demasiado plano y pobre, que se centra casi únicamente en la descripción de los hechos que explicó María Belón. Creo que faltan más tramas paralelas, como la del niño al que salvan Lucas y María recién acabado el tsunami, o la del lesionado que ha perdido a toda su familia pero se alegra de que Henry encuentre a la suya, o el precioso inciso de Geraldine Chaplin y las estrellas. Son detalles que enriquecen el guión, pero que aparecen sólo esporádicamente.
Mi calificación, de todas maneras, es la misma que pone Alejandra: un 8