“The greatest thing you’ll ever learn is just to love and be loved in return”
Versión balleno, versión pitufo, pero
la misma canción. En el enigma del viernes pasado os presentábamos una
divertida prueba para dar con la película que ahora nos concierne y que como
bien adivinasteis se trata de Moulin
Rouge. La canción era Nature Boy, que da inicio a este si más no original y
vistoso musical. Si creíais que ya lo sabíais todo sobre esta historia de amor
entre Ewan McGregor y Nicole Kidman no dejéis de leer, ¡os contamos algunas
anécdotas!
Se podría decir que Baz Luhrmann
no es un director muy fructífero en cuanto a número de películas se refiere
(una cada cuatro o cinco años, el año que viene vuelve desde que hiciera Australia, ahora con El Gran Gatsby), pero no podríamos decir
lo mismo sobre su impacto en las salas de cine. Desde El amor está en el aire y Romeo
+ Julieta de William Shakespeare ya pudimos ver su capacidad para jugar con
imágenes y colores y, cómo no mover masas, aunque sean adolescentes. Sin
embargo, en 2001 llegó con algo revolucionario, un nuevo punto de vista sobre
un género cinematográfico muy visto en el Hollywood clásico, pero olvidado
durante varios años. Moulin Rouge! supone
el regreso del musical, ¡y de qué manera! A partir de ahí la producción de
musicales, varios basados en obras ya representadas en Broadway, crece
considerablemente.
Dirección y guion estuvieron en
manos de Luhrmann, que juntamente con Craig Pearce escribió una historia de
amor basada en La Traviata, a su vez
basada en La dama de las camelias de
Alejandro Dumas hijo. Pero además de ésta, Moulin
Rouge! también se basa en dos óperas más, La boheme y Orpheus. En
este caso, la película nos cuenta la historia de Christian, un escritor bohemio
que se enamora de una cortesana, Satine, la joya más preciada del Moulin Rouge.
Su amor será correspondido pero la presencia del duque, que se hace con las
escrituras del cabaret, lo complicará todo.
Como premisa, se podría decir que
el argumento no es innovador en ningún aspecto, pues ya habíamos visto algo
parecido con, por ejemplo, Pretty Woman,
sin embargo es su presentación visual y artística (fotografía de Donald
McAlpine), así como sus actuaciones y su banda sonora (Craig Armstrong), lo que
le confiere la espectacularidad y la brillantez que la caracteriza. Asimismo, la
historia de amor está tan inmensamente interpretada, con tanta fuerza,
intensidad e ilusión, que nos olvidamos de todo lo demás para centrarnos
únicamente en dos puntos, Nicole Kidman y Ewan McGregor. ¿Cómo no se pudieron
enamorar los dos actores entonces? El brillo que desprenden sus ojos al mirarse
y sus alucinantes voces cautivan a
cualquiera.
Como siempre decimos, aunque no
podríamos concebir la película de ninguna otra manera y sin estos mismos
actores, para los profesionales del casting las cosas no fueron tan fáciles. Y
es que muchos otros actores audicionaron para los papeles protagonistas y fueron
sopesados para ellos. ¿Os
imagináis a Heath Ledger, Jake Gyllenhaal, Hugh Jackman o Ronan Keating como
Christian o a Catherine Zeta-Jones, Renée Zellweger, Natalie Mendoza o Courtney
Love como Satine? Seguro que no lo hubiesen hecho mal, pues a muchos los
hemos visto y veremos en diferentes musicales, pero nos quedamos con las cosas
como están. Courtney Love quedó muy decepcionada ante la derrota y no ocultó su
resentimiento hacia Kidman, a la que dedicó Miss
World, una canción acerca de una reina de la belleza que se odia a sí
misma.
Además de la pareja protagonista,
no debemos olvidar el resto del reparto, en el que encontramos a Jim Broadbent
como el carismático Harold Zidler, Richard Roxburgh como el duque de Monroth,
John Leguizamo como Toulouse Lautrec, Jacek Leguizamo como el argentino
narcoléptico y Kylie Minogue como el hada verde, entre muchos otros artistas.
Como todo guion, el de Moulin Rouge sufrió muchas variaciones
hasta quedar tal y como lo conocemos. En los borradores originales, Satine
tenía un hijo de tres años y la historia era contada mediante flashbacks, mientras
que Christian le contaba su pasado al pequeño. Además, muchas canciones fueron descartadas,
o modificadas, por no hablar de los contratiempos que tuvieron que soportar
actores y trabajadores para llevarla a cabo. Jim Broadbent necesitaba
diariamente dos horas y media para ponerse su traje regordete de Zidler y
maquillaje; por otra parte, Nicole Kidman se rompió dos costillas y se lesionó
la rodilla mientras ensayaba una rutina de baile. Fue por ello que la actriz,
que tenía previsto protagonizar La
habitación del pánico, se retirara del proyecto en pos de Jodie Foster.
Además muchas escenas en las que no sale de cuerpo entero se grabaron mientras
estaba en silla de ruedas.
Entre todo, si algo caracteriza
esta película al tratarse de un musical son sus canciones. A diferencia de
muchos otros, con canciones originales y hechas exclusivamente para el musical
en el que aparecen, Moulin Rouge!
está compuesto por canciones ya existentes, éxitos de numerosos artistas
representantes de la música pop, como Queen, Madonna, Elton John o The Police. Cada
canción, sin embargo, encaja perfectamente en la escena y le da a la película
una riqueza musical admirable; nada más hay que escuchar el fantástico “mash-up”
que supone Elephant Love Medley, con
canciones como All you need is love de los Beatles, In the name of love de U2, Up
where we belong de Joe Cocker y I
will always love you, de Dolly Parton. La única canción escrita
exclusivamente para el film es Come what
may, aunque originalmente no estaba destinada a formar parte de esta banda
sonora. La canción fue escrita realmente por David Baerwald para la anterior
película de Luhrmann, Romeo + Julieta,
por lo que fue descalificada de los Oscar como candidata a mejor canción.
Moulin Rouge! obtuvo ocho nominaciones a los premios de la academia,
entre los que se encontraba el de mejor película y mejor actriz para Kidman,
pero finalmente sólo se llevó dos, el de mejor vestuario y mejor dirección de
arte. Aun así, se ha convertido en todo
un referente en lo que refiere a los musicales de la era contemporánea y su
historia de amor jamás será olvidada. Por algo Satine y Christian quedaron
terceros en nuestra encuesta sobre parejas épicas y por algo la palabra “amor”,
con todas sus variaciones, aparece 143 veces en toda la película. Sin duda, una
épica historia de amor dentro de un “spectacular, spectacular!” musical.
Y ahora, la canción tal y como la escuchamos en la película. Nature Boy interpretada por David Bowie.
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