Incendies es la quinta película del director canadiense Denis Villeneuve. Este cineasta ha cosechado distintos premios como el premio de la crítica en el Festival de Berlín por Maelström y con esta película estuvo a las puertas del ganar el Oscar a la mejor película extranjera que al final se lo arrebató En un mundo mejor de Susanne Bier. Sorprendentemente, un año después aún logra algún galardón y es que el domingo se llevó el premio a la mejor película extranjera en el Círculo de Críticos de Boston.
Denis Villeneuve adapta una obra teatral y nadie lo diría, dado que la narración queda tan mimetizada con el lenguaje audiovisual que se hace difícil concebir esta historia en un escenario. Villeneuve impregna las imágenes con una carga poética propia del melodrama más pausado, perfecto y sobrecogedor. Algunas escenas están dotadas de una fuerza emocional tan descarnada que crea escenas magníficas, como la del autobús, dónde la madre protagonista se salva de un atentado.
La historia se explica en dos tiempos. Por un lado, la investigación de los hijos en la actualidad y, por otro lado, los flashbacks de la historia de la madreen el Líbano de los años 70 y 80. Esta combinación permite hacer avanzar la película con mayor fluidez y el espectador va conociendo todos los detalles y uniendo las piezas de este puzzle familiar.
El guión -premiado en la Seminci de Valladolid del pasado año- se estructura en estas dos líneas temporales y profundiza con una precisión mesurada en los personajes, sobre todo la madre y la hija. Dos personajes con mucha fuerza, la primera busca la manera de sobrevivir, de luchar por lo que quiere; la segunda intenta descubrir el origen monstruoso de su família. Un pasado y un presente que se conjugan para sacar lo peor del ser humano: la traición, la mentira, la corrupción, la violencia, el dolor. Un amalgama de temas y sentimientos que concluye con uno de los finales más sobrecogedores y estremecedores de los últimos años.
Los papeles principales están encarnados por cuatro actores de larga trayectoria en cine canadiense de poca repercusión en nuestro país. Las mejores interpretaciones son las de Lubna Azabal (la madre) y Mélissa Désormeaux-Poulin (la hija), dos actrices que otorgan a sus personajes una carga dramática con mucha naturalidad. La película cuenta, también, con un brillante trabajo de fotografía mostrando un Líbano gris, frío, pero a su vez muestra unos grandes paisajes bucólicos. Además, la música complemente genuinamente las imágenes dotándolas de una intensidad excelente y nada pretenciosa.
Incendies hubiera estado una gran ganadora del Oscar a la mejor película extranjera -de hecho, un servidor lo hubiera preferido- pero su nominación al menos ya es todo un premio. Una historia sobre el horror de la guerra y la miseria humana, un relato con un final desgarrador, de aquellos que te dejan clavado en la butaca. Un melodrama estremecedor imprescindible.
Lo mejor: La escena del autobús y su final
Lo peor: Algunos solo ven un culebrón donde hay un melodrama familiar perfecto
Nota: 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario