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jueves, 20 de octubre de 2011

'Somewhere' y como Hollywood enturbia a las personas y el cine

Sofia Coppola presentó hace algo más de un año su cuarta película en el Festival de Venecia y lo hizo por todo lo alto, alzándose con el premio gordo, el León de Oro por encima de dos grandes favoritas como la maravillosa Cisne negro (Darren Aronofsky, 2010) o 13 asesinos.


La hija del maestro Francis Ford Coppola tuvo un debut prometedor con Las vírgenes suicidas y se consagró mundialmente con esa obra maestra llamada Lost in traslation con la que ganó un Oscar al mejor guión original y triunfó con tres Globos de Oro. Luego llegaría un biopic transgresor de un gran personaje femenino, María Antonieta, inolvidable e infravalorado
film. Con su cuarta película, Sofia Coppola se catapulta como una artista indie, underground, despojada del círculo de Hollywood.(Takashi Miike, 2010). Hace pocas semanas llego, al fin, a nuestras pantallas.

La directora en Somewhere cuenta la historia de un star system de Hollywood, Johnny Marco: sus fiestas, sus chicas, su mundo, sus éxitos, sus fracasos y su relación con su hija, fruto de un matrimonio fracasado. La película arranca con un largo plano fijo del protagonista "jugando" con su Ferrari en una carretera secundaria y con sucesivas escenas que muestran la rutina diaria del protagonista. Un inicio, lento, pero necesario para mostrar la inutilidad de la vida que lleva, de una rutina que
no le conduce a ningún sitio. Y todo cambia, cuando su hija, Cleo, entra en escena. A partir de aquí, todo va por otro rumbo y nos adentramos en un vínculo paterno-filial repleto de puntos de interés.

El notable guión explora la relación íntima entre padre e hija y como el primero cambia ante la madurez, naturalidad y sentimientos de la segunda. El personaje rompe su día a día y se embarca en un verano lleno de sorpresas al lado de su amada prójima. Otra gran baza del guión es, sin duda, su acidez, su fina ironía hacia Hollywood (esa magnífica escena de la sesión de fotos o varios comentarios sutiles que arrancan una risa satírica). En definitiva, desde ambas perspectivas (relaciones privadas y el ámbito público) de lo que nos habla es de la incomunicación de una estrella (aunque es exportable a todo tipo de personas) y de cómo Hollywood enturbia a quién está dentro de él y a lo que se produce en él (en principio arte).

Por cierto esa ironía y sátira a Hollywood no la sitúan a la altura de las grandes críticas a la meca del cine de la historia, que son El crepúsculo de los dioses (Billy Wilder, 1950) y Mulholland Drive (David Lynch, 2001), pero sí que es resaltable y más que loables los recursos para hacer de esta simple historia una alegoría en contra del espectáculo por encima del arte.


Y este melodrama con toques de drama indie y comedia amarga tiene a dos actores en pleno estado de gracia que la sostienen en cada una de las escenas. Por un lado, un estupendo Stephen Dorff que dota su personaje de esa ambivalencia entre el amor o la despreocupación por su hija. Y, por otro lado, una Elle Fanning que, sin lugar a dudas, ya es la joven actriz más prometedora de los últimos años (tras verla en Super 8 también). Fanning, con doce años cuando la rodó, hace una de las mejores interpretaciones del año pasado, con un personaje lleno de matices.

Por tanto, Sofia Coppola ofrece en Somewhere una estupenda sátira de Hollywood en formato de comedia negra y melodrama que gustará a los acérrimos de la nueva oleada de cine indie y los críticos con la incomunicación de nuestro siglo.

Lo mejor: Su acidez e ironía y sus dos protagonistas (Dorff y Fanning)

Lo peor: Su León de Oro ha provocado detractores injustamente


Nota: 8

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