'No controles', soplo de aire fresco a la comedia

Hace justo un año se estrenó No controles el segundo trabajo del director donostiarra Borja Cobeaga tras su celebrada opera prima Pagafantas. La dejé escapar por lo mismo que este año ya he dejado escapar alguna, en estos meses, uno inevitablemente se centra en la avalancha de películas de la carrera de premios (Oscar y Goya) y no da para más. Pues estas Navidades sí he recuperado esta fantástica comedia española.

No controles narra la historia de Sergio un joven vasco que aún miente a sus padres de su separación con Bea, su ex-novia que se va a vivir a Alemania. En la Nochevieja de 2010 ambos se verán atrapados en el aeropuerto a raíz de una gran nevada; allí confluirán multitud de personajes, conocidos o no, que les harán pasar una noche inolvidable.

Borja Cobeaga es uno de los máximos exponentes de la nueva hornada de cineastas españoles como Daniel Sánchez Arévalo, Eduardo Chapero Jackson o Nacho Vigalondo. Curtido en el cortometraje -como todos los citados- logró estar nominado por su Éramos pocos. Su labor en esta comedia está a la altura de las circunstancias, sabiendo emplear estupendamente los cánones del género, creando grandes momentos y generando un buen ritmo con varios in crescendo a lo largo del film. No dudo que le falte un mayor manejo de la cámara y más ambición para querer llegar a la perfección formal, pero no por eso hay voy a desmerecer un buen trabajo.

Pero donde realmente se aprecia el talento del cineasta español es en la escritura del guión junto a su habitual colaborador Diego San José. Si bien es cierto que versa sobre tópicos y la trama principal se vertebra sobre el chico conoce chica, hay una vuelta de tuerca muy original con grandes dosis de innovación en la comedia española y con muchos puntos fuertes. La narración tiene gancho, hay situaciones antológicas, hay diálogos muy bien facturados y unos personajes genuinamente construidos.

Ahora bien, quien se lleva la palma es Juancarlitros, desde ya, uno de los personajes de la década. Un secundario de lujo que levanta cualquier situación y que cuando la película decae en los lugares comunes, él aparece y produce una carcajada tras otra. Eso sí, la película no es solo él, pero una gran parte sí. Su personalidad, su humor absurdo y su idiosincrasia son lo mejor de No controles.

Y el encargado de poner a este magnífico personaje en todo su engranaje es Julián López, injustamente olvidado en los Goya del año pasado. Su composición es brillante y dota Junacarlitros de una personalidad propia y le otorga la grandeza comentada. Su trabajo eclipsa en parte a Unax Ugalde y Alexandra Jiménez pero ellos tienen luz propia y encarnan a la perfección la pareja española más encantadora del año pasado. Destacar también el buen hacer de Secun de la Rosa y Alfredo Silva y el error de casting con Miguel Ángel Muñoz en un una interpretación mediocre de un personaje que podría haber dado más juego.

En definitiva, No controles es una muy buena comedia, un soplo de aire fresco al género en la filmografía española y la consolidación de Borja Cobeaga como el gran nombre a seguir en los próximos años si queremos ver comedias sofisticadas y absurdas a la vez. No ha gozado del éxito y el beneplácito que se mereciera, pero el tiempo la colocará en su lugar.

Lo mejor: Julián López y que no se toma en serio así misma

Lo peor: Abusa demasiado de convenciones

Nota: 8