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martes, 17 de enero de 2012

'El cambiazo' - Absurda, previsible y aburrida


Andaba yo con la buena intención de descansar un rato, después de terminar la ardua tarea de deshacer mi maleta, y compartir una tarde con mi hermana con lo que nos dispusimos a ver una comedia, algo para pasar el rato. Así que decidimos ver El cambiazo, una película de David Dobkin y teniendo como protagonistas a Ryan Reynolds y Jason Bateman. Cual fue la sorpresa cuando descubrimos que no había sorpresa alguna y que estábamos ante una película aburrida hasta la saciedad, que no había por donde cogerla y que no tuve más remedio que acabar.

La verdad, no sé qué me esperaba, ya que el argumento no era nada del otro mundo. Dos amigos de toda la vida, Mitch y Dave, ven como sus vidas se les hecha encima, uno por el trabajo agobiante, la carga de la familia, y el otro por estar solo y sin trabajo. En una noche de confidencias y borrachera, en la que cada uno envidia la vida del otro, piden un deseo: que se cambien las tornas y que cada uno viva la vida del otro. Cuando se despiertan ven su sueño hecho realidad, ya que cada uno ocupa el cuerpo del otro; a partir de ahora deberán intercambiar sus papeles y hacerlo lo mejor posible, Mitch como padre de familia responsable y trabajador y Dave como solterón sin preocupaciones ni quehaceres.


Estamos, por lo tanto, ante un guión previsible como no los hay, aburrido, nada original. La idea de dos personas que envidian la vida del otro ya está muy masticada: la hemos visto en películas como Ponte en mi lugar, Este cuerpo no es el mio, 17 otra vez o El sueño de mi vida. ¿Así que qué sentido tiene hacer algo así? Todo, absolutamente todo, se repite: la envidia, la petición del deseo, el objeto mágico que realiza el cambio (ya sea una galleta china de la suerte o una fuente con una estatua griega), etc. Al final, todo se acaba sabiendo y el final, por tanto, no es nada inesperado; os aseguro que no hago ningún spoiler cuando digo que los dos acaban aceptando y creyendo que sus vidas estaban bien y sus cuerpos finalmente acaban volviendo a su sitio. En este caso es indudable la única finalidad del proyecto, crear dinero (cosa que no han conseguido excesivamente) con una película penosa e inaguantable.

Los tópicos parecen salirse por todas partes: el padre de familia trabajador, estresado con los niños, el amigo de turno mujeriego, cuya vida parece perfecta, etc. Así que si algo podía diferenciar esta película de sus predecesoras podía ser su humor. Pero ni en eso gana la partida. Sus momentos aparentemente divertidos son escenas totalmente absurdas; viniendo de uno de los guionistas de Resacón en las vegas, Jon Lucas, nos podríamos esperar algo fresco, inesperado y divertido, pero no hay ni una sola escena en toda la película que haya conseguido sacarme una carcajada (y que conste que no soy una persona seria). Las escenas sexuales, escatológicas, disparatas e incoherentes (el rodaje de la película porno, la noche con la embarazada Tatiana, los bebés dándose cabezazos con las barras de la cuna o haciendo locuras con los cuchillos de la cocina) hacen de esta una película gamberra, desagradable e incómoda.

Por lo que respecta al apartado de la actuación, los actores vienen, actúan y se van como si nada, sin ningún esfuerzo y sin hacer nada que no hayan hecho ya (Reynolds en La Proposición y Bateman en Como acabar con tu jefe, ambas por supuesto mucho mejores). Es una lástima que actores como estos que han hecho buenos papeles (Reynolds en Buried) se rebajen tanto para hacer películas como estas que lo único que hacen es desprestigiar y desvalorizar su trabajo.


En conclusión, esta es otra película más americana sobre cambios de cuerpo, que insulta al espectador, a los hombres por ser vagos y por sólo querer tener relaciones y a las mujeres por considerarlas un mero objeto sexual. Vergonzante. Si no queréis perder el tiempo no la veáis por nada del mundo.

Lo mejor: ¿Nada?


Lo peor: La falta de imaginación de los guionistas


Nota: 4

1 comentario:

  1. Ale, me has convencido del todo. Ya no me llamaba para nada la atención esta película (solo por sus dos actores -pues sí, la verdad, que desperdicio de talento!), y ahora, ¡aún menos!

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