lunes, 11 de junio de 2012

'El desprecio', la tragedia griega y el conflicto artístico - El Enigma Rosebud, solución

Pues como acertaron dos de nuestros más fieles seguidores el Enigma Rosebud de esta semana era El desprecio de Jean-Luc Godard. En esta obra del cineasta francés, Fritz Lang (interpretándose a si mismo) rueda una adaptación de La Odisea de Homero, con dinero de un arrogante productor de Hollywood, Prokosch (Jack Palance) y guionizada por el dramaturgo teatral francés Paul Javal (Michel Piccoli), casado con una joven telegrafista, Camille (Brigitte Bardot). Matrimonio que no atraviesa su mejor momento precisamente. La tragedia griega y el metacine se dan la mano.


Con esta premisa tenemos entre nosotros una historia de cine dentro del cine, hecha por uno de los maestros de este arte: el gran Jean-Luc Godard. Presenta la problemática entre la libertad artística y las presiones de los estudios. El director Lang quier hacer una versión libérrima, personal y arriesgada de La Odisea y el productor de Hollywood (arquetípico con su chulería, su superioridad moral y su posición económica) aspira a forrarse con una adaptación comercial con dosis de acción y sexo. Godard aprovecha esa coyuntura para criticar a diestro y siniestro los entresijos de la industria del cine, los límites a la creatividad cinematográfica (esos que hacen que el séptimo arte sea un arte, casi, muerto) y la dominación del dinero al arte y el conocimiento.

En ese sentido, uno de los momentos más célebres de la película es aquel en que el productor, harto de intentar convencer al guionista para que acepte el proyecto de adaptar la obra homérica, le extiende un talón para acabarlo de convencer con una cifra cuantiosa. A esto, Fritz Lang suelta: "hace años te apuntaban con una pistola para hacer películas, 30 años más tardes es a golpe de talonario". Lang tuvo que emigrar de su Alemania natal para hacer cine y aquí ve reflejada su carrera; Godard, también, conoce las dudas de un artista de primera mano: era la primera vez que tenía una estrella como Brigitte Bardot bajo sus órdenes.

El desprecio es una obra cumbre en la filmografía europea y, en particular, en ese cine personal y metacinematográfico. Otra de estas, es Mulholland Drive, la obra maestra del americano David Lynch, con la que guarda muchos parecidos y es que la voluntad de Lynch de rendir homenaje a la obra de Godard es bien plausible. Desde la escena del baile en el teatro, la dualidad del ser humano (los personajes de Naomi Watts y Laura Harring con las dos looks de Bardot) hasta el "silencio" pronunciado por el propio Godard al final de la película, el cual Lynch recoge en la famosa escena de El club silencio, escena que supone punto y a parte en la película. La palabra silencio sitúa amboa maestros dentro de sus películas, demostrando que son unos genios.

El otro eje de esta película de Godard es la relación matrimonial del guionista y su joven y guapa mujer (sin duda, Bardot es una de las más bellas actrices de la historia del cine). Su amor, su pasión, deriva en indiferencia hasta el desprecio de ella, envuelto en la preparación del film. Como si de una tragedia clásica se tratara, la película se divide en tres actos: la primera parte en los estudios de Cinecittà (previa escena de la cama que manifiesta el amor entre ambos), una segunda parte en el apartamento de ellos en que escenifican su desencuentro (con alguna decisión violenta incluida) y el tercero, en el rodaje en Capri, con la floración del desprecio y el final trágico, desenlace griego puro y duro.

Desprecio. El desprecio ante actos déspotas y egoístas de un ser querido. El desprecio que pone punto y final a una relación de amor a la deriva. El desprecio que desemboca en la propia muerte. El desprecio de un cineasta por las presiones de la industria. El desprecio de un artista enjaulado en su creatividad. El desprecio de Jean-Luc Godard hacia áquellos que privan que el cine pueda ser un arte en mayúsculas.

Todas estas vertientes son las que subyacen de El desprecio, una excelente película.

PD: Para terminar este especial de El desprecio, obra cumbre del genio Jean-Luc Godard, os dejo con uno de los mejores homenajes a su filmografía: el videoclip de la canción Jean-Luc del grupo catalán Els amics de les arts. El videoclip es una mezcla perfecta de Al final de la escapada, Pierrot el loco y Banda aparte.

 

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