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martes, 8 de noviembre de 2011

'Un golpe de altura', la "supuesta" comedia del año

La que pretendía ser la comedia del año se ha quedado en poco. De hecho, de comedia casi que no tiene nada, tan solo algún que otro comentario de los desesperados protagonistas. I es que aunque Un golpe de altura se presenta divertida y dinámica (al estilo de las otras películas de Ben Stiller) acaba siendo otra película más, de estas de tarde de domingo.
El principio en sí promete: los empleados de una torre residencial, habiendo dejado su plan de pensiones en manos del magnate de Wall Street Arthur Shaw, pierden su dinero i se ven involucrados en una gran estafa. Cuatro de ellos, liderados por el mánager del edificio que tras una rabieta destroza el Ferrari de Shaw, deciden robar el dinero que supuestamente éste guarda en el ático del edificio.

No tenemos, por tanto aquí, la elegancia ni la profesionalidad del equipo de Danny Ocean, sino la patosa actuación de ladrones de poca monta, inexpertos i torpes. Lo disparatado de la situación resulta gracioso, al ver que no controlan para nada la situación i que la única que hace algo positivo en la misión es una simple camarera de armas tomar (Gabourey Sidibe); pero hubiese resultado más creíble i, quizás, más divertido, que hubiesen tenido más problemas durante el robo, problemas verosímiles (no los problemas de logística en torno al Ferrari del señor Shaw).

Pero no podía ser; los protagonistas, honrados a más no poder, tenían que acabar siendo héroes, justicieros contra el fraude. Tenían que conseguir reunir el dinero suficiente i repartirlo entre sus compañeros estafados, salir airosos de una situación completamente patética i rayando lo absurdo. Que querían acción eso es evidente, pero también es evidente que hay más formas de acción que ir paseando un coche arriba y abajo por los andamios o ascensor de un edificio.

El reparto, aunque bueno en su conjunto, individualmente no es nada espectacular. Ni Ben Stiller, ni Casey Affleck, Téa Leoni o Matthew Broderick hacen nada que no hayan hecho ya; Gaborey Sidibe se rebaja desde su papel en Precious y Eddie Murphy, aunque el más entretenido, se queda en dos o tres comentarios ocurrentes.

Así que lo que empieza como la presentación de un problema grave acaba resultando una situación incoherente, con un final sacado de la manga al más puro estilo David Copperfield: coche por aquí coche por allá. Al final acaba resultando pretenciosa, pues aunque no en sus principios, termina de igual forma que Ocean’s Eleven; los ladrones, aunque buenos, se llevan el botín, lo reparten y el cabecilla (aquí Ben Stiller y no George Clooney) acaba pagando por todos, eso sí con la cabeza bien alta y sin ningún tipo de remordimiento.

Lo mejor: la gran piscina del ático

Lo peor: La escena “coche abajo” del robo

Nota: 6

3 comentarios:

  1. Por fuera, lo único que llama la atención es el reparto. Pero es que viendo el tráiler y el póster ya supe que esto no sería nada bueno... No me verán ni en cine ni el sofá viéndola...

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  2. Es muy difícil verme decir que he cerrado un tráiler... y con lo que dices, queda confirmado: ¡no la veo seguro!

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