"Todos conocemos a Will Shakespeare, el autor más famoso de todos los tiempos. Escritor de 37 obras, 154 sonetos, varios poemas épicos y el porqué estamos aquí hoy. ¿Pero qué pasaría si os dijera que Shakespeare nunca escribió una sola palabra?"
Un autor, 37 inolvidables obras y breathtaking verses, como dirían en inglés. ¿Se llamaba este autor William Shakespeare? ¿Era en realidad el Conde de Oxford? Hace tiempo ya que expertos y no expertos han entrado en el debate de si el supuesto dramaturgo inglés escribió o no los textos que se le atribuyen. El director Roland Emmerich, más conocido por sus películas de catástrofes, como El día de mañana y la más reciente 2012, ha decidido entrar de pleno en la polémica con su nueva película Anonymous.
En ella, Emmerich y el guionista John Orloff muestran como verdadero autor de Macbeth y Hamlet a Edward de Vere (Jamie Campbell Bower y Rhys Ifans), Conde de Oxford, mientras que Shakespeare es presentado como un charlatán analfabeto y embustero, todo un choque para aquellos que tenían más la imagen de un Joseph Fiennes en mente (y mejor no entramos en cómo se pinta a Kit Marlowe). Sin embargo, el aparente e inmoral fraude propuesto por Emmerich y Orloff nos ha desviado un poco de lo que en realidad es la película, un thriller político de traiciones y amores en la corte de la reina Isabel I (Joely Richardson y su madre Vanessa Redgrave). "Una historia diferente, más oscura. De plumas y espadas, de poder y traición. De un escenario conquistado y un trono perdido", como apunta el actor shakespeariano Derek Jacobi al inicio del film.A las palabras de Jacobi siguen toda una serie de tramas, quizás demasiadas, que se entrelazan entre sí para dar forma a toda la historia con el Conde de Oxford como eje central. El resultado, aunque a veces un poco forzado, es correcto y suficientemente entretenido como para salir del cine satisfecho. Claro que en ello ayudan sobre todo los aspectos más técnicos de la película, con una puesta en escena espectacular que acerca e introduce al espectador en el Londres del siglo XVI, casi salpicándolo con el barro de las calles. La fotografía de Anna Foerster y el uso que Emmerich hace de la cámara nos transportan casi literalmente dentro de cada escenario, sea una prisión, una posada o el impresionantemente recreado teatro Globe.
Ahora bien, los actores tampoco se quedan cortos, en especial Rhys Ifans y Vanessa Redgrave (caiga sobre vosotros la ira de Titania, reina de las hadas, y de Derek Jacobi, si no váis a verla en versión original). Ambos construyen aquí unos personajes al más puro estilo Shakespeare (¿o será de Vere?), corrompidos por dentro, trastornados por las circunstancias y destinados a un final ya planeado para ellos, como en toda tragedia. Lejos queda esta reina de aquella versión exagerada, cínica y divertida de Judi Dench en Shakespeare in Love (John Madden, 1998).Así que, ¿fue o no Will Shakespeare autor de tan conmovedoras palabras? Personalmente, preferiría quedarme con ese nombre, más que nada por costumbre, pero en realidad, ¿qué importa si era un pseudónimo u otra persona, mientras podamos continuar disfrutando de Romeo y Julieta, Enrique V o El sueño de una noche de verano? Shakespeare o no, fue el alma de su época, como bien dice Ben Jonson (Sebastian Armesto) en la película: "you are the soul of the age".
Lo mejor: La recreación del Londres isabelino, la fotografía y el tándem Ifans - Redgrave.
Lo peor: Ver como salen caracterizados Shakespeare y Marlowe.
Nota: 7

Me ha sorprendido su poca taquilla, pero es que solo la han estrenado en 80 salas... ¡muy raro! Pero vaya tampoco contribuiré a subir esas cifras, no me llama en absoluto.
ResponderEliminarYo sí la pongo en lista de espera y ya os comentaré cuando la haya visto
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