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miércoles, 29 de febrero de 2012

La película de la discordia - 'Mi semana con Marilyn'

El viernes pasado se estrenó en las pantallas españolas Mi semana con Marilyn (Simon Curtis), adaptación del libro que Colin Clark escribió a partir de su experiencia como ayudante de producción en el set de El príncipe y la corista (Laurence Olivier, 1957), protagonizada por el experto shakespeareano y la diva del momento: Marilyn Monroe. Dos mundos opuestos, dos personajes completamente distintos, ambos en un mismo film. Michelle Williams interpreta a Norma Jeane y Kenneth Branagh se pone en la piel de Olivier. Los dos han conseguido sendas nominaciones al Oscar -mejor actriz protagonista y mejor actor de reparto- pero hoy, la cuestión es: ¿Qué os ha parecido? Mi semana con Marilyn es nuestra película de la discordia.



De nuevo fui al cine con un poco de miedo; después de haber visto J.Edgar pero sobretodo La dama de hierro con poco éxito, un nuevo biopic me hacía dudar y no las tenía todas conmigo, aunque fuese de un personaje tan mítico como el de Marilyn Monroe. Pero a diferencia de mi compañera Maria del Mar, con sólo haber visto el tráiler la interpretación de Michelle Williams captó mi atención positivamente y dije: ¡esta hay que verla! La historia, según mi punto de vista, está bien tratada y escogida sabiamente, pues no queriendo ser pretenciosa ni excesiva en sus objetivos de mostrarnos la biografía del personaje, su carrera, sus ires y venires, nos presenta un único ítem, la personalidad de Marilyn Monroe, su fragilidad y delicadeza y sus inseguridades más allá de la gran diva de Hollywood. Esta no deja de ser una película donde las actuaciones son lo más importante, y si no hubiese sido el caso y las interpretaciones hubiesen sido mediocres, podría decirse que la película también; pero no es el caso, por lo que la convierte en una película de visionado obligatorio para aquellos que quieran deleitarse con una actuación soberbia.

Michelle Williams es capaz de interpretar a la perfección Marilyn Monroe, una actriz representando a otra actriz. Ella se mete en la piel del personaje (como si lo hubiese hecho toda su vida) y lo hace completamente suyo: los gestos, las expresiones faciales e incluso la voz son tan naturales y a la vez tan fieles a los de la actriz que dan miedo. Una actuación digna y merecedora del Oscar, lejos de la pura imitación, que hubiese estado muy bien para completar el homenaje al cine de estos últimos premios de la Academia: un homenaje a una gran estrella, a un mito del cine. Los demás actores están más que correctos pero la actuación de Williams los ensombrece sin quererlo: Branagh, Ormond, Dench… e incluso los jóvenes Redmayne y Watson tienen algo que ofrecernos y se presentan como muy buenos actores a los que todavía les queda mucho por hacer. Mi semana con Marilyn es cine dentro de cine; en el escenario del rodaje de El príncipe y la corista una perfecta Michelle Williams aparece para captar la atención de la cámara, atrapar al espectador y abrir algunas bocas de admiración.


Nota: 8

Alejandra Diez


¿Alguien tiene patatas? Más que nada para que sea más gustoso el tragarse todo lo que dije de Michelle Williams y su Marilyn antes de verla... La verdad, me encanta haber estado tan equivocada, eso significa que cada gesto, cada mirada, cada paso de Michelle/Marilyn fue todo un regalo. Aunque las más grandes interpretaciones siempre son aquellas en que el actor o actriz crea el personaje de zero, hay que reconocer que no es tarea fácil ponerse en la piel de la tentadora y rubia diva de Hollywood. Más difícil es aún lo que consigue Williams: SER Marilyn Monroe, y de una forma tan natural que incluso espanta lo que se le parece en algunos momentos. Perfiles, expresiones, movimientos de mano, pasos de baile... El vestuario y el peinado no son lo único idéntico a la Marilyn de El príncipe y la corista. Ahora bien, el aspecto no lo es todo, y es que Williams consigue también captar a la perfección la complejidad del personaje de Norma Jeane, sus traumas, sus inseguridades, y también esa necesidad de querer y ser querida, así com su encanto innato delante la cámara.

En realidad, la película es solo Marilyn, todo lo demás es complementario -aunque la historia la cuenta Colin Clark, interpretado por un muy correcto Eddie Redmayne, este adopta un papel totalmente secundario-. No obstante, aquí es donde radica el acierto del film: el centrarse solo en ella, en su faceta de grande estrella y en su faceta de persona, igual de pequeña que el resto. Y lo mejor es que se nos muestra a este personaje a partir de un período muy corto de tiempo, suficiente como para entrar de lleno en la vida de la actriz y simpatizar con ella. Del mismo modo, también se nos dar algunos rasgos, aunque más secundarios, sobre Laurence Olivier, perfectamente construído por un magnífico y para nada sobreactuado Kenneth Branagh -solo él podría haber sido capaz de retratar tan vívamente a Olivier, su acento y su forma de hacer-. Así pues, Mi semana con Marilyn es una película de personajes (personaje), más que de historias, pero en este sentido, cumple a la perfección con su cometido. Por último, cómo no, destacar el fabuloso e íntimo tema principal, a piano, compuesto por Alexandre Desplat (¡¿Cuántas bandas sonoras ha hecho este año?!).

Nota: 8

M. del Mar Gallardo



En el año en que Hollywood ha querido mirar atrás y ponerse nostálgico (con la maravillosa The artist y la visionaria La invención de Hugo), el director de discreta trayectoria Simon Curtis ha hecho lo propio y ha recuperado un mito inmortal e imperecedero de la historia de la industria: Marilyn Monroe. Mi semana con Marilyn ni hace aguas ni es mala, simplemente, parece que no exista. Es como si estuviéramos ante un making off de El príncipe y la corista mezclado con la prensa rosa de la época (por el romance de la actriz con el joven Colin Clark). El director no tiene presencia ni parece querer tenerla, el guión (flojo) tampoco ayuda, puesto que la cinta parece no hablar de nada ni tratar ningún tema como sí lo hacen notables biopics de momentos vitales como Capote o The queen.

Visto el resultado, y siendo un defensor de este tipo de biopics (los que se centran en un intervalo de tiempo), hubiera preferido una película que abarcara toda su vida (desde sus inicios de actriz invitada hasta su muerte), así se podría haber profundizado más en la personalidad de Monroe, en el uso que hacían muchos de ella (aquí solo se aprecia el de su agente y Laurence Olivier) y en lo que supuso su figura a finales de los 50 e inicios de los 60 (tratado agudizadamente en la serie Mad Men). Con todo, lo más loable del film es su reparto, todos cumplen (Julia Ormond, Judi Dench, Emma Watson), otros están más insulsos (Eddie Redmayne y Dominic Cooper), uno resulta demasiado caricaturesco (Kenneth Branagh) y una brilla con luz propia (Michelle Williams). Por un lado, Branagh encarna a Laurence Olivier con comicidad y técnica interpretativa, pero es innegable que la mimetización se le escapa de las manos y cae en la parodia. Por otro lado, Michelle Williams, de largo lo mejor del film, realiza una de las mejores interpretaciones del año; se pone en la piel del mito Monroe sin problemas, creando una imagen viva de ella, transmitiendo la vulnerabilidad, dulzura y candidez de la actriz, así como todo su temperamento. Michelle Williams consigue alargar, la ya de por si extensa, estela de Marylin Monroe.

Nota: 4

Alain Garrido

1 comentario:

  1. A mi lo que más me gustó de la película sin lugar a dudas y eso que no me lo esperaba después de visionar el trailer, es la gran actuación de Michelle Williams. Kenneth Branagh imita a un Laurence Olivier que me parece que debía ser en realidad bastante como él lo interpreta. Judi Dench siempre es la gran Judi Dench y los demás están en su papel. A la película, basada en el libro de Colin Clark, no hay que pedirle mucho ya que en realidad sólo recoge un trocito de unos días y creo que lo importante es que refleja muy bien lo importante: la personalidad de Marilyn Monroe.

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