¡Muy buenas! Esta semana venimos con un poco de retraso -por no decir mucho- pero ¡aquí estamos
con la solución al Enigma Rosebud que os proponíamos el viernes pasado! Como muy bien dijo Noemí Escribano y después otros de vosotros, el discurso que os pusimos pertenece a La soga (1948), el primer film en color de Alfred Hitchcock, extremadamente conocido por haberse rodado en un solo plano secuencia. La soga, sin embargo, es mucho más que las innovaciones técnicas. Es uno de los paradigmas del género por excelencia de Hitchcock -el suspense- y trata uno de sus temas favoritos: el crimen perfecto. Es por eso que me hizo tanta ilusión que Alhy, sin ser ninguna tontería, hiciera referencia a Extraños en un tren (1951). Ambas películas nos presentan la putrefacción de la moral humana de manos de dos personajes atractivos e inteligentes pero desgarrados psicológicamente. El crimen perfecto, sin móviles aparentes, es su máxima vital, la perfección artística, que solo pueden conseguir aquellos pocos privilegiados que, como ellos, son superiores al resto. Les presento a Brandon Shaw y Bruno Anthony:
Déjeme que el explique una de mis ideas más brillantes. Pongamos por caso que se quiere deshacer de su mujer, que tiene muy buenas razones para hacerlo. Tendría miedo de matarlar, por miedo a ser descubierto. ¿Qué es lo que lo delataría? ¡El móvil! Pues escuche, que esta es mi idea. Es muy simple: dos personas se conocen por casualidad, como nosotros. Sin ningún tipo de connexión, porque nunca se han visto. Cada uno tiene alguien de quien querría deshacerse. Así que... ¡intercambian asesinatos! Cada uno comete el asesinato del otro y no hay nada que les connecte. Han asesinado a un extraño, ¿comprende? Usted comete mi asesinato y yo el suyo. Por ejemplo: su mujer y mi padre. En realidad, ¿qué son una vida o dos? Algunas personas estarían mejor muertas.
Y es que el privilegio de cometer un crimen tendría que reservarse a unos pocos individuos superiores intelectualmente, personas que están por encima de los conceptos morales tradicionales. Las víctimas, por el contrario, son seres inferiores con vidas insignificantes. No ocupan demasiado espacio en este mundo y esto las hace las víctimas perfectas para el crimen perfecto. ¿No lo ve? Estaríamos haciendo un crimen impecable, ¡una obra de arte! Y después tendríamos que celebrarlo organizando una fiesta, claro, que sería como la firma del artista. Porque el crimen también puede ser un arte, ¿sabe? El poder de matar puede ser tan satisfactorio como el de crear.
¡Aquí están! Las teorías de Bruno Anthony (Robert Walker) y Brandon Shaw (John Dall) -la que os puse de Enigma- no son tan distintas la una de la otra. Ambos personajes tienen esta macabra concepción sobre el crimen perfecto, un crimen que, sin móviles aparentes, hecho únicamente como quien pinta un cuadro, tiene que ser, debe ser, perfecto. Por eso La soga y Extraños en un tren hacen un tándem perfecto, porque, además de los paralelismos entre personajes, son las dos únicas películas en donde Hitchcock plantea este "crimen perfecto". No nos engañemos con la película Crimen Perfecto (1954), donde el móvil es muy claro -si hubieran traducido mejor el título de la versión original, Dial M for Murder, esto no habría ocurrido...-.
A partir de esta teoría, Hitchcock construye las narraciones de las dos películas. El asesinato en sí mismo, pues, solo es el punto de partida. Ya sabemos quién ha matado a quién desdel principio de la película -en La soga lo sabemos desde la primera escena de todas-. Lo importante aquí es el desarrollo de las tramas y la psicología de los personajes, el cómo van a descubrirlos, crear tensión en el espectador y generarle esa conocida sensación que solo un género es capaz de originar: el suspense. No en vano se le llamó "el mago del suspense", por mucho que con una sola etiqueta no sea suficiente para definir al maestro Hitchcock.
Si nos centramos en La soga -por cierto, Rope en la versión original- los momentos de suspense van creciendo con la película. Eso sí, si nos tuviéramos que quedar con uno, ese sería, sin lugar a dudas, la escena en que Mrs. Wilson (Edith Evanson), se dispone a recoger "la mesa", en realidad el arcón donde está escondido el cadáver, y a guardar los libros dentro del mismo. Las caras de John Dall, intentando guardar la calma, de Farley Granger, a punto del desmayo, y de James Stewart, mirándoselo todo con curiosidad y suspicacia, no tienen precio.
Y es que, como obra de teatro que es (Hithcock se basó en una obra de teatro de Patrick Hamilton), en La soga los personajes y su evolución tienen especial importancia. Los dos protagonistas, al igual que en Extraños en un tren, son la contraposición perfecta del otro: tenemos al inteligente, atractivo y fuerte Brandon (Bruno en Extraños en un tren), y al cobarde, empequeñezido y débil Phillip Morgan (Guy Haines en el segundo film). La relación de amistad y dominio entre los dos amigos ha sido considerada por muchos críticos una relación homosexual, pero a parte de eso, tenemos al amo Alfred que, para hacernos liar un poco más, nos pone al inteligente con unas ideas un tanto peculiares -nada del otro mundo, solo cometer un asesinato solo por ser superior-, intentando comernos la cabeza del mismo modo que lo hace con el pobre débil, incapaz de pensar por si mismo y con una doble moral que le hace dudar entre lo que es correcto y lo que no.
En el libro de Patricia Highsmith de Extraños en un tren, la doble moral de Guy Haines va más allá [SPOILER], hasta el punto de que este sí que llega a matar al padre de Bruno, al contrario de la película [FIN SPOILER]. Ya se sabe que las adaptaciones de Hitchcock, la gran mayoría de sus películas, eran muy libres (algunas solo le servían de punto de partida y él después creaba la historia a su manera). Pero volviendo al teatro. El director británico también cambió varias cosas de la obra original de Hamilton. Ahora bien, lo que sí que quiso fue mantener el carácter dramático y teatral de La soga orginal. ¿Y cómo hacerlo? Muy fácil: rodar la película como si de una obra de teatro se tratara. Sin pausas, toda seguida, toda en un único plano secuencia, donde los únicos cortes sean solo los cambios de cinta -para hacerlos, Hitchcock aprovechaba los momentos en que la cámara pasaba por detrás de algún personaje u objeto-.
Hay que decir que el resultado no está nada mal -aunque muchos, en su momento y aún ahora, lo criticaron. Eso sí, sea como sea, Hitchcock volvió locos a los actores durante los pocos días de verano en que rodaron la película -marcas en el suelo, ensayos sin descanso...-. Pero valió la pena realmente, porque por mucho que algunos crítcos la sitúen dentro del grupo de películas más flojas del director -al lado de Pánico en la escena (1949) y Atormentada (1950), por ejemplo-, la trama, la psicología, los personajes y el suspense de La soga la convierten, sin duda alguna, en una de las mejores, de las grandes de Alfred Hitchcock.
P.D. ¿Os gusta La soga? ¿Sois fans del director? ¿Os gusta más su etapa británica o americana? mmm, me huelo una encuesta sobre Hitchcock algún día de estos... ¡Quizás cuando se estrene el film sobre el rodaje de Psycho!
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ResponderEliminarMe parece que has hecho un análisis perfecto de estas dos películas de Hitchcock sobre el crimen perfecto. Para mí ambas estarían entre sus grandes films, especialmente "Extraños en un tren".
ResponderEliminarAunque en la etapa inglesa del autor hay films de gran calidad, como "Alarma en el expreso", yo creo que la madurez de Hitchcock se halla en la etapa americana, donde además cuenta con muchos más medios para realizar sus películas. Será interesante una encuesta sobre él, aunque será muy difícil decantarse por sólo una de sus obras maestras.
Simplemente impresionante!!! La soga es una de mis favoritas de Hitchcock aunque en realidad no sabría decirte cuál es la que mas me gusta de todas, película del maestro que he visto pelicula que me ha encantado.
ResponderEliminarSi haceis la encuesta de películas de Hitchcock dejad que se pueda hacer multiseleccion que si no me voy a volver loco!!!
Un abrazo!!!
jajaja, sísí, haremos multiselección! :D No nos gustaría ver a los votantes volverse locos!
Eliminar¡Saludos!
Mi favorita sin duda alguna, me fascina esta película y todo lo que esconde tras ella, sus mensajes supieron evitar la censura tan bien... Nunca me canso de admirarla!
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