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martes, 29 de noviembre de 2011

'Un método peligroso', el diálogo como materia prima

Hace justo una semana decía que el estreno de la última película de ciertos directores es un evento cinematográfico para cualquier cinéfilo. Otro de ellos es sin duda, David Cronenberg, autor entre otras de La zona muerta, La mosca o El almuerzo desnudo, pero recordado sobre todo por las dos obras maestras que firmó la década pasada: Una historia de violencia y Promesas del este. Ahora el director canadiense nos sumerge en el mundo de la psicoanálisis con la excelente Un método peligroso.


La filosofía siempre ha sido un campo de estudio que me ha fascinado y la obra de Cronenberg también, es decir, que al saber de este proyecto ya quedé encandilado. El resultado, ciertamente, ha corroborado todas las expectativas. El cineasta no deja en absoluto su estilo, aparta la temática de sus dos anteriores trabajos, pero formalmente es deudora de ellas y el tema de fondo es el mismo: la contradicción humana entre lo que nos dice la razón y lo que nos apela el corazón. Y que mejor manera de narrarlo que siguiendo los pasos de la investigación de los padres del psicoanálisis: Sigmund Freud y Carl Gustav Jung.

Así pues la película se adentra en el mundo de la filosofía y Cronenberg enlaza una sucesión de magníficas conversaciones, epístolas o pensamientos. La importancia de la palabra ante el conocimiento. El uso de la razón ante el impulso. Pero, como digo, sus personajes se introducen en una espiral de debates que los conllevará a un sin fin de consecuencias. Cronenberg mantiene un pulso firme todo el film -de corta duración, apenas hora y media- con una intensidad continua y una acentuación fuerte de los personajes.


Ahora bien, donde radica el gran éxito de todo esto es en el magistral guión de Christopher Hampton (guionista de Las amistades peligrosas, por la cual ganó un Oscar, Expiación) basado en su propia obra de teatro que partía de un libro de John Kerr. El guión usa el diálogo como la materia prima para crear la película: diálogos mordaces, ingeniosos, dinámicos, con mucha fuerza, contundencia y que crean unas situaciones inmensas. Pocos guiones últimamente gozan de unas frases tan bien paridas. Además, el libreto hace una perfecta conjunción de todo el entramado filosófico con el drama de época -el triángulo amoroso de Jung- que viene dado con pequeñas y jugosas dosis. Por tanto, no es una película de época al uso, sino una gran historia sobre la psicología de las personas, el drama del amor y la ruptura académica entre los dos grandes nombres de la filosofía del siglo XX.

El guión, sin duda, uno de los mejores del año y, para quien subscribe el artículo, el favorito al Oscar al mejor guión adaptado. Otra gran baza de este son sus personajes, los que se mueven entre el deseo y la razón. Todos y en especial atención Jung y Sabrina Spielrein sufren una evolución excelente hasta darnos cuenta de como nuestro deseo e impulso acaba convirtiéndose en una melancolía surgida de la razón, bien ejemplificado en ese final modélico.
Y, como en tantos casos, la fragilidad y credibilidad de los personajes viene sustentada por sus actores. Y así es. Están, todos ellos, pletóricos. El que más destaca es Michael Fassbender en una construcción de Jung vulnerable, rígido y que dota de muchos matices al personaje (desinhibición, pasión). Le sigue una Keira Knightley arriesgada, pasada de vueltas (pero comedida), justa en su transformación inicial y excelente en su enamorada Sabrina. Y como no un espléndido Freud de un Viggo Mortensen -que repite por tercera vez con Cronenberg- que da unas brillantes réplicas a Fassbender. Y es que los magistrales diálogos es lo que dan: unos tour de force interpretativos de lujo. Estos los redondea Vincent Cassel que brinda una de sus mejores interpretaciones como Otto Gross, gran pequeño personaje. No duden en ver alguno de ellos recogiendo premios este año.

El aspecto de película de época se logra por una impresionante dirección artística y una fotografía excelente que transportan a los inicios del siglo pasado con total precisión. Por último, destacar la música de Howard Shore que también firma una de las mejores composiciones del año -precisamente, escaseábamos de ellas- con un tema central maravilloso y un conjunto que deambula por los lugares comunes de las partituras de época, pero con personalidad propia.

Un método peligroso es, desde ya, una de las mejores películas del año. No llega a ser perfecta, pero atrapa, transporta a un mundo poco explorado, emociona, sugiere y, por encima de todo, tiene un guión excepcional.


Lo mejor: La potencialidad de los diálogos (los mejores del año)

Lo peor: Algunos cronenbergianos de pro le achacarán su trama de época y otro público no sabrá disfrutarla por desinformación


Nota: 9

11 comentarios:

  1. Aún no he tenido ocasión de verla, pero después de lo que comentas, voy a ir seguro, la verdad es que tiene muy buena pinta. Y Siendo de Cronenberg, tiene que estar bien, ya que promesas del este es de lo mejor que he visto.

    Un saludo

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  2. Primero que nada estoy conociendo tu blog y me encanta ya me hago seguidora tuya !
    Segundo el fanatismo por un determinado director es una experiencia hermosa , el esperar que salga un film con ansias y luego el verlo con animos devoradores es toda una experiencia cinefila como bien decis !
    Voy a tomar nota de este film para verlo aparte de todo porque amo a Michael Fassbender !

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  3. Marisa, muchas gracias por tu admiración por el blog, eso sí, somos tres levantando este modesto proyecto. El miércoles podrás ver nuestras contradicciones en las películas de la discordia.

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  4. Wow quiero verla, me gustan los diálogos filosóficos.

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  5. Es una cinta que espero ver con ansias, de Cronenberg recuerdo promesas del este y la mosca, ambas excelentes. Veo que destacas los diálogos y el sentido filosófico, digamos intelectual del filme. Espero que las elipsis no hagan tan arduo el comprender la película aunque confieso que me gustan las cintas difíciles ya que exigen compenetración con el espectador. La veo de todas maneras. Y agregar que es priemra vez que vengo a tu bitácora, me ha simpatizado mucho, si gustas te invito a la mía dedicada al arte con énfasis en cine. Un abrazo.

    Mario.

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  6. Corrijo: a su bitácora, que leo que son tres. Saludos a todos entonces.

    Mario.

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  7. No cabe pensar en un director más adecuado para esta película que David Cronenberg. Qué gran madurez la suya!

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  8. Ya lo comenté por algún otro blog. Cuando la vi el finde, en un principio me dejo frío, pero conforme volvía a casa, pensaba que había visto una muy buena peli. Estoy de acuerdo en lo que dices de los dialogos, pero sobre todo es una historia llevada por unos personajes que evolucionan a la perfección, intepretados por unos buenos actores,una gran recomendación.

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  9. También he visto la película. Me quedo con la transformación del personaje de Sabrina, que casi da miedo al principio y al final acaba más cuerda que el propio Jung.
    Los diálogos están bien pero recomiendo verla con mente y oídos muy despejados.

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  10. Por fin la he visto. Me ha gustado aunque no entusiasmado teniendo en cuenta mi gran interés por la Psicología. Lo mejor como dice Alain los diálogos, en persona o epistolares, entre Jung y Freud. Están bien los tres actores. Hay que reconocer que hacer un papel como el de Keira y no pasarse un poquito es realmente difícil. Me gusta su transformación a lo largo de la película. Y queda claro que los primeros que necesitan psicoanalizarse son los propios psiquiatras sino difícilmente podrán ayudar a sus pacientes.

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  11. ¡Alain, gran crítica! La verdad es que el guión es estupendo, es de lo que más destaca, los diálogos entre los tres protagonistas. Y las interpretaciones son magníficas, sobre todo la de Fassbender y Knightley (como dice Geni, ella está sublime, precisamente porque consigue retretar la locura humana sin sobreactuar, algo muy difícil de conseguir, la verdad). El tema principal de Shore es una delicia también, pero...mmm, la película tampoco me entusiasmó.

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